Capriles y Juan Carlos Caldera

Viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Reaccionó bien Capriles ante la divulgación del video de Juan Carlos Caldera?

En primer lugar, Caldera se merecía ser separado de la campaña. Aceptar fondos de alguien como Ruperti, de la manera turbia como lo hizo, y además ofrecerse como puente entre el boliburgués y Capriles sin autorización del candidato, justificaba plenamente la expulsión.

Y, políticamente hablando, Capriles no podía, a diferencia de nosotros, tomar el riesgo o darse el lujo de contextualizar o hacer demasiados matices. Cualquier matiz o ambiguedad  se hubiese perdido en el clima hiperpolarizado y binario de la campaña. El oficialismo hubiese aprovechado cualquier mensaje menos contundente para pintar al candidato como una persona condescendiente ante dudosos intercambios de dinero captados en video.

El niño presidente

Viernes, 14 de septiembre de 2012

Imaginemos que dos niños compiten para ser presidente de la escuela y uno de ellos es ya presidente.

El niño que es presidente lleva años esquilmando el tesoro de la escuela para comprar votos y consciencias y mantenerse como líder, violando constantemente todo tipo de reglas. A los niños que los apoyan los premia concesiones para instalar quioscos y cafetines. A todos los guardias y autoridades que lo han confrontado los margina o los hace expulsar mediante sucias triquiñuelas.

El niño que lo está desafiando en las elecciones se roba del cafetín una bolsa de chupetas para dársela a sus compañeros y ganar algunos votos. La bolsa de chupetas es totalmente insignificante si se le compara con el tesoro de la escuela que el niño presidente lleva años birlando.

Pero, presionando y chantajeando a los guardias de la escuela, utilizando cámaras y equipos que pertenecen al colegio pero utiliza para su propio beneficio personal y político, forzando a los niños más prósperos a que participen en la operación bajo la amenaza explícita o ímplicita de que, si no lo hacen, perderán todos sus beneficios económicos y concesiones, monta una operación para pillar a su rival robándose la bolsa de chupetas y acusarlo de corrupto.

¿No es esto una situación grotesca?

La metáfora, sin embargo, no es exacta en varios sentidos.

Porque en el caso de Juan Carlos Caldera el niño presidente no pilló a su adversario robándose las chupetas, sino hizo todo lo posible para que se las robara y así él poder grabarlo y luego acusarlo. Más aún, en el caso de Caldera el niño no se robó la chupeta sino de una manera torpe, y seguramente violando leyes y procedimientos formales, aceptó dinero por debajo de la mesa de uno de los niños prósperos, sabiendo que era un aliado corrupto y sin escrúpulos del niño presidente.

Sobre el video de Juan Carlos Caldera (actualizado)

Viernes, 14 de septiembre de 2012

Un comentario rápido sobre el video de Juan Carlos Caldera, dirigente de Primero Justicia, recibiendo fondos de un empresario.

Caldera dice que el dinero que recibe en el video es una contribución para su propia campaña a alcalde de William Ruperti, boliburgués emblemático que tiene excelentes relaciones con el gobierno.

Asumamos que Caldera está diciendo la verdad.

Conociendo a Chávez como lo conocemos, esperaríamos que Ruperti cayera en desgracia por financiar a la oposición; que el gobierno comenzara a acosarlo como lo ha hecho con muchos otros (ex) boliburgueses o empresarios opositores.

Pero ¿creen que algo le va a pasar a Ruperti?

Lo más probable es que no. Porque Ruperti, como es evidente, no estaba ayudando a Caldera. Estaba ayudando al gobierno a tenderle una trampa a la oposición y por eso seguramente será premiado como fue premiado por sus servicios al oficialismo durante el paro petrolero 2002-2003.

Caldera cayó en la trampa. En ese video, y en su versión de los hechos, hay cosas que me decepcionaron, como aceptar dinero para su campaña de esa manera, para más de alguien como Ruperti.

Pero que quede algo claro. Nada de lo que vi en el video, ni nada de lo que contó Caldera, es más escandaloso que la operación que el gobierno, Ruperti, los servicios de inteligencia y los medios oficiales montaron para trata enlodar la candidatura de Capriles.

Más que los errores Caldera, el verdadero escándalo es todo lo que está detrás de la filmación y divulgación del video. Con nuestra bizarra normalidad, es fácil perder esto de vista.

PD: Gustavo Tarre me señala algo que se me escapó. Si la tesis del gobierno del “soborno” es cierta, el sobornador es Ruperti. ¿Se le va a investigar como a Caldera? Pregunta estúpida, lo se.

Chapoteando en la mugre

Jueves, 13 de septiembre de 2012

El gobierno, al parecer, andaba ofreciendo a través de David de Lima 200 mil dólares o más a varios dirigentes de partidos opositores para que le retiraran el apoyo a Capriles e ingresaran al PSUV.

¿Es verdad esto?

No me extrañaría. Después de todo, esto no ocurre en el vacío. Ocurre en el país de Noticias 24 y Schemel, de William Ojeda y Ramos de la Rosa, de Franklin Durán, Maraco y el “testigo estrella” del caso de Danilo Anderson.

No me extrañaría, pues, que este asunto de los 200 mil dólares fuese cierto, como tampoco me sorprendería que fuese cierto lo que reveló hace uno días Álvaro Uribe  -que recibió poca atención en los medios. Al parecer Chávez le propuso subrepticiamente al ex presidente colombiano entregarle a Iván Márquez de las FARC en 2009. (Esta es la desventaja de las alianzas entre pillos: se caen a cuchilladas entre ellos mismos).

En fin, siempre que me entero de estas cosas pienso en el comandante Jesús Urdaneta, por mucho tiempo entrañable amigo del presidente que participó en el juramento del Samán de Güere, el golpe de febrero del 92 y fue director de la Disip durante los primeros años de la revolución chavista.

Urdaneta renunció a la Disip por sus serias diferencias con el presidente. Y después de renunciar, en las propias palabras de Urdaneta….

…me fui para San Juan, donde están los viejitos míos. Me fui a ese campo, sólo por allá, y reflexioné mucho. [El nuevo director de la Disip] Pineda me llamó y me dijo: “Mira, compadre, Hugo [Chávez] me pidió que le entregara todos los casos de corrupción. Y me dijo: ‘La Disip no es un cargo para ti, vale. Yo te voy a dar un cargo donde ganes más dinero, donde estés mejor. Pero yo quiero que tú le levantes un informe a Urdaneta, que te vayas para Vargas y le consigas algo para desacreditarlo.’”

Siempre he visto esta pequeña anécdota como un anticipo de lo que nos venía. Y en este contexto es que se debe ver todo lo que está ocurriendo en este momento. Luego escribo sobre Juan Carlos Caldera.

Hugo Chávez y las FARC

Martes, 11 de septiembre de 2012

Greg Weeks sobre las diferencias entre ésta y otras negociaciones entre las FARC y el gobierno de Colombia (negritas mías):

Another difference is the use of Hugo Chávez. At the time he wanted to play a role and was shut out. Now he is part of the process, as of course is Cuba. The entire process is more likely to succeed if he feels he has a stake in making it work, even if many in Colombia and the United States view it as unpalatable.

No quiero ser quisquilloso, pero estos giros de frase me irritan. La implicación es que el pobre de Hugo Chávez hace un esfuerzo por contribuir al proceso de paz, pero en Colombia le cierran el paso, excluyéndolo de cualquier negociación.

¿Es justa esta caracterización?

Bien, la última vez que Chávez hizo de mediador entre las FARC y el gobierno colombiano fue en 2007-2008, cuando se negociaba con el grupo guerrillero la liberación de secuestrados.

Uribe no tardó en cancelar esa mediación, argumentando que Chávez -a través de la entonces senadora Piedad Córdova- “estaba haciendo gestiones directas con militares de Colombia,” algo que Uribe le había pedido al venezolano no hacer.

¿Fue esto una reacción exagerada?

En retrospectiva la desconfianza de Uribe -probablemente fundamentada en otros factores además de la conversación de Chávez con militares- parece haber sido totalmente justificada. Porque unos meses después, pidiendo que se le otorgara a la guerrilla status de fuerza beligerante, Chávez dijo en la Asamblea Nacional que las FARC y el ELN tienen un proyecto “político, bolivariano, que aquí [en Venezuela] es respetado.”

Toda persona que siga la política venezolana sabe que en el lenguaje oficial la palabra “bolivariano” es, en su definición más amplia, un adjetivo que se aplica a las personas y grupos que tienen una afinidad con el gobierno, y en su definición más ajustada, un mero sinónimo de “chavista.” ¿Es entonces una locura desconfiar de un mediador que estaba dando señales de favorecer a una de las partes, en este caso la guerrilla? ¿Era irresponsable tomarse en serio estas crecientes señales de conchupancia entre Chávez y las FARC -señales, por cierto, que luego se multiplicarían?

Otro factor fueron los videos divulgados por Telesur por esos meses, cuando las FARC liberaron a las secuestradas Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, en los que se ve a Rodríguez Chacín, en ese entonces ministro de Interior de Venezuela, diciéndole a los guerrilleros que el presidente Chávez “está muy pendiente de su lucha,” que mantuvieran “ese espíritu y esa fuerza” y que podían “contar” con el gobierno venezolano.

Todo esto sin mencionar el uso propagandístico que se le dio a esa liberación y la declaración de Chávez -también por esos días – de que las FARC secuestran con el propósito de realizar canjes humanitarios.

En fin, el cuadro de un Chávez que, pese a su voluntad de colaborar, fue excluido (“shut out”) de las negociaciones es simplista.