Los Humala

Jueves, 28 de abril de 2011

Isaac Humala

De las muchas cosas que me preocupan de Ollanta Humala, creo que vale la pena resaltar dos:

1) Su involucramiento en el levantamiento armado de Andahuaylas en 2005. Una cosa es rebelarse contra la dictadura de Fujimori, como lo hizo Humala en el 2000. Pero otra muy distinta es desconocer la legitimidad democrática de Alejandro Toledo. Humala ha hecho lo imposible por distanciarse de ese segundo golpe liderado por su hermano Antauro, diciendo que apenas supo que había muertos marcó distancia con la intentona golpista. Pero sus argumentos no son convincentes.

2) Su familia. Humala se ha alejado del racismo, la homofobia y el fundamentalismo de Antauro y su padre Isaac. Pero, de igual modo, este pequeño reportaje asusta:

Lo más surreal es el patriarca Isaac admitiendo que las promesas de fusilar a miembros del estamento político peruano eran una maniobra para atraer publicidad. Una estrategia de marketing político.

“No ves que no tenemos plata,” le dice a la periodista (9.50). “Para mí es muy interesante porque nos ha dado cabida, nos ha hecho famosos.”

Quién iba a saber que el viejo Humala tenía algunas cositas en común con el viejo Trump.

Salvando las distancias ideológicas, claro.

Los fantasmas del Perú

Martes, 26 de abril de 2011

Hay razones para ver con sumo escepticismo la manera como Humala y Keiko se han arrimado al centro para tratar de ganar la segunda vuelta el 5 de junio.

En ambos casos el oportunismo es obvio.

La pregunta clave es a quién es más fácil imaginarse gobernando desde el centro y en democracia.

¿Es posible, por ejemplo, que Humala haya decidido a favor del modelo de Lula, abandonando en el proceso buena parte de su plan de gobierno? ¿No sería racional escoger ese camino que es, a todas luces, mucho más exitoso que el chavista? ¿Ese camino que ha convertido a Lula en un líder querido y admirado no sólo en su país, sino en todo el mundo? Si los asesores brasileños lo han logrado moderar en la campaña, ¿no es esto un indicador de que lo mismo podría ocurrir en su gobierno? Más aún: ¿no es el impresionante éxito económico del Perú una potencial fuerza moderadora extremamente importante? ¿No es buena señal que haya incorporado a gente moderada en su proyecto (algunos técnicos de Toledo, por ejemplo), algo que no ha hecho Keiko Fujimori?

Uno quiere creer esto. Olvidarse del origen militar, del alocado entorno familiar, del infantil izquierdismo y anti-imperialismo, del antichilenismo, de ese velasquismo que, como dice el analista y ex ministro peruano Fernando Rospigliosi, se le nota cada vez que, sin querer, se sale del libreto que le diseñaron los asesores brasileños.

Pero no es fácil.

Luego está Keiko Fujimori.

¿Se puede creer, por ejemplo, en la disculpa de ayer por los excesos y delitos (por primera vez dijo “delitos”) del gobierno de su padre y su intento de desmarcarse de su autoritarismo (“me quedan las dudas si es que no se agotaron todas las formas democráticas para evitar [el autogolpe del 92]”)? ¿Es exagerado pensar que el gobierno de Keiko significa una vuelta al fujimorismo?

Cuando veo la extrema facilidad con que muchos se adhieren a Keiko, percibo dos cosas: ignorancia o falta de memoria sobre la desgracia que significó para el Perú el gobierno de Fujimori (que fue mucho más criminal y delictivo que la primera década de Hugo Chávez); e ignorancia sobre el entorno de Keiko y la manera como ella ve a su padre.

Keiko ha dicho reiteradamente que su padre lideró “el mejor gobierno que ha tenido el Perú.” Su hermano Kenji señaló tras su victoria al Congreso hace dos semanas: “Lo tomo como la reivindicación del gobierno de mi padre, como la reinvindicación de las obras y de los logros de Alberto Fujimori”.

Y luego está el entorno, salpicado de viejos rostros del fujimorismo como Carlos Raffo (ahora distanciado), Marta Hildebrandt (cuya vocación autoritaria no parece ser producto del oportunismo ni la vagabundería, sino de la genética), Luisa María Cuculiza, Luz Salgado, Luis Delgado Aparicio, Martha Chávez, un grupo de personajes repelentes que da miedo imaginar de nuevo en posiciones de poder.

Martha Chávez, famosa por pedir amnistía para La Colina y por decir que los asesinados de La Cantuta se “autosecuestraron,” fue una especie de Cilia Flores de Alberto Fujimori (pero peor).

Su última gracia fue amenazar, hace días, al presidente de Poder Judicial peruano, César San Martín, diciéndole que cuando gane Keiko rendirá cuentas por haber condenado a Alberto Fujimori a 25 años de cárcel.

Martha Chávez también aplaudió públicamente un ataque violento de fujimoristas al monumento “El ojo que llora,” una escultura que fue construida en memoria de las víctimas del terrorismo y que ella considera un insulto a Fujimori.

Y, como Cuculiza, se opone a la construcción del Lugar de la Memoria, un monumento también hecho para rememorar a las víctimas de la violencia política.

Ayer, diez días después de la amenaza a San Martín, Keiko por fin se pronunció claramente sobre estos temas:

“Si se han entendido las declaraciones de Martha Chávez como una amenaza,” dijo, “yo las desautorizo. Las rechazo.”

Casi al mismo tiempo otro fujimorista, Rolando Souza, declaraba sobre el Lugar de la Memoria: “Esperamos apoyar a un lugar que tenga una versión equilibrada de las cosas.”

“Si se han entendido.” “Versión equilibrada.”

Palabras que, viniendo del fujimorismo, uno no puede evitar leer con paranoia.

Nueva herramienta del blog

Domingo, 25 de abril de 2011

Si no conoce un nombre, el significado de una fecha o un país o ciudad mencionado en un artículo del blog, seleccione el nombre o las palabras que no conoce como si fuera a hacer un copy-paste. Enseguida verá un burbujita que dice Learn more (ver ícono a la derecha) y poniendo el cursor en esa burbujita abrirá una ventana con información sobre el nombre o las palabras seleccionadas.

Por ejemplo, si selecciona en el artículo pasado (o este mismo) Gustavo Gorriti verá la entreda Wikipedia sobre él, sus libros en Amazon, videos en YouTube, imágenes y otras menciones de Gorriti en AlejandroTarre.com.

 

¿Qué ven que nosotros no?

Viernes, 22 de abril de 2011

Vargas Llosa y Fernando de Szyszlo

Mario Vargas Llosa y Julio Cotler ya se pronunciaron a favor de Ollanta Humala. Gustavo Gorriti, uno de lo mejores periodistas del Perú (y Latinoamérica), también lo hizo. Es probable que Fernando de Szyszlo y Javier Pérez de Cuellar pronto hagan lo mismo. ¿Por qué lo mejor que tiene el Perú se está inclinando por el ex militar nacionalista? ¿Qué ven estos ilustres que nosotros no?

A los venezolanos nos cuesta no ver el dilema peruano a través del prisma de Hugo Chávez. Y eso no está mal, porque la comparación aguza un poco nuestra imaginación, sin la cual es difícil hacer predicciones sobre el futuro.

El problema es que no estamos utilizando bien a Chávez.

Cuando vemos a Humala y sus esfuerzos por arrimarse hacia el centro, vemos a Chávez el 98 y pensamos que el ex golpista peruano, como el venezolano, puede estar engañando a los peruanos. Que, una vez en el poder, va a demoler las instituciones republicanas y hacer añicos la economía.

Pero hay otra manera de verlo.

Imaginemos que Chávez cae por un escándalo de corrupción. Imaginemos que lo enjuician y lo condenan a más de veinte años de prisión por corrupción y violaciones a los derechos humanos. Imaginemos que diez años después su hija se lanza a la presidencia. Imaginemos que en la campaña dice una y otra vez que el gobierno de Chávez “es el mejor que ha tenido Venezuela.” Imaginemos a la heredera de Chávez rodeada en su campaña de viejos rostros del chavismo como Rodríguez Chacín, Ramírez, quizá Tarek El Aissami o Tomás Vásquez -personas que sabemos que, si retornan al poder, son capaces de actuar como gángsteres, cleptómanos y criminales.

¿Preferiría usted a un candidato como Humala?

Imaginemos que nos jura que no va a indultar a Chávez, a pesar de que la única razón por la cual tiene oportunidad de volver al poder es por la nostalgia que mucha gente tiene por el chavismo; a pesar de que en sus mítines se oyen siempre gritos que dicen “¡Sí volveremos! ¡Sí volveremos!”; a pesar de que una victoria suya sería una reinvindicación del gobierno de su padre.

¿Usted le creería?

Falsas narrativas

Jueves, 21 de abril de 2011

A continuación un extracto de un análisis de Alejandro Grisanti y Alejandro Arreaza de Barclays Capital sobre la fecha de las primarias (cursivas mías):

…La oposición ha enfrentado una batalla generacional entre los dirigentes nuevos y jóvenes (los renovadores) y los representantes principales de los partidos tradicionales (restauradores). Los renovadores tienen una edad promedio de 40 años; gozan de mayores índices de aprobación y mejor intención de voto, pero no controlan la toma de decisiones del sector opositor. Representan el futuro, los rostros del cambio, y quizá tengan mayores probabilidades de ganarle al presidente Chávez. Los restauradores tienen, en promedio, 60 años de edad, y detentaban importantes cargos políticos antes de la llegada de Chávez a la presidencia (en la Cuarta República). Probablemente, para ellos sea más difícil ganar los comicios presidenciales de 2012, ya que los venezolanos básicamente votaron por el “cambio” cuando eligieron por primera vez a Chávez en 1998. Además, una de las consignas del actual gobierno durante los últimos 13 años ha sido “no volverán”…El debate en torno a la fecha y las reglas para las primarias puso de manifiesto la brecha generacional entre los partidos tradicionales y los líderes emergentes. Aquellos querían postergar la votación hasta 2012; estos querían celebrarla en el cuarto trimestre de 2011.

Esta narrativa, de un grupo de líderes jóvenes y modernos que lucharon cual David por unas primarias tempranas pero fueron aplastados por un grupúsculo retrógrado de dinosaurios políticos, es bastante atractiva y cautivadora.

Pero también es falsa.

Grisanti y Arreaza dicen que los posibles candidatos presidenciales del grupo “renovador” son el gobernador de Miranda Henrique Capriles Radonsky; Leopoldo López; el gobernador de Lara Henry Falcón y María Corina Machado.

Y del grupo “restaurador” el alcalde de Caracas Antonio Ledezma; Manuel Rosales; Henry Ramos Allup; Henrique Salas Römer; el gobernador de Táchira César Pérez Vivas; Eduardo Fernández y Oswaldo Álvarez Paz.

El problema es que, del grupo de los renovadores, el único que hizo un aporte sustancial a la campaña por las primarias 2011 fue Henrique Capriles Radonsky.

El “renovador” Henry Falcón dijo que las primarias debían ser en diciembre, pero el “restaurador” Antonio Ledezma fue mucho más enfático, declarando el 8 de abril que, si por él fuera, “las primarias se harían mañana.”

Presionada a pronunciarse sobre el tema en Globovisión, María Corina Machado también dijo que le gustaba diciembre como fecha, pero aclaró que no era grave si se hacían a finales de enero. Ni en su timeline de Twitter ni en su página web encontré una sola, así sea pequeña, contribución a la campaña #PrimariasYa.

Lo mismo se puede decir de Leopoldo López, en cuya página web, constantemente actualizada, tampoco pude encontrar una contribución explícita a esta campaña. En un artículo de opinión publicado el 8 de abril López más bien escribió:

La discusión sobre la fecha de las primarias no debe convertirse en una piedra en el camino en este proceso. Lo importante es concretar las condiciones para que este proceso permita la legitimación de todos los liderazgos, a todo nivel. Esa es la clave para alcanzar la cohesión necesaria en el seno de las fuerzas democráticas.

Y en su Twitter, el día que la MUD anunció la fecha, López no manifestó el más mínimo resentimiento. Más bien su reacción fue celebratoria:

Ayer dia de contrastes: mientras el PSUV defiende dedazo, la Unidad asume el camino de la apertura, inclusion y democracia con Primarias!

La del “restaurador” Oswaldo Álvarez Paz, en cambio, fue virulenta. Ningún otro pre-candidato pidió a la MUD que se retractara. (Su antiguo partido Copei, en cambio, apoyó febrero a pesar de que su líder es un joven de esa “edad promedio de 40 años”).

¿Para qué, entonces, inventar estas narrativas simplistas? ¿Para fomentar divisiones entre las nuevas y viejas generaciones? ¿Para que esta fantasía termine por convertirse en un self-fulfilling prophecy?

Asumir que todos los viejos son malos y todo los jóvenes son buenos es una soberana estupidez. Y asumir que ambas generaciones no pueden hacer contribuciones valiosas para recuperar la democracia en Venezuela también lo es.

Yo, en lo particular, prefiero a Leopoldo y María Corina que a Ramos Allup y Rosales, pero también pienso que veteranos como Aveledo, Petkoff y Ledezma han hecho grandes contribuciones en la lucha por la democracia, y que, si un “renovador” gana las primarias (como luce bastante probable), vamos a necesitar las maquinarias de AD y UNT para aumentar nuestras posibilidades de triunfo en 2012.

Nuestra labor como comentadores es apoyar y promover a las fuerzas y argumentos “renovadores” y “modernos” en ambos bandos. Es decir, no apoyar etiquetas sino ideas, actitudes y comportamientos.

Parece mentira que uno tenga que recordarlo.