Entre Guatemala y Guatepeor

Martes, 29 de septiembre de 2009

michelettiYa en el pasado había dado señales de ser un hombre torpe, intolerante, intempestivo y sobre todo bruto, pero con las últimas medidas ya uno no encuentra adjetivos con qué describir a Roberto Micheletti.

En los últimos días el gobierno de facto ha cerrado dos medios, impedido la entrada al país de dos funcionarios de la OEA, dado un agresivo e innecesario ultimátum a Brasil, y más grave aún, declarado un estado de sitio por 45 días. A este paso no me sorprendería que en los próximos días declaren a Oscar Arias persona non grata.

Hace poco critiqué a Estados Unidos por asomar la posibilidad de no reconocer las elecciones presidenciales en noviembre. Pero con estas últimas medidas Micheletti ha creado una situacion en la que es difícil no aprobar las últimas declaraciones del Departamento de Estado.

PD: Al parecer Micheletti ya prometió que revertirá el decreto dictatorial del domingo. Esperemos que cumpla su promesa.

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El linaje de Evo

Martes, 29 de septiembre de 2009

A continuación unas recientes declaraciones del presidente de Bolivia, Evo Morales:

Tengo que confesar que estas declaraciones -aunque en el fondo tristes por sus implicaciones para el pueblo boliviano- me hicieron reír un buen rato. La comicidad del discurso reside no sólo en el hecho de que Evo nos está diciendo que él y los de su raza tienen una suerte de sangre azul, que como la de los principes se transmite de generación en generación; un anti-imperialismo genético que libra a los indígenas de esos malhadados deseos e instintos de querer dominar a pueblos más débiles. También reside en la panorámica ignorancia de Evo y la jocosa irresponsabilidad con que se expresa.

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La pequeña debilidad de Lula

Viernes, 25 de septiembre de 2009

lula-chavez-778133Dejando que el presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, se refugie en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, el gobierno de Lula ha asumido un rol inusualmente activo (y controversial) en los asuntos internos de otro país. Esto sin tomar en cuenta que, en declaraciones al diario brasileño O Estado de S. Paulo, asesores de Lula revelaron que la “infraestructura, la logística y la orientación para buscar específicamente la embajada brasileña” como refugio de Zelaya fue preparada por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Este repentino y activo rol de Lula como defensor de la democracia no sólo choca con su habitual indiferencia y neutralidad hacia estos temas, sino también con declaraciones que ha dado en los últimos cuatro días.

En Nueva York, donde Lula dio el discurso inaugural en la Asamblea General de la ONU, un reportero le preguntó sobre la situación en Irán y él dijo que a Brasil no le corresponde cuestionar el proceso electoral iraní. Cuando alguien le preguntó sobre la negación del holocausto de Ahmadinejad, el presidente brasileño se limitó a decir “si piensa distinto, es su problema, no el mío.”

Sobre Venezuela, Lula dijo lo siguiente a la revista Newsweek:

Newsweek: Mercosur, que Brasil lidera, sólo admite como miembros democracias plenas que respetan los derechos humanos. ¿Califica Venezuela?

Lula: Dame un ejemplo de falta de democracia en Venezuela.

Newsweek: Treinticuatro estaciones de radio cerradas por el gobierno un fin de semana. Represión de sindicatos independientes y persecusión gubernamental de adversarios políticos. Bandas violentas vinculadas al gobierno de Hugo Chávez atacando la única televisora independiente.

Lula: Esa no es la versión del gobierno.

Newsweek: ¿Existe alguna duda?

Lula: Seamos francos en una cosa. Primero, cada gobierno establece el régimen democrático que se ajusta a su pueblo. Es una decisión soberana de cada nación. Yo jamás he cuestionado el hecho de que, en un sistema parlamentario, el primer ministro pueda permanecer en el poder 15 o 18 años. Ahora [Álvaro] Uribe está apoyando [una enmienda constitucional para] un tercer período presidencial. Yo no he escuchado a nadie criticar a Colombia por eso. ¿Por qué yo no quiero un tercer mandato? Porque lo que es válido para mí también es válido para mis opositores. Hoy yo quiero gobernar por tres períodos, mañana ellos querrán cuatro. Por eso digo que no se debe jugar con las reglas de la democracia. Dos períodos y ocho años en la presidencia es un tiempo razonable para gobernar un país. Y seamos honestos. La elite venezolana no era un dechado de virtudes. Recuerda que Chávez fue víctima de un golpe. No puedes esperar que él olvide eso tan rápido. Secuestraron a Chávez tal como secuestraron ahora a Zelaya. Nos podemos permitir que esto siga pasando en América Latina. Chávez tendrá que regirse por las reglas de Mercosur. Mercosur tiene reglas definidas.

Newsweek: Sí, pero la reglas de Mercosur establecen que los miembros del mercado común deben respetar las reglas de la democracia y los derechos humanos.

Lula: Chávez se ha sometido a cuatro elecciones en los últimos 10 años, y los venezolanos están aprendiendo. Somos un continente colonizado. La mayoría de los países de la región pasaron el siglo XX en pobreza. El petróleo venezolano enriqueció a media docena de venezolanos mientras que el resto de la población permaneció pobre. Esta es la primera vez que el petróleo está siendo utilizado para aumentar la participación del pueblo. Sea o no sea esto lo mejor, los venezolanos son los responsables de decidir.

Newsweek: ¿Es la democracia sólo elecciones?

Lula: Las elecciones son un gran indicador de la democracia. De hecho, la democracia significa que las instituciones funcionan, y yo estoy trabajando para fortalecer la democracia brasileña. Cada país construye la democracia que quiere. No tengo duda de que los latinoamericanos ahora vivimos uno de los momentos más democráticos de nuestra historia.

Hay muchos intelectuales que ven en cualquier declaración de Lula una crítica velada al autoritarismo de Chávez. Espero que estas declaraciones acaben con eso que en el mundo anglosajón llaman wishful thinking.

 

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Historia circular

Martes, 22 de septiembre de 2009.

01-mg__3339Leyendo la novela El pasajero de Truman del venezolano Francisco Suniaga, me tropecé con este párrafo:

Recuerdo que [Cipriano] Castro había adoptado, por aquellos primeros tiempos de su mandato, un uniforme de trabajo bastante curioso, una chamarra de lino crudo parecida al uniforme de verano del zar Nicolás de Rusia. Cuando tenía reuniones políticas con sus partidarios, completaba ese atuendo enrollándose en el cuellos un pañuelo amarillo, el color de la bandera restauradora. Era asombroso ver entonces cómo los castristas, civiles y militares, lucían ese atuendo, en abierta competencia para ver quién se ponía la chamarra más rusa o el pañuelo más amarillo y se parecía más al jefe. En octubre de 1903, unos meses después de la humillación a la que nos habían sometido las flotas de Alemania e Inglaterra, asistí a un evento convocado en Miraflores para celebrar el aniversario de la Revolución Restauradora. Y desde la entrada al palacio hasta el salón del acto se encontraba usted con aquella comparsa de funcionarios y caudillos de provincia ataviados con chamarras zaristas y pañuelos amarillos enrollados en el cuello, iguales al general, uniformados como unos pendejos. Por situaciones como esa, combinadas con el discurso heróico y lleno de floripondios del general Castro, su gobierno tuvo para mí una pátina ridícula que, dicho sea de paso, todas las dictaduras parecieran necesitar.

Por supuesto, es difícil leer este párrafo sin pensar en el uniforme de camisa roja de la revolución bolivariana, utilizado por funcionarios chavistas de diverso rango, desde ministros a concejales. Someramente, Suniaga nos recuerda que los pendejos, los cuidapuestos y los aduladores no son productos de una determinada época o coyuntura histórica. Como las historias de amor, son eternos y universales.

Torcidos estándares

Lunes, 21 de septiembre de 2009

nolia1Hace poco escribí lo siguiente en Bizarra normalidad:

El gobierno se las ha ingeniado para alterar los códigos que regulan el debate nacional, arrimando al país hacia una suerte de anomia moral. Estándares que regulan la discusión pública han sido rebajados o eliminados. Arbitrariedades que antes eran motivo de escándalo ahora son vistas como normales y parte del juego político. Crímenes y delitos oficiales que en otros países serían hitos históricos se escurren de los medios como noticias efímeras. Reglas y criterios objetivos que permiten evaluar y juzgar comportamientos han sido sustituidos por un vacío donde el poder y la fuerza se imponen sobre la razón. Ya no importa qué está bien y mal, ni porqué algo está bien o mal, sino quién determina qué está bien y mal.

En Colombia hace poco estalló un escándalo por nuevas acusaciones de que el DAS (el organismo de inteligencia colombiano) ha intercepetado ilegalmente llamadas telefónicas de magistrados, periodistas y políticos opositores del presidente Álvaro Uribe. En el pasado ya han habido acusaciones de este este tipo contra el DAS, que le han costado el puesto a cuatro directores del organismo. Pero estos escándalos no han disminuido el impacto que han causado en Colombia las más recientes acusaciones, revitalizando el debate sobre la falta de fiscalización del DAS y forzando a Uribe a asomar la idea de desmantelar el organismo.

En Venezuela, en cambio, la situación es muy distinta. El gobierno no sólo graba rutinaria e ilegalmente a sus opositores, sino también transmite estas grabaciones en los medios estatales y las divulga en páginas de Internet oficiales. ¿Con qué motivo? En el mejor de los casos para “probar” una desalada teoría de conspiración. En el peor para mofarse  de la manera de hablar o la intimidad familiar de sus víctimas.*

¿Por qué ya ningún periódico siquiera publica una breve reseña de estas flagrantes violaciones a la ley? Porque estos abusos son tan comunes que se han vuelto bizarramente “normales.”

*Gracias al cineasta Eduardo “El Elvis” Chibás por su asistencia técnica.

 

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