Sospechosos habituales

Viernes, 29 de junio de 2012

Los sospechosos habituales ya saltaron a condenar la destitución de Lugo Paraguay y a asignarle un rol protagónico a Estados Unidos, moldeando la realidad para que encaje en esa simplista y para ellos adictiva narrativa del gran duelo entre la Hidra imperial y los ángeles tercermundistas que la resisten.

Nada nuevo bajo el sol, claro, pero igual vale la pena señalar el contraste entre los agudos reflejos y rapidez de reacción que demuestran cuando la víctima es un miembro del clan y el silencio que siempre sigue a los abusos de los colegas de la tribu.

Se que ya es demasiado pedirles que critiquen a los miembros del clan directamente por las tropelías que cometen dentro de sus países. Pero los sospechosos habituales ni siquiera asoman una crítica ante el apoyo de Venezuela a Siria, por ejemplo; o ante la ironía de un Chávez condenando al Congreso paraguayo a la vez que recibe en Caracas, con honores, a Lukashenko y Ahmadineyad.

¿Por qué ocurre esto?

En parte puede ser esa necesidad casi infantil de creer en narrativas simplistas.

Pero otra posible explicación es que no quieren perder valor en el mercado. Si los sospechosos habituales tiene posiciones más complejas, sutiles, matizadas o simplemente menos partidistas, perderían valor en el mercado de opiniones. Después de todo, la gente sólo los llama porque son del “otro lado,” donde no hay mucha competencia. Como dice el refrán, en tierra de ciegos el tuerto es el rey.

Pero estoy especulando. Mejor darles el beneficio de la duda.

Los límites del populismo

Jueves, 28 de junio de 2012

¿Cuál es la conclusión más importante que podemos sacar de la más reciente encuesta de Consultores 21?

En los últimos meses el gobierno ha aprovechado los ingresos petroleros y se ha endeudado para expandir el gasto público y apuntalar el consumo, generando una sensación de bonanza. La economía está creciendo a un 5,6%. El gasto público creció un 28% el primer cuarto de 2012 con respecto al mismo período el año anterior. El pasado mayo, en comparación a mayo de 2011, el gasto aumentó en un 66,6%. Sólo en construcción de viviendas el gasto se ha inflado más del doble del gasto promedio del año anterior.

Nuevas misiones y programas sociales brotan por doquier: la Misión Hijos de Venezuela, la Misión en Amor Mayor, la Misión Vivienda, Mi Casa Bien Equipada…

Fíjense cómo, según Consultores 21, el porcentaje de personas que siente “en los personal” que Chávez “los ha ayudado o apoyado en algo” ha subido diez puntos en seis meses (en azul).

Sin embargo, esta estrategia populista no pareciera haberle dado réditos electorales al presidente. A la par de este gasto masivo, sin precedente en la historia del país, Chávez apenas ha subido 0,6% desde diciembre y no ha logrado ampliar su ventaja sobre el margen de error.

Y al que opine que estoy apoyándome demasiado en Consultores (considerando el panorama, una estrategia de análisis válida), el blog YV Polis hizo este gráfico comparando las cifras de las encuestas falsas nuevas con las más establecidas, donde, como sabemos, también hay varias encuestas poco confiables. Fíjense que en el segundo gráfico, de los dos el más creíble, el gasto tampoco se nota:

Una vez más, no quiero inflar expectativas porque sigo pensando que el camino hacia la victoria está lleno de piedras. Pero esta ineficiencia del gasto es increíble. El gobierno pisa el acelerador, pero el carro casi no acelera.

Consultores 21

Miércoles, 27 de junio de 2012

La gran noticia, por supuesto, es que, pese al gasto público masivo, el grosero ventajismo y el alto crecimiento económico, la encuestadora más confiable del país, Consultores 21, revela que hay prácticamente un empate técnico entre Capriles (44,5%) y Chávez (47,9%).

Pero para el diario Panorama, desde hace tiempo transformado en desaguadero oficial del chavismo, la noticia no es el empate, ni tampoco la brecha entre el último sondeo de Consultores y las otras encuestas que dan una ventaja mucho mayor a Chávez, sino que Capriles ha bajado siete puntos en un año. La risible y patética manera de enmarcar la noticia es casi una confesión de la incomodidad que provocan estos números. Cita textual del primer párrafo:

En solo un año, el candidato a la reelección presidencial, Hugo Chávez, creció 8 puntos, mientras que el aspirante por la oposición, Henrique Capriles Radonski cayó 7 puntos. Así lo revela la más reciente encuesta de Consultores 21, a la que tuvo acceso este diario…La encuestadora, que en junio del año pasado daba una intención del voto hacia el candidato del Psuv de 39,2%, mostró cómo en junio de este año la tendencia escaló 8 puntos hasta ubicarse en 47,9%, en tanto que el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) descendió 7 puntos, al pasar de 51,0% en junio de 2011 a 44,5% en el mismo periodo de 2012.

Ahora bien, aunque esto es una excelente noticia para la oposición, la misma encuesta de Consultores revela tendencias que favorecen a Chávez. Algunos ejemplos:

  • El porcentaje de personas que dice que el presidente los “ha ayudado o apoyado en algo” ha subido diez puntos desde marzo.
  • La nueva ley del trabajo ha sido muy bien recibida por la mayoría de los venezolanos.
  • El pesimismo y la insatisfacción del electorado ha venido decreciendo y el optimismo aumentando.
  • El porcentaje de personas que califica el gobierno como “bueno” y “muy bueno” ha subido, al igual que la popularidad (agrado) de Chávez y el número de personas que se niega a culpar al presidente de los problemas del país.

En general es difícil encontrar indicadores en los que Chávez no registre mejoras.

Aún así, este empate técnico es alentador. La subida sigue siendo empinada, pero no tanto como había imaginado.

Lealtad tribal, hipocresía

Miércoles, 27 de junio de 2012

A primera vista la reacción de la región a lo ocurrido en Paraguay ha sido buena. En la destitución de Lugo se siguieron los procedimientos legales. A menos que se quiera estirar el término hasta hacerlo inútil, la acción no constituyó un golpe de Estado.

Sin embargo, los países de la región fueron capaces de ver más allá de la letra de la ley y condenar una acción que, aunque constitucional, fue un atentado al principio de debido proceso, cuya importancia, especialmente en este caso, sería un error subestimar. Tratar con ligereza la destitución de un presidente electo popularmente a quien le faltaban sólo nueve meses de mandato es poco serio e irresponsable. Cualquier remoción de una persona que ocupa el cargo de presidente en un sistema n0 parlamentario acarrea importantes implicaciones para la estabilidad política de un país.

En fin, la reacción de la región fue en ese sentido ejemplar. Excepto por un pequeño detallito.

Esa sutileza de análisis no se ha aplicado a Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Ecuador.

En los casos extremos de Nicaragua y Venezuela, por ejemplo, muchos de los países que ahora condenan al Congreso paraguayo no han sido capaces de entender, reconocer o llamar la atención a cosas tan básicas como la importancia de la separación de poderes en cualquier democracia.

Lo que hace pensar que esto, en el fondo, no es sutileza de análisis ni una genuina defensa de principios. En un buen número de países lo que estamos viendo es hipocresía o lealtad tribal.

Sobre Paraguay

Martes, 26 de junio de 2012

Un breve comentario sobre la destitución de Fernando Lugo en Paraguay.

Claramente, la destitución no fue inconstitucional. Para sacar a Lugo se siguieron al pie de la letra los procedimientos legales.

Al mismo tiempo, no es justo ni serio ni prudente destituir a un presidente de manera expedita, sin siquiera darle el tiempo o una oportunidad decente para defenderse. Se puede haber respetado la ley y quizá la decisión del Congreso ya era irreversible, pero de igual modo a Lugo se le ha debido dar un espacio adecuado para presentar su caso y tratar de convencer a los legisladores de no destituirlo.

En este sentido se equivocan los que comparan a Paraguay con Venezuela, diciendo que Chávez sigue la letra de la ley pero viola constantemente el espíritu democrático que la Constitución promueve. Chávez a cada rato viola flagrantemente la letra de la Constitución.

Luego está la reacción internacional. Una vez más, los que lideran la condena a la destitución de Lugo son países con escasas credenciales democráticas. Chávez, por ejemplo, criticó la acción del Congreso paraguayo mientras recibía en Caracas a Ahmadineyad (y hoy a Lukashenko). Correa, Kirchner e incluso Rousseff han mostrado más indignación por lo ocurrido ahora en Paraguay que lo que nunca han mostrado por los abusos y la permanencia en el poder de los hermanos Castro.

Como pasó con Honduras, estamos presenciando un grotesco doble estándar.

¿Por qué ocurre esto?

En primer lugar hay un factor estructural. Las remociones de los presidentes son mucho más visibles y dramáticas que los ataques a los poderes judicial y legislativo. Los presidentes, además, son los que llevan las riendas de la política exterior en todos los países. Por eso las agresiones a los presidentes siempre provocan mayor empatía e indignación que los ataques a los otros poderes.

La segunda razón tiene que ver con los beneficios de la estrategia frontal de Chávez y el Alba, y las desventajas de la estrategia esquiva de sus adversarios ideológicos.

Nadie se atreve a condenar a Chávez o Castro con la misma fuerza con que el Alba condenó a Honduras y ahora condena al Congreso paraguayo. Y eso le abre el espacio al Alba para moldear a su conveniencia las condiciones y términos del debate.

Esto deja a los países modernos y democráticos de la región con un difícil dilema. ¿Confrontar a Chávez y dividir a la región, creando un ambiente poco sano de conflictividad y polarización? ¿O dejar que Chávez y sus colegas aprovechen ocasiones como ésta para pontificar sobre la democracia y liderar condenas y represalias contra actos poco democráticos cuando ellos a cada rato irrespetan las prácticas democráticas, y se juntan o defienden a dictadores como Ahmadineyad y Al Assad?