¿Hacia una dictadura?

Viernes, 17 de abril de 2009

La semana pasada el congreso venezolano aprobó la ley de Distrito Capital, la última sarta de una cadena de vapuleos y atropellos que ha sufrido la alcaldía Metropolitana desde que la oposición la recuperó en las elecciones regionales de noviembre. La ley establece que la actual sede de la alcaldía –tomada desde diciembre por hordas chavistas con anuencia de la policía– será ahora la sede del jefe del Distrito Capital, una nueva figura designada por el presidente. También transfiere al Distrito Capital casi todo el presupuesto de la Alcaldía Metropolitana, lo que significa que posiblemente buena parte de los cuarenta mil empleados de la alcaldía quedarán sin trabajo. La ley es un paso más en el proceso de centralización que, en los últimos meses, ha despojado a alcaldes y gobernadores de muchas de sus competencias, incluyendo puertos, aeropuertos, autopistas, policías, líneas de transporte y hospitales.

En combinación con esta arremetida centralizadora, el gobierno también ha dado pasos firmes para criminalizar a la disidencia. El general Raúl Isaías Baduel, que pasó de ser “héroe” a “traidor” de la revolución por romper con el gobierno en 2007 y luego asumir una postura crítica, fue detenido “preventivamente” (todavía no se le han imputado cargos concretos) por supuesto enriquecimiento ilícito durante su gestión como ministro de Defensa. Cinco de los diez líderes más notorios e influyentes de la oposición están siendo asediados con investigaciones, incluyendo tres de los cinco gobernadores opositores y el editor del diario Tal Cual, Teodoro Petkoff, a quien recientemente se le acusó de no haber pagado impuestos de sucesiones. Algunos de estos líderes y sus familiares son espiados y vigilados día y noche por los servicios de inteligencia.

Continue reading

Lula, Bachelet y Cuba

Miércoles, 1 de abril de 2009

chavez_morales_lula_raul_bacheletEl pasado diciembre Cuba fue admitida formalmente al Grupo de Río, un organismo internacional que realiza reuniones anuales entre los jefes de Estado y cancilleres de los países firmantes de América Latina y el Caribe. Para la ceremonia de admisión Raúl Castro viajó a Brasil, donde pudo escuchar a varios presidentes de la región despotricar contra Estados Unidos y pedir el levantamiento inmediato del embargo. Cristina Fernández, Evo Morales, Felipe Calderón, Hugo Chávez, Rafael Correa –todos dieron latigazos al embargo. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó su esperanza de que el nuevo presidente de Estados Unidos levantara el bloqueo y dijo que Cuba “lo único que había hecho de malo era conquistar su libertad.” Al final de la cumbre, Raúl Castro declaró que salía de Brasil muy contento por el apoyo que había recibido Cuba por parte de todos los mandatarios.

La incorporación de Cuba al Grupo de Río fue seguida por una oleada de visitas de alto nivel a la isla, que incluyó a los presidentes de República Dominicana, Honduras, Panamá, Argentina y Chile. Al igual que en la cumbre de Brasil, ninguno de ellos asomó el tema de la falta de libertades políticas en Cuba, ni siquiera la presidenta chilena Michelle Bachelet, que fue torturada durante la brutal dictadura de Augusto Pinochet. Bachelet hizo durante su visita la protocolar crítica al embargo, que calificó –con razón– como una práctica comercial discriminatoria. Pero no tocó el tema de las políticas discriminatorias que impone el gobierno cubano dentro de la isla y se negó a reunirse con la disidencia por razones de “protocolo.” Más aún, el entonces canciller chileno Alejandro Foxley emitió un comunicado en el que expresó que la política exterior de su país se caracteriza por el respeto a la “diversidad política” y los “diferentes caminos del desarrollo.”

Continue reading