El fin del mar de felicidad

Lunes, 20 de mayo de 2013

Si lo que dice Mario Silva en la grabación difundida hoy es cierto, las guerras a cuchillo dentro del chavismo son peores que los rumores más amarillistas que circulan sobre el tema. Giordani diciendo que Diosdado y su combo están desangrando al país y Mario Silva llamando a Diosdado un “grandísimo hijo de p…”; el ministro de Defensa quejándose porque Maduro no lo recibe; Diosdado acumulando poder con ínfulas casi napoleónicas (“Si toma control de PDVSA nos jodimos,” dice Silva); y hasta fabricando un conexión entre la hija de Chávez y Bocaranda para joder a….no sé quién.

Una situación, pues, surreal y alucinante, que prueba una vez más que ni la más poderosa imaginación puede competir con la realidad.

¿Quién filtró el video?

Dicen algunos que la grabación es una especie de reporte grabado para alguien en Cuba. Pero, si lo filtraron los cubanos, ¿por qué lo hicieron si la grabación deja mal a todas las facciones del chavismo desde Maduro y Cilia Flores a José Vicente, Arreaza y Diosdado?

En fin, la historia de cómo se filtró esa grabación debe ser tan fascinante como la grabación misma.

Por último, me causó cierto placer escuchar a Mario Silva admitiendo que el chavismo está sumido en un “mar de mierda” donde los ministros roban porque “saben que esto se va a desmoronar.” Y me sorprendió su sincera y absolutamente tarada devoción por el Comandante, así como la paranoia y el miedo que carcome el alma de este pobre miserable:

Yo tengo temor, Palacios. Un temor, coño yo diría visceral, emocional, muy jodido.

Y a veces uno no sabe si este temor y paranoia lo está llevando al borde del delirio como al coronel Moori Koenig:

A mi familia en Turmero me la están caceroleando, y yo estoy callado la boca…Y he estado a tirito de montarme en un carro e ir hasta allá a caerle a tiros a los que se acerquen a mi casa….El objetivo ahorita a matar soy yo, porque yo sé demasiada mierda. Yo sé demasiada mierda, Palacios. Ellos saben que yo estoy atrincherado. Me ordenaron matarme a mis hijos.

No precisamente el moderador guapo y apoyado que interpreta a Mario Silva todas las noches.

Calculada esquizofrenia

Viernes, 17 de mayo de 2013

Leopoldo Castillo se me adelantó con una observación.

Me vino a la mente, por primera vez, el día que Nicolás Maduro arremetió contra el presidente de Polar Lorenzo Mendoza, poco después de reunirse con él. Casi simultáneamente a los insultos, Polar divulgó un comunicado contando que la reunión había sido cordial –señalamiento confirmado por declaraciones posteriores de Nelson Merentes.

Por otro lado, no debemos olvidar que al inicio –y yo lo comenté en el momento– Maduro respondió a la declaraciones de Mendoza, donde el empresario propuso incluso dos privatizaciones, con un tono inusualmente conciliador, sólo para luego dar un viraje y arremeter, ante las cámaras, contra Polar.

¿Qué está ocurriendo?

Para tratar de salir del hoyo donde está metido a Maduro no le queda otra que acercarse al sector privado. Y él lo sabe. Pero al mismo tiempo este acercamiento le crea problemas con el chavismo duro. Con su propia base.

¿Cómo solucionar esto?

Dialogar tras bastidores y radicalizar su discurso ante las cámaras.

Esto, por supuesto, revela su debilidad dentro del chavismo. Y, como todos sabemos, nada en la economía se va a solucionar sin un viraje real -de esos que no se pueden tapar con un par de insultos o amenazas.

Trágico desfase

Viernes, 17 de marzo de 2013

¿Cuál es el nivel de autocensura de medios importantes como Venevisión, Televén y Unión Radio? No he visto un estudio sobre el tema, pero me gustaría verlo.

Porque es cierto que los medios públicos tienen una audiencia mucho menor a la de los medios privados. Según algunos cálculos, 6% es el promedio de la audiencia de los medios públicos en los últimos cinco años, más de 10 veces menos que el 69% de los medios privados.

Mi impresión es que la autocensura de medios como Venevisión y Televén es como un resorte que se estira y se encoge dependiendo de las circunstancias. Antes de las elecciones quizá le dieron más cobertura y entrevistas a la oposición (lo cual explicaría los regaños del gobierno). Y quizá esa mayor cobertura -si se la dieron- ayudó a que los venezolanos escucharan a Capriles en las últimas semanas de la campaña y se decidieran a su favor.

Adonde quiero llegar con esto es que cuando evaluamos la conducta de Venevisión y Televén hay un trágico desfase entre lo correcto/admirable y lo potencialmente útil; un perfecto ejemplo de la tensión entre la espinosa división de Weber entre la moral de la convicción y la moral de la responsabilidad.

Si Venevisión y Televén hubiesen adoptado una actitud diferente ante el gobierno, defendiendo sus principios y convicciones con la admirable firmeza con que lo han hecho RCTV y Globovisión, quizá no seguirían en el aire. En su lugar habrían canales como TVES.

Pero ¿habría sido esto mejor para la oposición?

Si están al aire, estos medios pueden estirar el resorte en momentos claves y con su amplísima audiencia ayudar a nivelar el terreno electoral. Si no están al aire, no pueden hacer nada. Este es más o menos el argumento que han utilizado muchos en el debate sobre la permanencia de Google en China.

A mi este pragmatismo extremo de los defensores de Venevisión me incomoda mucho, debo decir. Porque sería más bonito que hacer lo incorrecto no le trajera beneficios a los buenos de la película.

Por qué ahora no y antes sí

Jueves, 9 de mayo de 2013

Si en las elecciones de octubre, el terreno electoral también estuvo grotescamente desnivelado, ¿por qué esta vez la oposición decidió no aceptar los resultados?  En una entrevista con El País de España, Henrique Capriles responde a esta pregunta:

En aquella ocasión [octubre 2012] sí hubo irregularidades, pero cuando le pregunté a mi equipo cuántos votos habría podido manipular el gobierno me respondieron que no más de un millón. Chávez ganó las elecciones por 1.500.000 votos. Yo le dije a mi gente que no tenía manera de reclamar un fraude. Pero esta vez esas irregularidades aumentaron. Este ha sido el proceso más violento de los últimos 15 años

Este es el fondo del asunto.

Pero primero retrocedamos un poco.

Como ha recordado Javier Corrales,  en América Latina los presidentes casi siempre logran reelegirse (desde 1984 sólo 2 de 18 han fracasado). No sólo eso: los presidentes suelen ganar la reelección con amplios márgenes.

Mientras que en Estados Unidos la ventaja promedio es 9 puntos (desde 1936), en América Latina es casi 29 puntos porcentuales (desde 1984).

Es decir, Chávez ganó la reelección en octubre con 17 puntos menos que la ventaja promedio.

Para mí este dato es muy, muy relevante porque en un petroestado autoritario las ventajas que tiene un presidente para ser reelecto son mucho mayores. La victoria chavista del 7/O, pues, debería estar por muy encima del promedio, no 17 puntos por debajo.

Lo cual nos obliga a hacernos la siguiente pregunta: ¿ha podido ganar Capriles en octubre de 2012 si las elecciones se hubiesen celebrado bajo condiciones justas o si hubiese tenido las mismas ventajas que tuvo Chávez?  Probablemente, sí.

El problema en 2012 fue que con un diferencia de 1.5 millones de votos no era fácil argumentar esto.

Pero en las elecciones del 14 de abril la situación cambió. Sin los abusos que se cometieron el mismo día de las elecciones Capriles ha podido ganar. Es decir, Capriles ha podido ganar incluso si no contamos los abusos que se cometieron antes de las elecciones.

Lo que aprendió como canciller

Domingo, 6 de mayo de 2013

Difícil creer lo torpe que fue Nicolás Maduro arremetiendo contra el canciller peruano, Rafael Roncagliolo, por simplemente invocar al diálogo en Venezuela.

Para los que no saben Roncagliolo no se ha portado mal con Maduro. Al contrario, se metió en problemas en su país por aceptar rápidamente su muy dudosa victoria. Algunos diputados de la oposición peruana estaban hace días pidiendo una interpelación a Roncagliolo.

Pero hoy esos mismos diputados que pedían una interpelación expresaron su apoyo al canciller a raíz de la arremetida de Maduro. Hasta ahora la región ha dejado que Maduro haga lo que quiera dentro de Venezuela sin mayores quejas. Pero Maduro podría estar forzando a los gobiernos vecinos a asumir una actitud menos complaciente.

No soy aún tan optimista, por supuesto. Pero que se haya abierto esta posibilidad es una muestra de la torpeza de Maduro en el manejo de la política exterior. (No olvidemos que Maduro fue canciller más de seis años).

En fin, el Ilegítimo podría lograr lo que la oposición venezolana no ha podido lograr: sacar de su sopor a las democracias latinoamericanas y obligarlas a pronunciarse sobre lo que está ocurriendo en Venezuela.

Update: Al parecer Maduro reculó.