¿Qué pasó con el mercenario?

Martes, 4 de septiembre de 2012

Reconozco que me equivoqué con el mercenario. Pero no sobre el fondo, sino las formas.

El gobierno no pareciera haberse buscado a un personajillo como Chávez Abarca o Giovanny Vásquez para montar una nueva olla. Lo que aparentemente ocurrió, y especulo en base a un reportaje de Gerardo Reyes y Casto Ocando, fue que a un narcotraficante de baja monta que se fugó de una cárcel en Colombia, Eduardo Acosta Mejía, lo capturaron en Táchira con un pasaporte norteamericano que no tenía sellos de ingreso al país.

Sujeto dominicano estadounidense capturado en Táchira con un pasaporte norteamericano sin sellos de ingreso al país en época electoral, ¿no esto un regalo de Dios?

Gerardo Reyes:

Acosta viajaba hacia el interior del país en un autobús de línea que fue sometido a una inspección de rutina en el Punto de Control del Destacamento de Fronteras Nº 12 de la población de La Pedrera.

El caso hubiera pasado como un incidente migratorio más sino es porque el presidente Chávez lo convirtió la semana pasada en un tema de campaña presidencial, y en una nueva fuente de tensión con Estados Unidos.

Ahora bien, ¿por qué Chávez y el oficialismo no han mencionado más al mercenario?

Sospecho que la razón es que demasiados detalles sobre el pasado Acosta Mejía comenzaron a emerger, robándole la oportunidad al gobierno de inventar una teoría de conspiración.

Y por eso llevamos varias semanas sin saber de él.

Tinieblas expresivas

Sábado, 1 de septiembre de 2012

Una cosa que olvidé comentar en mi nota sobre la misión de Unasur.

El canciller peruano, Rafael Roncagliolo, visitó Caracas hace poco para firmar como representante de Unasur el acuerdo de acompañamiento electoral con el CNE.

En su visita, Roncagliolo declaró:

La misión que vendrá a Venezuela −en el marco del respeto, solidaridad y cooperación− presenciará las elecciones con el objetivo de generar conocimiento y experiencias que favorecerán a los organismos electorales que participan en este ejercicio…No sólo los organismos electorales venezolanos, también los otros organismos electorales de los países de Unasur.

Creo que tengo una inteligencia promedio que me permite entender cualquier declaración si la leo varias veces. Pero para mí esto que dice Roncagliolo es difícil de entender.

¿Está de verdad diciendo que el objetivo de los miembros de la misión es aprender sobre elecciones y democracia en Venezuela?

Aunque cueste creerlo, eso pareciera ser lo que dice. Por otro lado, Roncagliolo sugiere que la cosa es bidireccional. El CNE también se enriquecerá por esa “generación de conocimientos y experiencias” de la misión, lo cual es totalmente absurdo por muchas razones, incluyendo las que expliqué el viernes.

¿Seré yo el que no entiende?

Quizá. Aunque también es posible que se trate de una de esas declaraciones vagas y humosas que con frecuencia se utilizan para nublar con una verborrea incoherente verdades incómodas, en este caso la total inutilidad de la misión.

Perniciosamente inútiles

Viernes, 31 de agosto de 2012

Ya escrito sobre esto, pero vale la pena repetirlo, ya que se acerca el día de las elecciones.

Hay diferencias importantes entre Misiones de Observación Electoral (MOE) y misiones de acompañamiento.

Las de acompañamiento están increíblemente limitadas en sus funciones, mientras que las MOE vigilan el comportamiento de todos los protagonistas del proceso electoral, así como la organización y administración del proceso por parte de las autoridades electorales. Las MOE también constatan la correspondencia del proceso electoral con las normas vigentes y la Constitución, utilizando criterios universales de transparencia, imparcialidad e integridad electoral.

Para llevar a cabo esta labor las MOE normalmente llegan al país semanas, sino meses, antes de las elecciones, pues el trabajo no se limita a observar la votación sino también el proceso electoral.

Las MOE realizan sus tareas “técnicas” durante las tres fases del proceso: la etapa pre-electoral, la votación en sí y la etapa post-electoral.

Desde hace tiempo Venezuela no acepta a MOE en procesos electorales sino sólo misiones de acompañamiento. Estas misiones son prácticamente de adorno, porque ni siquiera están en la posición de evaluar debidamente lo que ocurre el día de las elecciones. Es decir, no es sólo el hecho de que son incapaces de evaluar el proceso electoral en su totalidad. Están incapacitadas, incluso, para emitir juicios responsables sobre lo que ocurre el día de la votación.

¿Para qué, entonces, el gobierno invita a las misiones de acompañamiento? ¿Qué utilidad tiene la misión de acompañamiento de Unasur que vendrá a observar las elecciones del 7 de octubre?

La respuesta es muy simple: son trampas cazabobos. Aprovechándose de que mucha gente no las distingue de las MOE (incluyendo algunas agencias de prensa), el gobierno logra a través de ellas dar mayor legitimidad al proceso electoral. En el caso de la misión de Unasur la situación es peor, porque a través de ella el gobierno logrará que la región legitime un proceso que no está en la posición de legitimar. Todos sabemos que la misión no se va a pronunciar en contra del gobierno pase lo que pase, así Chávez decida robarse las elecciones, porque sencillamente no estará en la posición de saber si las acusaciones de fraude tienen fundamento.

En fin, en el mejor de los casos la misión es inútil. En el peor es perniciosamente inútil.

La amenaza del voto secreto

Viernes, 31 de agosto de 2012

Como ya se ha dicho mucho, más que el secreto del voto, el problema que confronta la oposición en Venezuela es la percepción sobre el secreto del voto.

Para el gobierno es mil veces más difícil violar el secreto del voto que convencer a sus opositores de que el voto no es secreto.

Las encuestas lo confirman. Alrededor del 20 por ciento de los electores dudan que el voto sea secreto y la mayoría de estos escépticos son opositores.

Esto es particularmente preocupante con los dos millones y medio de empleados públicos. Conforme se acerca la fecha de las elecciones, las amenazas sobre este sector seguramente recrudecerán.

Y, si además de estas amenazas, los empleados públicos sienten que Chávez va a ganar el incentivo para votar disminuirá significativamente. Si Chávez va a arrasar, ¿para qué poner en riesgo el puesto de trabajo votando por Capriles?

Y no tengan la menor duda que los días y semanas antes de las elecciones aparecerán los sospechosos habituales divulgando “encuestas” donde Chávez liderará la carrera con una ventaja mucho mayor a las que muestran los estudios más recientes de Consultores 21, Varianzas y -según he escuchado- Datos.

Lo bueno es que Capriles puede combatir esto insistiendo empecinadamente en el secreto del voto y tomando medidas concretas para combatir la batería de sondeos que intentarán desmoralizar a la oposición en las semanas previas a las elecciones.

James Petras sobre Venezuela

Miércoles, 29 de agosto de 2012

Daniel Duquenal y Guillermo T. Aveledo pescaron en la red esta entrevista con James Petras, en la que el totalmente chiflado radical analista nos ilumina con su interpretación de la explosión en la refinería Amuay (negritas mías):

Amuay fue un ataque dirigido a crear división entre los militares. El gobierno debió decretar un Estado de Emergencia ¿Cómo se puede ir a elecciones bajo amenazas terroristas? El terrorista capturado en Venezuela es el pico de iceberg. Lo de EE.UU. contra Venezuela es una guerra, no es una batalla.

Como ven, Petras no entiende porqué diablos Chávez sigue jugando a la democracia en momentos tan tensos como estos.

Le pide al presidente que se deje de necedades y medias tintas e instaure una dictadura como las de antes.

La amenaza del imperio lo exige.