Tinieblas expresivas

Sábado, 1 de septiembre de 2012

Una cosa que olvidé comentar en mi nota sobre la misión de Unasur.

El canciller peruano, Rafael Roncagliolo, visitó Caracas hace poco para firmar como representante de Unasur el acuerdo de acompañamiento electoral con el CNE.

En su visita, Roncagliolo declaró:

La misión que vendrá a Venezuela −en el marco del respeto, solidaridad y cooperación− presenciará las elecciones con el objetivo de generar conocimiento y experiencias que favorecerán a los organismos electorales que participan en este ejercicio…No sólo los organismos electorales venezolanos, también los otros organismos electorales de los países de Unasur.

Creo que tengo una inteligencia promedio que me permite entender cualquier declaración si la leo varias veces. Pero para mí esto que dice Roncagliolo es difícil de entender.

¿Está de verdad diciendo que el objetivo de los miembros de la misión es aprender sobre elecciones y democracia en Venezuela?

Aunque cueste creerlo, eso pareciera ser lo que dice. Por otro lado, Roncagliolo sugiere que la cosa es bidireccional. El CNE también se enriquecerá por esa “generación de conocimientos y experiencias” de la misión, lo cual es totalmente absurdo por muchas razones, incluyendo las que expliqué el viernes.

¿Seré yo el que no entiende?

Quizá. Aunque también es posible que se trate de una de esas declaraciones vagas y humosas que con frecuencia se utilizan para nublar con una verborrea incoherente verdades incómodas, en este caso la total inutilidad de la misión.

Acompañar y validar

Miércoles, 22 de agosto de 2012

Heather Berkman de Eurasia Group:

In the Dominican Republic, the loss of help from Venezuela would put the new Danilo Medina administration in a tough spot, particularly since Chávez’s patronage allowed the outgoing Leonel Fernandez administration to avoid painful belt-tightening, in particular, by bailing out the state-owned electricity company and keeping money flowing to privately owned generators who threatened to shut off the lights. If Chávez exits and Petrocaribe is cut off next year, Medina’s government will have to finally force consumers to pay for their electricity (or at least stop stealing it), and tap domestic financial markets or turn to international creditors to avoid leaving its people in the dark. Access to foreign financial markets can probably help the new government keep the lights on, but that will leave Medina’s government with less of the financial capital it needs to begin building its political capital.

Imaginen que Chávez decida no reconocer los resultados el 7 de octubre. ¿Piensa usted que República Dominicana se pondría del lado de la oposición?

No, ni tampoco lo harían el Alba ni Unasur. De hecho, el acuerdo del “acompañamiento electoral” del CNE con Unasur es una jugada maestra del oficialismo. Una misión de Unasur irá a Venezuela a validar lo que decida el gobierno, porque, incluso si Chávez no reconoce los resultados, esa misión no estará en la posición de detectar esto ni mucho menos denunciarlo. “Acompañar” es un simple eufemismo para “validar.”

¿Y qué hay de México y Estados Unidos?  Si Unasur no hace nada, México tampoco moverá un dedo. Estados Unidos seguramente se quejaría si el gobierno no reconoce, pero recuerden que ese día estarán a un mes de sus propias elecciones presidenciales, lidiando, todavía, con Siria y otros problemas internacionales más graves que Chávez. Y así fueran otras las circunstancias, no hay mucho que Estados Unidos pueda hacer, como lo demostraron las elecciones en Nicaragua el año pasado.

En fin, si el gobierno irrespeta los resultados, estamos solos, lo cual está bien. El golpe de Honduras y destitución de Lugo en Paraguay han demostrado de todos modos los límites de la presión internacional. El respeto de los resultados, si son positivos para la oposición, tienen que garantizarlo los propios venezolanos, esperemos que con el apoyo de las Fuerzas Armadas.