Lula y Fidel

Jueves, 25 de febrero de 2010

fidelu-241banUn cable de la agencia Efe del viernes pasado informó que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, busca retomar el diálogo con el gobierno hondureño para un eventual retorno de Honduras a la OEA.

Según dijo el portavoz presidencial, Lula no considera apropiado que perdure el aislamiento de Honduras y piensa que la Cumbre de Río “es una oportunidad” para discutir este asunto y afinar posiciones con el resto de los países latinoamericanos.

Como ya sabemos, el tema de Honduras no se discutió en Cancún. ¿Por qué? Según revelaron algunas fuentes diplomáticas a varios medios, porque el tema podía crear divisiones que ofuscaran el espíritu de unidad de la cumbre.

Aunque la decisión fue sabia, es innecesario caer en eufemismos. No tocando el tema simplemente se evitó una potencial confrontación con Chávez y el ALBA. Sin Venezuela de por medio, es facil imaginar un avance en la cumbre para iniciar el proceso de reintegración de Honduras a la comunidad hemisférica. Una prueba más de que, con su estilo divisorio y pendenciero, Chávez sigue siendo un rémora en la búsqueda de consensos regionales.

Otra observación. Se debe felicitar al gobierno brasileño por relajar su dura posición frente al gobierno de Porfirio Lobo. Pero también se debe criticar a Lula por aplicar un estándar a Honduras y otro a Cuba. En una entrevista con CNN, Lula criticó el martes a Estados Unidos por no presionar lo suficiente al gobierno de Micheletti para devolver a Manuel Zelaya al poder. Pregunto yo: ¿Que tipo de presión está ejerciendo Lula para que Cuba implemente reformas democráticas? ¿No es su visita a La Habana una perfecta ocasión para que este activo defensor de la democracia hondureña ejerza presión sobre la dictadura cubana? ¿Qué hubiese hecho Lula si, en vez de condenar el golpe y presionar al gobierno de facto de Honduras, el presidente Obama hubiese visitado a Micheletti para un “reencuentro de viejos amigos” y otorgar créditos por un valor de mil millones de dólares? Más aún, ¿por qué Raúl Castro fue invitado a la Cumbre del Grupo de Río y no Porfirio Lobo, un líder que, a diferencia de Castro, no heredó su cargo como un sultán?

Lula se acerca a ese límite donde el doble estándar se confunde con cinismo. ¿Se irá a pronunciar sobre Zapata Tamayo?

Última hora:

Lula se pronunció sobre la muerte del disidente cubano. Pero cero críticas a los Castro.

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Insulza, Internet

Martes, 23 de febrero de 2010

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Jorge Ramos entrevista a Insulza

Una de las ventajas de Internet es la posibilidad que tienen los periodistas de enlazar videos. Y ya no es sólo posible enlazar videos, sino también llevar al lector al momento exacto del video relacionado al contenido del artículo.

En esto pensé leyendo la reciente columna de Andrés Oppenheimer sobre el futuro de la OEA y la posible reelección de José Miguel Insulza.

Oppenheimer cuenta que en una entrevista le preguntó a Insulza: ¿Dónde estaba usted cuando el presidente venezolano, Hugo Chávez, inhabilitó a 272 candidatos de la oposición para impedirles participar en las elecciones municipales de 2008? ¿O cuando Chávez dio un golpe contra el alcalde electo de Caracas, Antonio Ledezma, despojándolo de sus oficinas y presupuesto, desoyendo el mandato de las urnas?

Insulza dijo que criticó esos y otros ataques contra la democracia en Venezuela y otros países, pero agregó que, según las reglas de la organización, no puede enviar unilateralmente misiones de observación a ningún país.

La segunda parte de la respuesta (sobre las reglas de la OEA) es cierta. Pero la primera, no.

Utilizando la increíbles herramientas que nos ofrece la tecnología, les puedo mostrar el momento exacto en el que Jorge Ramos le da una oportunidad perfecta a Insulza para criticar las medidas contra el alcalde Ledezma. Él no lo hace.

Y se debe resaltar este punto: Insulza no sólo no criticó en el momento el golpe contra Ledezma, sino que, presionado por Jorge Ramos, se negó a hacerlo. Además, llega cerca de culpar a Ledezma de lo ocurrido por su negativa a participar en las elecciones legislativas de 2006.

Y, si me equivoco, invito al doctor Insulza a que me desmienta utilizando las maravillosas herramientas de Internet. No pido un video. Con un enlace a unas declaraciones me basta.

Más sobre este tema:

La jugada de Falcón

Lunes, 22 de febrero de 2010

Henri Falcón, gobernador de Lara

Henri Falcón, gobernador de Lara

El gobernador del estado Lara, Henri Falcón, es un anomalía en el chavismo. Un líder con luz propia, que fue electo en 2008 con 73 por ciento del voto no por su asociación con Chávez, sino por su excelente labor como alcalde de Barquisimeto. Un líder que es un abierto desafío a los oximorones de “chavista competente” o “chavista independiente” (uno de sus lemas fue el atrevido La revolución eficiente). Un líder que muchos chavistas en su estado ven como un posible sucesor de Chávez en la presidencia, algo no se puede decir de ningún otro gobernador o alcalde chavista en el país (ni de ningún ministro). Un líder que, pese a la explícita prohibición del presidente de no adelantar candidaturas en 2008, decidió desobedecer esa orden y lanzarse a la gobernación de Lara, acaso previendo un saboteo de su candidatura por parte del entonces gobernador, y viejo compadre de Chávez, Luis Reyes Reyes, que quería aprovechar su amistad con el presidente para que su hijo heredara la gobernación (el PSUV expulsó a Falcón, pero luego, temiendo un efecto dominó, decidió reintegrarlo).

Por eso no sorprende su renuncia al PSUV (y su decisión de unirse al PPT), como tampoco sorprende la antipatía que le tiene Chávez, que con su sutil olfato detectó antes que nadie que el gobernador representa una amenaza a su poder.

Pero ¿hizo bien Falcón renunciando al PSUV?

Hasta ahora Falcón ha dado señales de ser un astuto animal político, que sabe leer muy bien el país y entiende muy bien su posición en el ajedrez nacional. Su militancia en el PSUV no se debía a un compromiso con Chávez (a quien no respeta un ápice), sino a un reconocimiento de que Chávez cuenta con los medios para destruirlo. Al mismo tiempo, Falcón parece entender que, asociándose con el deteriorado brand de la oposición, su horizonte político se reduce. Colocándose en el casi inexistente centro, donde se ha ganado respeto de chavistas y opositores, Falcón aumenta sus posibilidades de convertirse en una genuina y fresca alternativa en la polarizada política nacional.

Falcón también parece reconocer -y aquí quizá caigo en wishful thinking– que el chavismo después de Chávez no va a desaparecer, y que la mejor opción que tiene el país para salir del caos actual es modernizar y democratizar al chavismo, labor para la cual él es la persona ideal.

Por todos estos factores la decisión de Falcón de renunciar al PSUV es tan encomendable como peligrosa. Falcón ahora confronta el riesgo de una arremetida mayor por parte del presidente. El gobierno podría quitarle recursos, montarle una gobernación paralela y tratar de enjuiciarlo por las denuncias de irregularidades que ya existen en su contra. En un pequeño anticipo de lo que podría venir Iván Lugo, diputado chavista y miembro del equipo político regional del PSUV, anunció ya que el buró político del PSUV adelantará “una exhaustiva revisión de la relación política con el PPT.”

Pero no me extrañaría que Henri Falcón tenga una carta bajo la manga.

Más sobre este tema:

Más papista que el Papa

Domingo, 21 de febrero de 2010

Luis Tascón

Luis Tascón

Si Hugo Chávez ya es socio de George W. Bush, ¿qué le cuesta ser cliente de Álvaro Uribe?

Antes de plantearle esta pregunta a Pedro Pablo Peñaloza de El Universal, el diputado Luis Tascón, que hasta 2007 o 2008 fue un emblema del chavismo más radical (luego cayó en desgracia a lo Cerebrito Cabral), reflexionó sobre algunas recientes decisiones del presidente Chávez, incluyendo la de otorgar concesiones a petroleras extranjeras: “Asociarse con [la petrolera estadounidense] Chevron para explotar un bloque de la Faja del Orinoco es asociarse con Bush y los halcones de la ultraderecha mundial. Entonces es contradictorio no comprarle electricidad a Colombia argumentando razones estratégicas, cuando esa oferta favorece al pueblo.”

“El peor problema es la falta de electricidad,” continuó Tascón. “Políticamente es inconsistente [no comprarle electricidad a Colombia] si ya te asociaste con Chevron y cediste la rehabilitación del Metro de Caracas a una empresa española relacionada con el Partido Popular y José María Aznar.”

¿Tiene razón, Tascón?

Dejando a un lado el maniqueismo extremo o esa manera de dividir al mundo en dos bandos, la izquierda revolucionaria y la monstruosa hidra de la ultraderecha mundial cuyas dos principales cabezas son los ex mandatarios de Estados Unidos y España, George W. Bush y José María Aznar. Dejando a un lado la automática fusión de Chevron con Bush y de Aznar con la empresa española que obtuvo un contrato para la rehabilitación del metro. Dejando a un lado la paranoia, el obtuso anti-imperialismo y las disparatadas teorías de conspiración que atrofian la capacidad de razonamiento del diputado. Dejando a un lado todo eso, la lógica del argumento es impecable.

Pues si ya Chávez pactó con Chevron, con Bush y con Aznar para aumentar la producción de petróleo 400 mil barriles al día por cada proyecto del Bloque Carabobo, ¿por qué no pacta con su otro archienemigo, Álvaro Uribe, para salvar al país de un verdadero colapso del sistema eléctrico?

Una vez más, Tascón muestra que la idiotez y el sentido común a veces pueden coexistir.

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Formando ciudadanos

Viernes, 19 de febrero de 2010

democracia-mafalda12Un venezolano puede decir que apoya la democracia, pero eso no quiere decir que su manera de relacionarse con el poder es genuinamente democrática (ver Subordinados al poder).

Tampoco quiere decir que ese apoyo equivale a un verdadero entendimiento de lo que es la democracia.

Esto explica la aparente contradicción entre la alta popularidad de Hugo Chávez y el altísimo apoyo que, según varias encuestas regionales, recibe la democracia en Venezuela.

En un artículo en el blog de Americas Quarterly, Esteban Bullrich revela unos datos interesantes sobre este tema:

  • Sólo 27 por ciento de los latinoamericanos discuten sobre política con sus amigos; y sólo 17 por ciento debate sobre ideologías.
  • Uno de cada tres latinoamericanos es incapaz de definir los beneficios del sistema democrático versus los de otras formas de gobierno.
  • Un poco menos de la mitad de los jóvenes mexicanos entienden que la democracia requiere de la elección popular de funcionarios. Un porcentaje igualmente bajo reconoce la función importante que ejercen la Constitución, las elecciones, los partidos políticos y el Congreso en la democracia.

Estos datos concuerdan con otros que le he escuchado a Marta Lagos, directora de Latinobarómetro. Si mal no recuerdo, una vez me comentó que alrededor del 60 por ciento de los nicaragüenses no entienden el concepto de separación de poderes.

El peligro es obvio: la falta de conocimiento sobre la democracia aumenta el riesgo de involución autoritaria.

¿Qué hacer?

Bullrich dice que las democracias avanzadas tienen que ayudar a arraigar la cultura democrática. Menciona un programa conjunto entre USAID, el Centro de Educación Cívica de Estados Unidos y líderes de varios países latinoamericanos, llamado Civitas Latin America, que busca estimular el diálogo e intercambio entre administradores, educadores y estudiantes para mejorar la educación cívica.

El problema es que participar en programas así en países autoritarios se ha vuelto peligroso. Si no pregúntenle al pobre contratista de DAI que fue arrestado en Cuba por el pecado capital de distribuir laptops. Los hermanos Castro, al parecer, consideran esto “espionaje.”

Pero la esencia del punto de Bullrich es correcta: la educación cívica es esencial para preservar y recuperar la democracia. Y este trabajo de hormiguita debería ser uno de los focos de los partidos y la sociedad civil venezolanos.

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