El filo indómito

Viernes, 25 de junio de 2010

Diputado Calixto Ortega

Releyendo La Fiesta del Chivo, la obra maestra de Vargas Llosa sobre la brutal dictadura de Trujillo en República Dominicana, me topé con este párrafo:

Trujillo siempre sintió simpatía por Modesto, que, además de inteligente, era ponderado, justo, afable, sin dobleces. Sin embargo, su inteligencia no era controlable y aprovechable, como la de Cerebrito, el Constitucionalista Beodo y Balaguer. En la de Modesto había un filo indómito y una independencia que podían volverse sediciosos si adquiría demasiado poder.

El párrafo se puede adaptar a la Venezuela de Chávez. Modesto sería alguien como Henri Falcón. Y los roles de Cerebrito y Balaguer podrían asumirlos un Carlos Escarrá o un Calixto Ortega, cuya inteligencia carece totalmente de elementos sediciosos.

Chomsky, Israel y Venezuela

Jueves, 24 de junio de 2010

Hace poco autoridades de Israel cometieron el imperdonable error de impedir la entrada de Noam Chomsky al país (presuntamente por sus críticas a Israel).

Poco después el gobierno israelí trató de remedar la pifia, asegurando que se le permitiría al intelectual ingresar al país, pero Chomsky se negó por no tener una “garantía oficial” de que sería admitido.

Dos cosas me vinieron a la mente cuando leí sobre este incidente:

1) La crítica de Chomsky a Vaclav Havel. Hace dos décadas Chomsky criticó a Havel por no criticar la política de Estados Unidos en Centroamérica en un discurso en el Congreso norteamericano.

Chomsky dijo que el silencio de Havel en torno al entonces reciente asesinato de líderes jesuitas en El Salvador era como si un comunista estadounidense, invitado por Stalin a dar un discurso en el Presídium en 1938, no hubiese criticado las purgas.

2) La expulsión de Venezuela del director para la Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco. En septiembre de 2008 el actual gobierno venezolano dio la orden de expulsar a Vivanco del país por el mero hecho de presentar un reporte en Caracas sobre la deplorable situación de los derechos humanos en Venezuela.

¿Que tienen que ver estas dos cosas con el incidente de Chomsky en Israel?

Pues un año después de la expulsión de Vivanco, Chomsky visitó Venezuela y, en un pomposo acto oficial, no hizo siquiera mención a las denuncias de violaciones a los derechos humanos en Venezuela, ampliamente documentadas por Human Rights Watch (organización que Chomsky cita a cada rato cuando habla de Israel).

Tampoco pareció muy molesto por el hecho de que Vivanco fuese expulsado del país por el mero hecho de presentar un reporte.

Lo que para él es inaceptable (“estalinista,” fue el término que utilizó) en Israel parece ser aceptable en Venezuela.

Si yo pensara como Chomsky, probablemente hablaría de sus malévolas intenciones e intereses, y dijera que el famoso linguista no es más que un títere del líder venezolano.

Pero no voy a caer en eso.

Como dice el dicho español, no hay que atribuir a la malicia lo que la simple ignorancia explica suficientemente.

El dilema de los banqueros

Martes, 22 de junio de 2010

Juan Carlos Escotet

No puedo negar el desagrado que sentí con la rueda de prensa de los banqueros de Víctor Vargas y Juan Carlos Escotet a raíz de la intervención del Banco Federal. Es cierto que, técnicamente, es difícil defender al Federal. Pero ¿pretender divorciar de su contexto la decisión del gobierno de intervenir el banco? ¿Cómo pudieron los banqueros desvincular el asunto del Federal de la órden de detención de Zuloaga, la amenazas a la libertad de expresión y la progresiva y gangsteril destrucción del sector privado por parte del gobierno?

Eso fue lo que me desagradó de la rueda de prensa.

Aunque, al mismo tiempo, reconozco que Vargas y Escotet confrontan un difícil dilema moral, resumido por el columnista de El Universal, Miguel Santos:

El problema está en cuál es la alternativa. El Banco Federal no está en una posición que sea fácil de defender desde el punto de vista técnico. [Vargas y Escotet] han podido decir algo acerca de la modalidad (puertas cerradas) o referirse al momento político. De haber sido así, Chávez hubiese enviado un frente “institucional” (un contrasentido) a aplanar a la banca privada. ¿Qué hubiésemos ganado con eso? ¿No hay allí miles de puestos de trabajo – además de depósitos – que vale la pena defender hasta el final?

Entonces surge alguien y dice: Y bueno, ¿no los van a aplastar de todas formas? En los lineamientos del Congreso del PSUV el 24 de Abril, ¿no está prevista ya la “eliminación de la plusvalía” y de los “mecanismos de financiarización (sic)” que amplifican el poder del capital? ¿No es ésta, acaso, apenas una etapa más del proceso de estatización de la banca? La rentabilidad del sistema ha caído de 34% a 14% en cuatro años, un par de regulaciones más y se aproximará a cero, y entonces, ante las quejas de los pocos bancos que queden en pié, se procederá a estatizarlos. ¿Y entonces? ¿Es mejor esperar y aguantar hasta ese día, a ver “si pasa algo” que cada vez es menos probable, o hacer un frente común ante el paso atropellado de la aplanadora comunista?

Santos -que confiesa no tener respuesta a estas preguntas- dice que “está claro hacia dónde vamos.” Y en el mismo artículo dice “la estrategia de ignorar al caído y seguir adelante por el tiempo que a cada uno el gobierno le tenga pautado hasta aquí ha reportado pocos resultado.”

Y luego, al final, su pregunta: ¿Es mejor esperar y aguantar a ver “si pasa algo” que cada vez es menos probable, o hacer un frente común ante el paso atropellado de la aplanadora comunista?

Para mí la respuesta a este difícil dilema está en su mismo artículo.

Usted lo vio

Viernes, 18 de junio de 2010

Cualquiera que siga de cerca los discursos de Chávez, sabe que el presidente es capaz de mentir con descaro. No mentirillas triviales e inofensivas, de esas que todos decimos, sino mentiras que desnudan las graves faltas morales de su carácter.

En una entrevista reciente con la BBC, Chávez le dijo al periodista Stephen Sackur que él había removido del ministerio de Defensa a su amigo Raúl Isaías Baduel.

Gracias a las maravillas de Internet, les puedo enseñar el momento exacto en que Chávez le explicó a Stephen que había destituido a Baduel por corrupto.

Pero en 2007, días después de que Baduel se pronunciara contra la reforma constitucional, Chávez llamó al programa de Vanessa Davies de VTV para hablar de Baduel y no dijo nada sobre la supuesta corrupción del ex ministro. Lo tildó de “traidor,” pero nunca dijo que era corrupto. Por el contrario, dijo que cuando Baduel le anunció su retiro él le dijo que si quería regresar las puertas siempre estarían abiertas.

Gracias a las herramientas de Internet, les puedo enseñar el instante preciso en que lo dijo.

Una de dos: o Chávez estaba mintiendo en la entrevista con la BBC o no le estaba diciendo la verdad a Davies sobre la corrupción de Baduel. Es decir: por un tiempo Chávez simuló que Baduel era un funcionario honesto sabiendo que no lo era.

Si mi obligan a especular, yo diría que Chávez simplemente le mintió al periodista de la BBC. Le mintió porque no puede revelar, y quizá confrontar él mismo, la realidad de que su amigo del alma está preso porque a él le dio la gana.

Otros textos del autor:

Analizando encuestas

Jueves, 17 de junio de 2010

En la última encuesta de Datanálisis un 48 por ciento de los venezolanos evalúa como Muy-buena/Buena/Regular-hacia-buena la gestión del presidente Chávez. Pero, cuando se preguntan a los venezolanos cómo evalúan la situación del país, un 62,5 por ciento dice Muy-mala/Mala/Regular-hacia-mala y sólo un 36,4 dice Muy-buena/Buena/Regular-hacia-buena.

Es decir, hay un porcentaje de venezolanos que ve mal la situación del país, pero aprueba la gestión de Chávez.

¿Cómo se explica esto? Podrían haber varias explicaciones.

1) La gente piensa que Chávez hace buen gobierno, pero no es fácil arreglar un país tan desastroso como Venezuela.
2) La gente piensa que Chávez tiene buenas intenciones, pero su entorno es incompetente.
3) La gente piensa que Chávez hace buen gobierno, pero el clima y la crisis económica mundial han saboteado su gestión.
4) La gente piensa que Chávez no es muy bueno, pero al menos mejor que la oposición o los gobiernos anteriores.

Sobre el punto 1, hay un número revelador en la encuesta de Datanálisis. Cuando se pregunta quién es el principal responsable de los problemas del país, casi un 40 por ciento dice Chávez. En el segundo lugar, con aproximadamente un 25 por ciento, está La-gente/El-pueblo. Un tercer lugar muy alejado ocupan los gobiernos regionales.

Sobre el punto 2, hay también números reveladores. En el diagnóstico de los diferentes problemas del país, un porcentaje no alto, pero significativo, culpa a los ministros. En la inseguridad el porcentaje alcanza el 16,5 por ciento. En la corrupción el porcentaje es mucho más alto (previsiblemente). Esto de los ministros es viejo, pero igual no deja de sorprender. Cada vez es más incomprensible que la gente no responsabilice a Chávez de ¡nombrar mal a sus ministros!

Lo que dice la encuesta sobre el punto 3 también se debe resaltar. Un porcentaje considerable piensa que la crisis eléctrica se debe a El Niño (32,2), y que la crisis económica se debe a la crisis económica mundial (17,9), a pesar de que otros países han lidiado mejor con la sequía y la crisis.

Sobre el punto 4 hay muchos datos y todos están relacionados al deteriorado brand “oposición,” tema que ya he tocado antes.

¿Quién es el mejor líder de la oposición? 7,6 por ciento dice Capriles. 34,9 dice violentamente “Ninguno.”

Si las elecciones presidenciales fueran el próximo domingo, ¿por quién votaría? 28,2 por ciento dice por Chávez; 20,5 dice por la oposición. Es decir: del 62,5 por ciento que dice que la situación está Muy-mala/Mala/Regular-hacia-mala, sólo 20,5 dice que votaría en las presidenciales por la oposición (en las parlamentarias la oposición sí le gana al gobierno).

Las conclusiones son muy simples:

1) Renovar el brand “oposición.”
2) Buscar maneras creativas de convencer a la gente de que a) las cosas pueden mejorar; y b) Chávez es el principal responsable de los problemas que más afectan a los venezolanos (la seguridad, la inflación, el desempleo y la electricidad).

Decirlo es fácil, pero traducir estos dos objetivos en mensajes atractivos es más difícil. Envíenme sus ideas a alejandro.tarre@gmail.com.