Sueño del Juicio Final

Martes, 24 de abril de 2012

Mi hermano Alfredo Tarre me envía esta reflexión citando a Quevedo en su Sueño del Juicio Final:

A mí también me dieron ganas de desarmar al magistrado Aponte Aponte, que le desgració la vida a tanta gente y ahora anda dándole consejos a los venezolanos. Pero, como siempre, tardé mucho en comenzar, y ya se ha dicho casi todo lo que hay que decir. En todo caso, gracias al retraso me encontré con una frase de Quevedo que resume en pocas palabras y de manera más completa e ingeniosa, todo lo que yo hubiera querido expresar, probablemente sin éxito.

Andaban contándose dos o tres procuradores las caras que tenían y espantábanse que les sobrasen tantas habiendo vivido descaradamente.

Walmart

Martes, 24 de abril de 2012

Viendo y escuchando en NPR, CNN y otros medios las reacciones al reportaje publicado por el NYT sobre la corrupción que acompañó la vertiginosa expansión de Walmart en México, he notado que en EEUU muchos no comprenden hasta que punto la corrupción está enraizada en la mayoría de nuestros países.

No parecen entender cómo en América Latina puede ser difícil sacarse un pasaporte o una licencia de conducir o cualquier clase de permiso sin pagarle a alguien; cómo muchas veces la negativa a pagar coimas no entorpece un procedimiento, sino lo impide; cómo en algunos países, por ejemplo, es imposible importar algo, cualquier cosa, sin ensuciarse las manos;  cómo a veces incluso los funcionarios públicos tienen que pagar sobornos para constuir obras públicas; cómo la corrupción puede llegar a ser tan normal y rutinaria que la gente ni siquiera sabe que está incurriendo en algo malo sino simplemente piensa que está “agilizando” un proceso o pagando un suerte de impuesto.

Este intercambio entre Jorge Castañeda y un grupo de moderadores de NBC (donde Castañeda y los moderadores parecen provenir de planetas distintos) ilustra mi punto:

¿A qué viene esta reflexión?

A que, claramente,  hay corruptos y corruptos. Algunos actos de corrupción son peores que otros.

Es posible, por ejemplo, imaginarse a un empresario relativamente honesto pagarle a un funcionario de Cadivi para que le entreguen los dólares que le corresponden, sin los cuales su negoció de importación no puede sobrevivir. Es también posible imaginárselo pagándole a un funcionario de la aduana por la sencilla razón de que, por la vía legal, su mercancía no sale del puerto. Entre este empresario y el empresario que se asocia con un funcionario para obtener sin proceso de licitación un contrato con sobreprecio hay una diferencia importante. En el primer caso es posible que el importador, de haber vivido en un país desarrollado, y con instituciones fuertes, jamás hubiese cometido un acto de corrupción.

El problema, sin embargo, es que quien decide, por razones de “supervivencia,” tolerar cierto grado de corrupción en las operaciones de su negocio se coloca en una pendiente resbaladiza, pues la frontera que separa éste de otros tipos más graves de corrupción es gaseosa. Lo que comienza cómo un simple mecanismo de supervivencia puede degenerar en faltas éticas mucho más graves. Una vez que se cruzan ciertos límites, las barreras que separan lo corrupto de lo más corrupto, lo malo de lo peor, son más difíciles de ver y reconocer, y, sobre todo, más fáciles de rebasar. La corrupción genera más corrupción. El empresario relativamente honesto puede terminar convirtiéndose en un delincuente.

El caso de Walmart pareciera ser una demostración.

El arma secreta de los radicales

Lunes, 23 de abril de 2012

¿Qué pasa si Chávez se muere antes de las elecciones? ¿Qué pasa si los que lo sustituyan en el mando deciden cancelar la elecciones o dar un golpe o iniciar una ola violenta y represiva?

A juzgar por el discurso de Cabello y Jaua, y por la manera como el narcotráfico ha infiltrado el Estado venezolano, estos escenarios no se pueden descartar.

El asesinato del ex subdirector de la DIM, y la entrevista que le hizo Soi TV a Aponte Aponte, son escalofriantes recordatorios de que el chavismo sin Chávez podría ser peor o más represivo que Chávez.

¿Qué se puede hacer ahora para prepararse para estos escenarios apocalípticos?

La reacción de la comunidad internacional podría ser nuestra mejor esperanza.

El problema es que los nuevos gobernantes en Venezuela tendrían leverage sobre lo que decida o no decidan hacer nuestros vecinos.

El gobierno Estados Unidos, por ejemplo, otorgá a los gobiernos de América Latina unos 1700 millones de dólares en ayuda cada año. China entre 3 mil y 5 mil millones. Venezuela 15 mil millones, casi nueve veces más que Estados Unidos.

Y no estamos hablando sólo de ayuda venezolana a Cuba, Nicaragua y otros países del ALBA. República Dominicana, por ejemplo, le debe a Venezuela 40 por ciento de su deuda externa y se metería en graves problemas si el gobierno le deja de vender petróleo a precios subsidiados. Por eso el presidente del Banco Central hace poco hizo un llamado a los dominicanos para que oraran por Chávez. ¿Creen que los dominicanos van a estar presionando a Diosdado o a Jaua para que no repriman a la oposición y respeten los resultados electorales?

Pero República Dominicana, claro, no es tan importante como Brasil, cuya reacción a una crisis podría ser determinante.

Por eso, si yo fuera la MUD, enviaría ya mismo a un delegado a Brasilia para garantizarle al gobierno de Dilma que con un gobierno de la oposición los intereses económicos de Brasil no estarían bajo riesgo.

No es una garantía, pero mejor que hacer nada.

Sobre chantajes y chivos

Viernes, 20 de abril de 2012

The Economist sobre la creciente presión en América Latina para abrir el debate sobre la legalización de las drogas:

Some wonder if the talk about legalisation is a ploy to extract more foreign aid. Mr Pérez [presidente de Guatemala], for instance, wants the United States to restart aid to the Guatemalan army, banned because of past human-rights abuses. Mr Calderón, whose party faces an uphill struggle in July’s presidential election, has often sought scapegoats for what many Mexicans see as the failure of his five-year war against the traffickers.

Si esto es verdad, o tiene algo de verdad, me quedé corto el lunes y el martes.

En el caso de Guatemala significaría que el gobierno ideó una elaborada maniobra para sacarle real a los gringos. Es decir, piden la legalización no a pesar del potenciales represalias de Estados Unidos sino como un sutil mecanismo de chantaje. En el caso de México, más creíble, la apertura hacia la legalización sería una movida de Calderón para liberarse de culpas por el fracaso de su guerra contra el narco.

Pero, sinceramente, no creo que estas hipótesis sean ciertas.

Y mejor creer en Alma Guillermoprieto. En vez de inteligentes chantajes y chivos expiatorios, es más bonito pensar que América Latina está firmando su declaración su independencia.

Devil’s tantrum

Jueves, 19 de abril de 2012

A Miguel Octavio también lo sorprendió la esquizofrenia que revela Aponte Aponte en la entrevista que le hizo Soi TV. Y atajó detalles que yo no vi.

Por ejemplo, el ex magistrado acusando al gobierno de querer acabar con “su prestigio.”

Si un novelista inventara estas cosas, nadie se las creería.