Viernes, 20 de abril de 2012
The Economist sobre la creciente presión en América Latina para abrir el debate sobre la legalización de las drogas:
Some wonder if the talk about legalisation is a ploy to extract more foreign aid. Mr Pérez [presidente de Guatemala], for instance, wants the United States to restart aid to the Guatemalan army, banned because of past human-rights abuses. Mr Calderón, whose party faces an uphill struggle in July’s presidential election, has often sought scapegoats for what many Mexicans see as the failure of his five-year war against the traffickers.
Si esto es verdad, o tiene algo de verdad, me quedé corto el lunes y el martes.
En el caso de Guatemala significaría que el gobierno ideó una elaborada maniobra para sacarle real a los gringos. Es decir, piden la legalización no a pesar del potenciales represalias de Estados Unidos sino como un sutil mecanismo de chantaje. En el caso de México, más creíble, la apertura hacia la legalización sería una movida de Calderón para liberarse de culpas por el fracaso de su guerra contra el narco.
Pero, sinceramente, no creo que estas hipótesis sean ciertas.
Y mejor creer en Alma Guillermoprieto. En vez de inteligentes chantajes y chivos expiatorios, es más bonito pensar que América Latina está firmando su declaración su independencia.
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