Dos tipos de caos

Miércoles, 16 de enero de 2012

De la novela “Esta gente” de Francisco Suniaga:

Las calles céntricas de Porlamar siempre fueron caóticas, ruidosas y hasta descuidadas, aunque había algo de plasticidad en el tumulto de otrora. Mirado en retrospectiva, el de antes era un caos que anunciaba una esperanza, o quien sabe, era una proyección; cada espacio margariteño, natural o humano, era un escenario de subjetividad hipertrofiada, pensó. Asimismo, creía que el caos de ahora tenía visos de derrumbe normativo, de un abandono total de las cosas, un desorden que le producía una sensación de pérdida casi física.

Derrumbe normativo. He pensado eso cuando visito Caracas. Mi mente automáticamente vincula el deterioro físico de la ciudad al derrumbe normativo. Edificios de clase media que se han deteriorado hasta parecer casi ranchos; viejas antenas parabólicas de las que brotan retoños verdes que parecen ir carcomiendo, como moho, la anacrónica estructura de metal; semáforos de adorno a los que ya nadie presta atención; ramas de árboles desbordándose hacia las avenidas casi tocando los techos de los carros; o pedazos de calle levantados por raíces como si la selva le estuviese ganándole la batalla a la civilización. Todo eso se me enreda en la mente con la situación política.

¿Proyección? Por supuesto. Pero no una que esté totalmente desvinculada de la realidad.

La responsabilidad de Capriles

Martes, 15 de enero de 2012

Mi estimado Juan Nagel divulgó un email de Ramón Muchacho explicando la lógica detrás de las declaraciones “suaves” de Capriles ante la postergación de la toma de posesión.

El problema es que el análisis, independientemente de su validez, excluye algo importante: el resto de la oposición. Porque si Capriles y Henri Falcón van por un lado y el resto de la oposición var por otro el mensaje se fragmenta y pierde su efectividad. El argumento de Muchacho se derrumba como un castillo de naipes. De hecho, ni siquiera Leopoldo López se montó esta vez en el autobús del progreso. Días después de la conferencia de prensa de Capriles dio unas declaraciones en las que claramente se desmarcó del enfoque light.

Ahora bien, ya he dicho que si Chávez se muere mañana Capriles es el mejor posicionado para ser el candidato de la oposición.

Pero un líder dirige, está a la cabeza de la fuerzas que lidera. Esto significa persuadir, convencer, cortejar, unir, mantener y fortalecer alianzas, buscar otras, detectar de qué fuerzas no puede prescindir. De lo contrario, su liderazgo se disuelve.

Se mueve el piso

Martes, 15 de enero de 2012

Hoy Nicolás Maduro dio una muestra increíble de vulnerabilidad y fragilidad, reaccionando ante la inteligente decisión de la oposición de abandonar la AN cuando el vicepresidente comenzó su Memoria y Cuenta.

Miren el video. Fíjense como el piso de su poder y su legitimidad comienza a resquebrajarse debajo de él y Maduro, desesperadamente, se agarra del liderazgo y autoridad de Chávez.

Vean bien, los que creen que para el chavismo sería fácil no hacer elecciones si Chávez se muere.

Más sobre las facciones

Martes, 15 de enero de 2013

Para cerrar de una vez este tema. Jon Chait lo dice sobre un tema totalmente distinto, pero esto más o menos resume lo que pienso de la habladuría sobre las facciones del chavismo:

The drone of right-thinking sentiment has certain distinct qualities. One is that it is, in almost the purest sense of the term, a meme — a way of looking at the world that individuals pass one to one another without a great deal of conscious thought, even though thoughtfulness, or the appearance of thoughtfulness, is one of the qualities the opinion imbues upon its proponents. They don’t engage with alternative analyses. They seem to have no idea that their own ideas even could be contested. They are merely performing the opinion journalism equivalent of wishing passersby a Merry Christmas.

Déjenme matizar un poco. Lo que me hizo citar a Chait son sobre todo las partes en negritas. La gente oye lo que escucha y lo repite sin pensar ni tratar de comprobar si lo que escucha es cierto. Pero ¿por qué ocurre esto?  Creo que en buena parte Francisco Toro tiene razón: para rellenar un vacío informativo. Hay que rellenar espacio, ¿no? En el chavismo existen fuertes divisiones, ¿no? Los incentivos, pues, para repetir lo que otros están diciendo sin pruebas convincentes son poderosos. Más cuando forjar un análisis alternativo requiere de mucho más trabajo.

The Economist, por cierto, demuestra que tampoco es tan difícil llenar espacio meramente con lo que sabemos:

The problem is that nobody else enjoys Mr Chávez’s unquestioned authority over the PSUV. Many chavistas are on the far left. Others, including many in the armed forces, are more pragmatic, or are opportunists; some of this group have made fortunes from government. Mr Maduro is an ardent admirer of Cuba’s Fidel Castro (as is Mr Chávez). Mr Cabello, who has influence in the army, is seen by the left as a closet right-winger and militarist. The PSUV’s inner circle also includes Rafael Ramírez, who runs PDVSA, the state oil monopoly which provides the regime with much of its revenue; Adan Chávez, the president’s elder brother who is an ultra-leftist; and Jorge Arreaza, the science minister and son-in-law of the president.

After a meeting of this group in Havana, Mr Maduro said that he and Mr Cabello had sworn a unity pact in the presence of Mr Chávez. Since the president is in no condition to chair meetings, some analysts speculated that Raúl Castro, Cuba’s president, may have done so. The Castros have a history of broking deals among competing factions of their leftist allies in the region. Both Mr Cabello and Mr Maduro deny that any such factions exist. But after Mr Cabello’s re-election as speaker, Mr Maduro stressed the importance of maintaining “military-civilian unity”.

Promiscuo Sanz

Lunes, 14 de enero de 2013

¿A qué facción del chavismo pertenece el ex ministro chavista Rodolfo Sanz? ¿A los nacionalistas militares, como llaman muchos a la facción de Diosdado Cabello? ¿O a la facción radical-ideológica-cubana de Nicolás Maduro?

Sanz está al centro de los escándalos de corrupción de la CVG y Derwick. En el entramado de estos escándalos su nombre se cruza con el de Rafael Ramírez, Javier Alvarado y Nervis Villalobos.

Y, según algunos analistas, Ramírez está en el bando de Maduro, lo cual no debería sorprendernos porque Sanz, luego de su paso por la CVG y el Mibam, fue embajador en Ecuador y viceministro para América Latina de la cancillería. Sanz, además, fue uno de los voceros y estrategas (y probablemente financistas) de la reciente campaña de Elías Jaua.

Pero ¿adivinen qué? Sanz también fue secretario general de la gobernación de Miranda durante la gestión de Diosdado Cabello.

Sanz pareciera moverse con mucha facilidad entre las facciones del chavismo. No sólo eso: los chanchullos legendarios con los bolichicos o boliburgueses los hizo ¡durante su paso por la facción de los radicales ideológicos!

En la facción de Maduro, Sanz calzaba como anillo al dedo la definición de un diosdadista o un derechista endógeno, es decir, del chavista con vínculos con la boliburguesía que persigue el dinero y los negocios sin prestarle mucha atención a la ideología. Y apuesto que no es una excepción.

En fin, ya he dicho que en la discusión sobre las facciones hay mucha especulación disfrazada de conocimiento.

La promiscuidad de Sanz revela que quizá la realidad es más desordenada y las líneas trazadas por muchos son menos nítidas de lo que se piensa.