En defensa de los malos modales

Viernes, 2 de marzo de 2012

Desde hace tiempo sigo las fieras batallas de los miembros más conspicuos de la blogósfera económica anglosajona. Lo hice un tiempo con algo de culpa, debo decir, porque no siendo los temas económicos mi especialidad, sentía a veces que perdía demasiado tiempo sumido en debates que no comprendo del todo y que atomizan mis energías y me desvían de mis principales intereses.

Pero ahora, más que culpa, siento envidia cada vez que reviso estos blogs. Porque el intenso y a veces grosero cruce de ideas, la pasión por el debate y el argumento, la extrema suspicacia y casi irrespeto al concepto de autoridad (o el arrogante encumbramiento de la razón sobre las credenciales), y la subordinación de los participantes a los más elevados estándares del debate racional, representan para mí un modelo a seguir; algo a lo que todos los demás foros, páginas de opinión y blogósferas deberían aspirar.

Hace dos meses The Economist hizo una lista de los beneficios concretos de tener un debate tan dinámico a través de Internet. Pero yo añadiría otro factor no mencionado por la revista: la diversión. Además de aprender sobre economía y somatizar el espíritu inconforme e inconoclasta que rezuma de estas belicosas discusiones, yo me divierto terriblemente con las refriegas casi callejeras de Paul Krugman, Brad DeLong, John Cochrane, Tyler Cowen y muchos otros economistas que, aunque saben mucho de economía, no tienen la más mínima de idea de qué son los buenos modales.

El escape de la productividad

Miércoles, 28 de diciembre de 2011

Parte importante del paisaje caraqueño son los motorizados. Uno los ve en todas partes, en números que uno no ve en otras grandes metrópolis.

Cuando llueve uno ve centenares debajo de los puentes, esperando que escampe. En el tráfico cruzar de canal es difícil porque pasan como balas entre los carros. De hecho, muchos motorizados han atropellado a peatones que cruzan avenidas trancadas por el tráfico pensando que los carros son la principal amenaza.

El boom petrolero explica en parte el boom de motorizados. Pero también lo explica otros factores. Las motos son más baratas que los carros, no gastan gasolina en un país donde la gasolina es casi gratis, es fácil estacionarlas y, sobre todo, son la mejor manera de evadir el tráfico.

Todo país tiene una reserva de energías productivas. En Caracas buena parte de esas energías son asfixiadas o reprimidas por el tráfico. El embudo del tráfico frustra parte de las energías productivas de la ciudad.

Los motorizados son la manifestación física de esta energía productiva negándose a ser asfixiada y encontrando un escape.

La marca de la escasez

Jueves, 27 de octubre de 2011

“Tenemos videos para probarlo. Se vienen familias enteras, con un camión. Se cambian de ropa, se ponen gorras, bigotes falsos o sombreros para que no los reconozcan cuando vuelven.”

Esto me lo reveló un ejecutivo de una cadena de supermercados.

Es el método que utilizan los buhoneros para comprar en los grandes supermercados que venden aceite, leche, azúcar y otros productos a precios regulados.

Los automercados limitan la cantidad de botellas de aceite o litros de leche que se puede llevar cada comprador. Entonces los buhoneros, para comprar a precios regulados y luego revender en la calle a precios más altos, recurren a los disfraces o a los mil y un trucos para llevarse más productos de lo permitido.

¿Cómo solucionar este problema?

Pues marcando a la gente como ganado.

Es lo que idearon algunos genios de la red San Tomé en Puerto Ordaz, según un reportaje de El Correo de Caroní.

Según ellos, si no marcan a la gente podrían darse situaciones como ésta:

 

Un gran logro de la revolución

Martes, 25 de octubre de 2011

El boom del teatro es una las cosas que más me ha sorprendido (positivamente) desde que llegué a Caracas.

Diógenes y las camisas voladores, Petroleros suicidas, Salto atrás con hermanos Marx, El cornudo 2, Una más y la cuenta…la oferta de teatro en Caracas es cada vez más variada y numerosa.

El resto del país empeora. Uno ve, por ejemplo, edificios de clase media que se han deteriorado hasta parecer casi ranchos; viejas antenas parabólicas de las que brotan retoños verdes que parecen ir carcomiendo, como hongos o moho, la anacrónica estructura de metal; semáforos de adorno a los que ya nadie presta atención; o ramas de árboles desbordándose hacia las avenidas casi tocando los techos de los carros; o pedazos de calle levantados por raíces de arboles como si la selva le estuviese ganándole la batalla a la civilización (poderosa metáfora del duelo político nacional).

Pero el teatro está en auge, desafiando y hasta ahora venciendo estas corrientes negativas.

¿Por qué ocurre esto?

La respuesta me la dio mi mamá: Hugo Chávez.

Y no me refiero a que Hugo Chávez está revitalizando el teatro nacional a través de subsidios culturales. Me refiero a que el origen del boom está en las políticas represivas y autoritarias del gobierno.

En un artículo en Polinomics, Gustavo Rojas Matute despliega con detalle esta explicación.

El teatro venezolano, dice Rojas, siempre había sido una actividad precaria, cuyo modelo de negocios se basaba en mantener los precios bajos para atraer al público. Y para poder mantener los precios bajos los subsidios del Estado eran indispensables.

Pero los subsidios dependían del precio del petróleo y durante los 80 y los 90 la actividad teatral se redujo hasta casi extinguirse.

Pero luego ocurrieron dos cosas: la Ley Resorte (que impuso regulaciones sobre los horarios de las telenovelas) y el cierre de RCTV, el más grande productor de novelas del país.

Estas dos cosas infligieron un golpe letal a la industria nacional de telenovelas.

Y mermada la industria de las telenovelas, explica Rojas, “muchas celebridades tuvieron que migrar a las tablas, ya no por pasión, sino por necesidad.”

Las estrellas de las novelas atraen público y el público atrae dinero y el dinero permite hacer más obras y estimula la competencia. Rojas cita un estudio que revela que la mayoría de las obras de Broadway garantizan su éxito con la presencia de una gran celebridad.

A esto hay que sumar dos factores adicionales. El primero es que los productores de teatro venezolano se han vuelto más hábiles creando un modelo de negocios rentable para sus obras -buscando y diversificando patrocinios, por ejemplo. El segundo es el otro boom -el de stand-up comedy-, que es a la vez un resultado y un potenciador del boom de teatro.

No sólo son los fracasos. Hasta los logros de la revolución son producto del autoritarismo, la chapucería y la improvisación.

Nueva herramienta del blog

Domingo, 25 de abril de 2011

Si no conoce un nombre, el significado de una fecha o un país o ciudad mencionado en un artículo del blog, seleccione el nombre o las palabras que no conoce como si fuera a hacer un copy-paste. Enseguida verá un burbujita que dice Learn more (ver ícono a la derecha) y poniendo el cursor en esa burbujita abrirá una ventana con información sobre el nombre o las palabras seleccionadas.

Por ejemplo, si selecciona en el artículo pasado (o este mismo) Gustavo Gorriti verá la entreda Wikipedia sobre él, sus libros en Amazon, videos en YouTube, imágenes y otras menciones de Gorriti en AlejandroTarre.com.