Por qué Maduro debe votar por Capriles

Viernes, 12 de abril de 2013

Hoy The Washington Post publicó un editorial donde los redactores, después de enumerar los graves problemas que confrontará Maduro si llegara a ganar las elecciones (algo que hay hacer todo lo posible por impedir el próximo domingo), terminan diciendo algo que he querido decir desde hace unos días:

It’s unlikely that even Mr. Chavez could have won the tolerance of the country’s poor for the harsh economic reckoning that’s coming. Mr. Maduro surely will not.

La carisma de Chávez, pues, no lo hacía inmune a las crisis. Sí lo ayudaba, pero no lo blindaba, como es evidente en este gráfico de ODH Grupo Consultor:

Fíjense cómo los avances y las victorias de la oposición en 2007, 2008 y 2010 coincidieron con reducciones importantes del gasto producto del embate de la crisis económica mundial. Y miren el importante aumento del gasto que precedió el triunfo de Chávez el año en 2012. Difícil no ver la correlación:

Ahora bien, supongamos que la economía entra en recesión, el oficialismo gana las elecciones y son ciertos los reportes de una caída importante en la popularidad de Maduro en estas últimas semanas. ¿Qué pasaría en los próximos meses?

La popularidad del enchufado mayor colapsaría.

Con seguridad la popularidad de Chávez también hubiese caído ante un escenario de recesión. Pero muchos quizá le hubiesen dado cierto espacio antes de abandonarlo, pensando “Chávez no dio ciertos beneficios en el pasado y no podemos simplemente dejarlo en tiempos de dificultad.”

Pero con Maduro no aplica esta lógica. Él sería visto como el incompetente que en apenas unos cuantos meses en el poder llevó al país al hueco donde se encuentra.

Más sobre las misiones

Miércoles, 10 de abril de 2013

Hablando de misiones de acompañamiento, acabo de leer este artículo de Thor Halvorssen y Javier El-Hage en America’s Quarterly. El mejor parrafito:

By its own bylaws an “accompanying” UNASUR mission does little more than sanction an election.  According to UNASUR an “electoral international accompaniment mission” is to “witness the electoral process in a framework of respect, solidarity, cooperation, for the general know-how and experience in electoral matters, in favor of the electoral bodies of UNASUR member states.”  [Emphasis added.]  In other words not only does UNASUR lack the experience and credentials of independence and impartiality of past OAS electoral missions to exert pressure and play a positive role, they are explicitly there to endorse the electoral authorities.

Las lecciones de Víctor

Lunes, 8 de abril de 2013

Con relativa frecuencia Víctor González, abogado de la Universidad Bolivariana, miembro de un Consejo Comunal y ex chavista, me hace sentir como si fuese un niño de pecho: inocente, ingenuo y poco avezado en las suciedades de la política.

Más de una vez ha hecho un comentario o soltado una risita en la que, incluso a través del teléfono, detectó algo que se parece a la ternura. Como cuando un adulto sonríe ante una ocurrencia increíblemente inocente de un niño.

Muchas veces, después de horas de conversación, me dice con su acento de maracucho “coño, al fin estás comenzando a entender; estoy progresando, ¿no?”

Ocurrió este fin de semana, mientras hablábamos por enésima vez de su experiencia como activista comunitario.

De paso, como si no estuviese diciendo nada especial, menciona unas reuniones con otros CC en la sede del Tribunal Supremo de Justicia.

-¿En el TSJ?
-Ahí mismo.
-¿En la sede del TSJ?
-Ahí mismo -dice, no entendiendo porqué me detengo en este punto.
-¿Y por qué ahí?
-Bueno, porque era ahí, pues. Ese era el punto de encuentro.
-Pero ¿por qué el TSJ?
-Eso fue antes de un proceso electoral, no me acuerdo cuál.
-Pero ¿porqué ahí?
-Bueno, papá, porque ahí era.

A Víctor le costó entender porqué estaba sorprendido, pero cuando comprendió me dijo que al TSJ, como a otras instituciones, ministerios y alcaldías, le habían asignado un grupo de CC para coordinar los esfuerzos de movilización electoral en Caracas.

-Al TSJ le tocaban los CC de esta parte de Caracas; a la alcaldia de Libertador le tocaban estos otros, a aquel ministerio le tocaba esta zona, y así sucesivamente.
-¿Y con quién hablaban ahí?
-A veces Luisa Estela misma hablaba.
-¿Y qué les decía?
-Bueno, lo importante que eran estas elecciones. Cómo la intención de la oposición era eliminar los CC y las misiones. La paja de siempre….
-¿¡En la sede del TSJ!?
-Alejandro, Alejandro. ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? Allá donde tú estás -¿dónde es que es que me dijiste que estás? Bueno, allá en Gringolandia estas cosas no te llegan, no se saben. Pero si vienes yo te enseño pa que veas las pancartas, te enseño los documentos. Todo esto está podrido. Po-dri-do. Esta vaina va a estallar tarde o temprano. Lo que pasa es que a ti allá te cuesta entender lo que está pasando aquí. Aunque creo que ya comenzaste a entender algunas cosas, me he dado cuenta.

Claves e injerencias

Miércoles, 3 de abril de 2013

Mucho trabajo en los últimos días, pero me gustaría decir dos cosas rápidamente.

Mi reacción instintiva cuando escuché que la oposición había descubierto que un militante del PSUV sabía la clave de acceso al sistema de arranque de las máquinas de votación fue de alarma y desmoralización.

Pero luego leí una nota de Eugenio Martínez.

Hipotéticamente quién tenga acceso al arranque de la máquina podría cambiar el status de la máquina de “cerrado” a “abierto”, votar, cerrar nuevamente y volver a transmitir, lo que ocasionaría un acta inválida en el REIS (en el centro de totalización).

Otra caso hipotético es que se podría los equipos para que acepten votos el 13 de abril. No obstante, esos votos no podrían ser transmitidos. ¿Por qué? Cuando se inicie la votación el 14 de abril y se imprima el acta cero (que indica que no había votos cargados en el equipo) los testigos tendrán que solicitar la inhabilitación del equipo y su sustitución.

Como ven, la cosa no parece ser tan grave. La oposición tiene cómo protegerse, sobre todo si tiene testigos en las mesas. El problema principal sigue siendo todo el ventajismo y el abuso que precede la votación y el conteo de votos. No es un gran consuelo, considerando todo lo que está pasando. Pero sería un error que la gente decida no votar por el descubrimiento de hoy. Lo menos que se puede hacer para apoyar y agradecer el esfuerzo que está liderando corajudamente Henrique Capriles es ir a votar el 14.

Lo otro que quería comentar es una declaración de María Corina Machado, condenando la injerencia de Lula por protagonizar un spot electoral de Maduro.

En su condición de ex presidente, Lula tiene todo el derecho del mundo a meterse en las elecciones en Venezuela. Si Oscar Arias o Fernando Henrique Cardoso le dieran ahora un espaldarazo a Capriles, yo los aplaudiría. El problema no es la intervención, sino a quién está apoyando Lula, alguien que, entre otras cosas, es un homófobo declarado. Eso es lo lamentable.

El plano ignorado

Lunes, 1 de abril de 2013

¿Qué nos dice más sobre Venezuela? ¿El debate de ideas entre la oposición y el gobierno o la discusión sobre qué se debe hacer para ganar un debate?

Esto es algo que ya he dicho antes pero que vale la pena repetir ahora que el discurso chavista se ha vuelto a radicalizar.

En Venezuela hay dos debates, cada uno en un plano diferente.

El primer plano es el de la discusión de ideas, donde el chavismo es débil y casi siempre pierde la batalla frente a la oposición. La política económica es un ejemplo. El gobierno defiende un grupo de ideas que no dan buenos resultados. La oposición ha advertido desde el inicio por qué estas ideas son malas y el tiempo le ha dado la razón.

Pero hay otro plano que no es el de las ideas sino el de cómo se debe debatir.  El plano epistemológico. La oposición piensa que para ganar una discusión uno debe tener la razón. El chavismo no. Para ellos lo importante es tener el poder y los medios para imponer ideas. No tener la razón no importa y por eso nunca hacen el menor esfuerzo por ganar racionalmente un argumento. Tampoco son capaces de ceder en un debate. Lo único que les importa es imponerse, así sus argumentos sean absurdos.

Esto implica que el volumen con que se transmiten las ideas es más importante que su contenido. El pulmón es más importante que la cabeza.

Esto es lo que, según Ortega y Gasset, separa a la civilización de la barbarie.

Pero muchos analistas “objetivos” se rehusan a reconocer esta diferencia y tienden a enfocarse en el debate de ideas, como si la diferencia epistemológica no existiera.