El plano ignorado

Lunes, 1 de abril de 2013

¿Qué nos dice más sobre Venezuela? ¿El debate de ideas entre la oposición y el gobierno o la discusión sobre qué se debe hacer para ganar un debate?

Esto es algo que ya he dicho antes pero que vale la pena repetir ahora que el discurso chavista se ha vuelto a radicalizar.

En Venezuela hay dos debates, cada uno en un plano diferente.

El primer plano es el de la discusión de ideas, donde el chavismo es débil y casi siempre pierde la batalla frente a la oposición. La política económica es un ejemplo. El gobierno defiende un grupo de ideas que no dan buenos resultados. La oposición ha advertido desde el inicio por qué estas ideas son malas y el tiempo le ha dado la razón.

Pero hay otro plano que no es el de las ideas sino el de cómo se debe debatir.  El plano epistemológico. La oposición piensa que para ganar una discusión uno debe tener la razón. El chavismo no. Para ellos lo importante es tener el poder y los medios para imponer ideas. No tener la razón no importa y por eso nunca hacen el menor esfuerzo por ganar racionalmente un argumento. Tampoco son capaces de ceder en un debate. Lo único que les importa es imponerse, así sus argumentos sean absurdos.

Esto implica que el volumen con que se transmiten las ideas es más importante que su contenido. El pulmón es más importante que la cabeza.

Esto es lo que, según Ortega y Gasset, separa a la civilización de la barbarie.

Pero muchos analistas “objetivos” se rehusan a reconocer esta diferencia y tienden a enfocarse en el debate de ideas, como si la diferencia epistemológica no existiera.

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