Más unidad después de las primarias

Jueves, 19 de enero de 2012

La unidad de la oposición ya está consolidada como estructura, pero quien gane las elecciones debe trabajar, como han dicho algunos, por consolidar la “unidad afectiva.”

Dejar atrás los viejos rencores, olvidar los pequeños resentimientos y lograr que la oposición en su conjunto trabaje con entusiasmo por él para derrotar a Hugo Chávez. Después de todo, las ambiciones individuales de todos los dirigentes de la oposición dependen de los resultados del próximo 7 de octubre. Si gana la oposición, a todos los miembros de la MUD se les abre el futuro. Si gana Chávez, lo contrario.

Algunos sugieren que esta unidad afectiva no es conveniente, porque podría ensuciar la reputación del candidato unitario. Es difícil proyectar una imagen de futuro, relevo y renovación asociándose a los viejos partidos.

Estas voces aseguran que Capriles se ha beneficiado del respaldo que le dio el viejo orden -AD y Copei- a Pablo Pérez, fortaleciendo su imagen como el candidato de la nueva generación. Y, si a Pérez no le ha ido bien en su campaña, es en parte por su asociación con el puntofijismo.

¿Tienen razón?

Yo le veo varios problemas a este argumento.

En primer lugar, no está claro que la asociación con los viejos partidos ha afectado negativamente la imagen de Pablo Pérez. Ni siquiera está claro que ha sido un factor significativo en la carrera electoral.

Una posible manera de medir el efecto de esta asociación sería examinar los números de Pérez antes y después del respaldo de AD y Copei, ¿no es cierto?

¿Y qué dicen estos números?

Llamé a varios encuestadores y todos me dijeron lo mismo: Pérez subió después del anuncio del apoyo y Capriles bajó ligeramente. Y la popularidad de Pérez no sólo subió entre los votantes de las primarias, también en la población general.

Es cierto que esto no prueba nada. Pérez podría estar en una mejor posición sin el apoyo de los viejos partidos; otros factores -como la carisma, la elocuencia, el efecto de los otros candidatos, etc- pueden haber influido. Y el persistente liderazgo de Capriles en las encuestas revela el limitado poder de los partidos para hacer o deshacer a un candidato.

En todo caso, lo más probable es que el efecto del respaldo de AD haya sido muy positivo, moderadamente positivo o insignificante, pero difícilmente negativo.

Esta conclusión es sumamente importante, porque no queda duda de que AD/UNT ofrecen una gran ventaja en términos de maquinaria. Y, si la desventaja de no asociarse con ellos es fantasiosa, ¿qué argumento hay entonces para un alejamiento?

Otros dos puntos.

1) La estrategia de desasociarse de los partidos tiene sus límites, porque sea quien sea el candidato AD, Copei, UNT y el resto van a ser parte de la campaña electoral presidencial. A menos que rompa con la MUD el candidato que gane no puede aspirar a desprenderse totalmente de las fuerzas opositoras que no le gusten. Y, si este es el caso, lo más inteligente es asegurarse de que los beneficios de esta asociación sean mayores a las potenciales desventajas.

2) La identidad de los partidos se ha disuelto en la identidad de la MUD, disminuyendo el poder que tiene cualquier fuerza política para lustrar o deslustrar reputaciones. Si al ganador de la primarias lo perjudica alguna asociación, no va a ser el apoyo de AD o Copei o UNT sino el apoyo de la MUD, cuya imagen ante la población, por cierto, ha venido mejorando.

En el fondo mi argumento es que, si las encuestas siguen igual y gana Capriles, necesitamos la maquinaria de AD/UNT para aumentar las posibilidades de triunfo. Por eso el antagonismo entre PJ y AD/UNT debe desvanecer el día después de las primarias.

Dudo que la amenaza de Chávez no sea suficiente para evaporar este antagonismo, pero por si acaso.

Memoria y cuenta

Domingo, 15 de enero de 2011

¿Qué ha podido hacer la oposición el viernes para evitar la abusiva perorata de nueve horas del presidente?

Hay dos extremos que se deben evitar. El primero es no ir. La oposición está en la AN para demostrar que no está dispuesta a ceder un milímetro en las instituciones públicas, por más politizadas que estén.

Pero tampoco debe someterse al abuso de un discurso tan largo.

¿Qué hacer entonces?

Decirle: “Presidente, asistiremos a su discurso para escuchar lo que tiene que decir sobre sus planes y su gestión. Pero no estamos dispuestos a escucharlo hablar sobre cosas que no tienen la menor trascendencia en la conducción de los destinos del país. Le daremos cuatro horas y, si usted no ha terminado, nos retiraremos porque en Venezuela hay mucho trabajo por hacer y mucha gente con necesidad para andar perdiendo el tiempo en discursos.”

Estoy seguro que los diputados oficialistas apoyarán internamente (en su pensamiento) esta propuesta.

Oxígeno y centímetro

Sábado, 14 de enero de 2011

Carlos Monsiváis

Sobre el ensayo/reportaje de Boris Muñoz que he estado comentando, quería destacar dos párrafos que me gustaron. El primero es una descripción del metro de Caracas a través de una poderosa frase de Carlos Monsiváis. Quien haya estado recientemente en el metro sabrá que Monsiváis no exagera:

En el trayecto en metro pude comprobar que el hacinamiento que se vive no es una metáfora. Ni siquiera en el subterráneo de la ciudad de México había visto tal nivel de apretujamiento. En el corto viaje recordé aquello que, en referencia al metro del DF, el cronista postapocalíptico Carlos Monsiváis calificaba de álgida lucha por el oxígeno y el centímetro.

Y con el segundo párrafo Muñoz casi se va de cabeza con una imagen, pero de alguna manera logró que funcionara de maravilla:

Sin embargo, Chávez no las tiene todas consigo. Como el capitán Garfio, archirrival de Peter Pan, Chávez es perseguido por un cocodrilo desde cuyo vientre se escucha un incesante tictac. Ese saurio que hace tictac representa, por supuesto, tres cosas: el tiempo, la enfermedad y la muerte que no puede conjurar ni dejan de acecharlo.

 

Derecha, izquierda, nini

Sábado, 14 de enero de 2011

¿Quién es el mejor candidato de la oposición para confrontar a Hugo Chávez?

Boris Muñoz interroga a Teodoro Petkoff sobre este tema:

Cuando le pregunto quién representa mejor la unidad que él avizora, dice que es Pablo Pérez, actual gobernador del Zulia y precandidato por los partidos de la socialdemocracia, Un Nuevo Tiempo, y el histórico Acción Democrática, a quien Petkoff ve como de centro izquierda. “La lucha es por cinco o seis puntos electorales que separan a Chávez del candidato de la oposición. Ese candidato no puede ser de derecha o centro derecha, porque es más difícil que los indecisos le nieguen el respaldo a Chávez por alguien de derecha.”

Como argumento, recuerda la transición de Chile de la dictadura de Pinochet a la democracia, a principios de 1990. “Ricardo Lagos había forjado la Concertación —alianza de los partidos socialistas con los democratacristianos—, pero que, personificando a la izquierda, no podía ser su candidato. Tuvo que cederle la oportunidad a los democristianos que estaban más a la derecha. Si Pablo Pérez no es el candidato este país está jodido”.

Petkoff tiene razón en su argumento sobre los indecisos. La capacidad y el potencial de atraerlos es un factor sumamente importante.

Pero no creo que en las diferencias ideológicas que Petkoff ve entre Pérez (izquierda) y Capriles (derecha) está la clave fundamental para atraer al voto nini. Eso implicaría que, en comparación a Pérez, Capriles no tiene capacidad para atraer a los nini. No he visto ninguna encuesta que apunte hacia eso.

Dicho esto, me sorprendería que la posición de Petkoff a favor de Pérez no fuese más compleja de lo que el reportaje de Muñoz deja entrever.

Para mí no hay duda, por ejemplo, que una ventaja de Pablo Pérez sobre Capriles es que éste parece menos interesado que aquél en trabajar con sus actuales adversarios y aprovechar al máximo sus fortalezas después de las primarias.

Al mismo tiempo, creo que al final del día el peso de la realidad se va a imponer, forzando a cualquier candidato que gane a limar asperezas y absorber los recursos y el potencial de todos los partidos, de derecha e izquierda, viejos y nuevos.

Percepciones

Sábado, 14 de enero de 2011

Fíjense lo que son las percepciones sobre la orientación ideológica de los candidatos opositores (contrastar con el artículo anterior).

En un ensayo/reportaje publicado en la revista Gatopardo, Boris Muñoz interroga a Teodoro Petkoff sobre sus preferencias electorales:

Cuando le pregunto quién representa mejor la unidad que él avizora, dice que es Pablo Pérez, actual gobernador del Zulia y precandidato por los partidos de la socialdemocracia, Un Nuevo Tiempo, y el histórico Acción Democrática, a quien Petkoff ve como de centro izquierda. “La lucha es por cinco o seis puntos electorales que separan a Chávez del candidato de la oposición. Ese candidato no puede ser de derecha o centro derecha, porque es más difícil que los indecisos le nieguen el respaldo a Chávez por alguien de derecha….Si Pablo Pérez no es el candidato este país está jodido.”

Un poco después Muñoz entrevista a Capriles. En la manera como articula su pregunta trasluce la misma preocupación de Petkoff:

Por su filiación al partido conservador Primero Justicia y su proveniencia de una familia de empresarios, una buena parte de la población lo identifica como miembro de la derecha, lo que en lenguaje chavista se expresa como la élite burguesa. ¿Es posible una transición del chavismo desde la centro derecha?

Más tarde:

  • Comentario sobre la opinión de Petkoff.