La espuela y la rémora

Lunes, 13 de agosto de 2012

Llevaba unas semanas con una idea vaga rondando mi mente que no lograba cristalizar en algo sólido. Y, leyendo esta mañana un artículo de Juan Nagel, por fin lo logré.

Refiriéndose a la controversia de la gorra tricolor de Capriles, Juan dice no debemos obsesionarnos con la arbitrariedad del CNE porque de esa manera caemos en la trampa del oficialismo, que es lograr implantar suficientes dudas entre los votantes opositores sobre la confiabilidad del sistema electoral como para que la mayor parte se quede en casa y no vaya a votar.

En vez de actuar como caja de resonancia de los abusos del CNE, y contribuir de esa manera a sembrar dudas, debemos más bien enfocarnos en los mensajes de la campaña, la inseguridad, el empleo, la educación, etcétera.

¿Tiene razón Juan?

En parte, sí. Creo que sería un error convertir las injusticias del CNE en el principal tema de la campaña.

Pero al mismo tiempo no podemos ignorar sus abusos porque, si lo hacemos, le facilitamos su labor de seguir desnivelando el terreno electoral.

Si no levantamos la voz frente a lo ocurrido en Miami, por ejemplo, el CNE podría seguir perpetrando atropellos similares porque el costo político de hacerlo es cero. Si no nos quejamos por sus estrategias para hacer creer a los electores que el voto no es secreto, también le abrimos el espacio para más y quizá más preocupantes arbitrariedades.

Capriles debe entonces encontrar un equilibrio entre no desmoralizar a los votantes con denuncias al CNE y denunciar y presionar al CNE lo suficiente para cerrarle el paso a sus incesantes tropelías -que siempre amenazan con convertir en un “no” la respuesta a esta pregunta.

Tanto la espuela (para animar a los votantes) como la rémora (para frenar al gobierno) son necesarias.

La Iglesia de la falsa objetividad

Viernes, 10 de agosto de 2012

Pongamos un caso extremo para ilustrar mi incomodidad con este estudio que, a mi modo de ver, dice sin decirlo que los medios privados están fuertemente parcializados a favor de Capriles.

Imagínense que un estudio trata de determinar cómo los medios privados retratan a dos personas, el asesino de Colorado y Nelson Mandela, a través de los adjetivos que dichos medios utilizan para describir a este par dispar.

Naturalmente, el estudio revelará que la amplia mayoría de los adjetivos asociados a Mandela son positivos y casi el cien por ciento de los adjetivos asociados al asesino son negativos.

Esto no quiere decir, sin embargo, que los medios están parcializados. Significa que Nelson Mandela es realmente una mejor persona que el asesino de Colorado y esa verdad es reflejada por el uso de adjetivos de los medios.

Ahora bien, Capriles no es Mandela y Chávez no es el asesino de Colorado, y es cierto que muchas veces los periodistas dejan de pensar y pasan a criticar irreflexivamente a los políticos que no comparten sus puntos de vista.

Pero, de igual modo, una verdad subyace debajo de la algarabía. Y el rol fundamental de los medios es llegar a esa verdad, así ello implique un uso poco “equilibrado” de adjetivos.

El regreso de Chávez Abarca

Viernes, 10 de agosto de 2012

Chávez Abarca

Algo faltaba en esta campaña. No sabía qué, pero llevaba días sintiendo que algo que se suponía que debía pasar no había pasado.

Alas, el plan de magnicidio que siempre surge, casualmente, dos o tres meses antes de unas elecciones. El sujeto sospechoso, usualmente vinculado a Colombia, los paramilitares, el exilio en Miami, Posada Carriles o el imperio, que llega al país con la intención de asesinar al presidente.

Esta vez, reveló ayer Chávez, se trata de un gringo “de origen latino” y “pinta de mercenario” que pretendía entrar al país “ilegalmente” por la frontera colombiana.

La vez pasada, en las elecciones parlamentarias de 2010, fue Chávez Abarca, el personajillo de opereta que supuestamente capturaron entrando a Venezuela (también) dos meses antes de las elecciones con la intención de matar a Chacumbele. El episodio difícilmente pudo ser más burdo y grotesco. A Chávez Abarca incluso ¡lo hicieron actuar! en un reportaje/documental venezolano-cubano planificando uno de sus atentados. Como comentó entonces mi hermano Alfredo, ¿se imaginan a la CIA capturando a Osama Bin Laden y luego haciéndolo actuar en un reportaje? ¿Paseando por los alrededores de la Torres Gemelas meses antes del ataque mientras, con expresión pensativa, elabora mentalmente su plan para el 11 de septiembre?

Y no olvidemos que el opositor, Alejando Peña Esclusa, estuvo preso por esta olla montada por el gobierno.

¿Qué nos tienen preparados esta vez? ¿Qué va a confesar este nuevo sujeto que supuestamente capturaron en la frontera? ¿Un plan siniestro fraguado por Ileana Ros-Lehtinen, Aznar, la NED y los Poleo para plantar una bomba en Miraflores? ¿Y quién será ahora el testigo estrella? ¿Resucitarán a Giovanny Vásquez? ¿Y qué opositor va a caer preso para tratar de cubrir con una pátina de credibilidad esta nueva comedia?

Si no fuera por esta última pregunta, el asunto sería sólo gracioso.

PD: Tal Cual informa que esta es la décima octava vez que Chávez denuncia un plan de magnicidio.

El éxito del silencio

Jueves, 9 de agosto de 2012

Me informa Brian Nelson que su libro sobre el golpe de abril de 2002, El Silencio y el Escorpión, es actualmente el más vendido en Venezuela y que la editorial Alfa ya está preparando una segunda edición.

Me alegra porque el libro es muy bueno y su éxito es totalmente merecido.

Así que vayan y cómprenlo, si todavía no lo han hecho.

El desafío de los testigos

Jueves, 9 de agosto de 2012

Apasionado, valiente, hiperinformado, peleón, Alek Boyd es un pionero de la blogósfera venezolana, que defiende sus valores democráticos sin compromisos.

Esa actitud lo ha hecho chocar con medio mundo, desde The Guardian y Noam Chomsky a miembros de alto vuelo de la boliburguesía –que ahora pretenden, futilmente, sacarlo de Internet para silenciar sus denuncias (lograrán lo contrario).

Desde hace días vengo conversando con él en privado sobre las condiciones electorales en Venezuela, y, aunque tenemos algunas diferencias, descubrimos que, en cosas fundamentales, estamos de acuerdo. En palabras de Alek, “si tenemos presencia en todas partes Chavez tendrá que demostrar que tiene los votos, que tiene la gente, que ganó limpiamente.”

Al final de nuestro intercambio le pregunté si cuando cubrió de cerca la campaña de Manuel Rosales en 2006 vio cosas que aumentaran su escepticismo sobre nuestra posibilidad de llevar testigos a las mesas.

Esta fue su respuesta:

La experiencia del 2006 me enseñó que es dificilísimo coordinar una campaña a nivel nacional. Aparte de ello se requiere mucho dinero, mucho más del que la oposición tiene o puede llegar a tener. Por eso creo que los problemas del 2006 podrían estarse repitiendo. Yo se, por ejemplo, que muchos testigos en el 2006 no hicieron lo que habían aceptado hacer, sencillamente porque no se les pudo pagar. Desorganización es siempre parte del juego, por cuanto no somos suizos, ni militares, ni hay una actitud de disciplina compartida entre quienes integran la MUD. Más allá de los llamados a unidad, el trabajo en pro de la victoria se circunscribe en negociaciones que persiguen alcanzar objetivos personales. Ello representa un escollo importante en términos de planificación y ejecución. Es decir, todos ayudan, pero lo hacen en sus términos, más no siguiendo ciegamente lineamientos estratégicos impuestos por el comando.

También le pregunté si, cuando uno está en el meollo de una campaña, es fácil perder el sentido de realidad. La respuesta de Alek fue franca. No sólo es fácil para el candidato perder el sentido de realidad, sino que él mismo lo perdió:

Metido en el meollo de la campaña pierdes todo contacto con la realidad. Uno sólo ve un lado de una narrativa que tiene muchos lados. No hay, hasta donde sé, gente que se dedique a diseñar estrategias en base a información proveniente de los distintos sectores de la política actual. Más todavía, el régimen tiene mucha más información que la oposición y sus estrategias, que la MUD. La oposición está y ha estado siempre permeada. Esto quizás haya cambiado un poco con el arribo a nuestras filas de [Henri] Falcón, el Gato [Briceño], Ismael [García], etcétera. Y eso será, en mi opinión, una causa de preocupación importante para el caudillo. De igual forma, es muy difícil mantener la objetividad cuando estás metido en una caja de resonancia. Viendo los millones de personas que vi, te confieso que pensé que Rosales iba a ganar. Y admito también que llegué a creer que el maracucho iba a ser mucho más aguerrido en subsiguientes problemas con Chávez, porque en el Zulia ví una relación entre Rosales y la gente similar a a la que había visto años atrás entre Chavez y la gente en Caracas.

Mi experiencia en el 2006 fue única, de esas que se viven una sola vez en la vida. Lo que se vive en el meollo de la campaña es muy, pero que muy intenso. Por ello es imperativo tener asesores que no estén metidos en el centro, que observen la realidad, en todo su espectro, desapasionadamente, clínicamente, y aconsejen.