La campaña de Capriles

Viernes, 21 de septiembre de 2012

Todavía con limitado acceso a Internet, pero una reflexión rápida para cerrar la semana.

Asumamos que los números de Consultores 21 son ciertos y la carrera electoral en Venezuela se ha mantenido inusualmente estable desde febrero.

Obviamente, el gasto público masivo y el boyante crecimiento económico no han beneficiado mucho al gobierno y muchos electores parecen ya inmunes a estos factores. O podría ser que, gracias al gasto y al crecimiento, Chávez ha evitado un desplome en su popularidad y logrado mantener un empate técnico con Capriles.

O podría ser que Capriles ha logrado contrarrestar ese gasto y los efectos favorables del crecimiento con una excelente campaña. O que ya sencillamente la mayoría de los venezolanos tenían desde febrero su voto decidido y nada de lo que pase a su alrededor puede afectar su voto.

Lo cierto es que este equilibrio 50/50 está resistiendo fuerzas muy grandes, desde el crecimiento económico al gasto público, desde la ineficiencia y el desgaste de Chávez (que abarca a Amuay y El Palito) a la campaña inagotable de Capriles y la guerra sucia del gobierno amplificada por un masivo aparato mediático. Y es difícil saber cuáles factores están teniendo un efecto y cuáles no, o qué grado de influencia tiene cada factor.

Es indudable, sin embargo, que la campaña de Capriles ha sido muy buena. Pase lo que pase el 7 de octubre, creo que en términos realistas, midiendo a la oposición no contra nuestras aspiraciones idealistas sino contra lo que una conglomeración de partidos dispares y con múltiples intereses está en la capacidad de alcanzar y usualmente alcanza, Henrique Capriles y las fuerzas que lo respaldan lo han hecho muy bien.

En las democracias uno suele votar por el menos malo. Esta vez yo voy a votar por Capriles impresionado por su campaña y orgulloso de lo que la oposición ha logrado en los últimos años.

Los Humala y los Correa

Miércoles, 19 de septiembre de 2012

No voy a poder escribir mucho los próximos días. Pero los dejo con lo último que hice para Efecto Naím. Pocas veces un tema se adapta tan bien para la TV:

Inmundicias Vivientes

Miércoles, 19 de septiembre de 2012

Hermán Escarrá

El peor error que he cometido en este blog en mucho tiempo es pensar que el gobierno podría estar extorsionando al diputado William Ojeda. Después de verlo regodearse con el video de Caldera, delatando su resentimiento y el odio visceral que le inspira Primero Justicia, creo que el gobierno simplemente lo compró.

Para más lo compró y se burla de él por dejarse comprar, como fue evidente ayer en la Asamblea Nacional cuando Oscar Figuera, del Partido Comunista, dijo entre risas que no iba a felicitar a Ojeda por su intervención porque “costaba aplaudir a quien saltaba de un lado a otro.”

Vea usted mismo el video, para que se le revuelva el estómago, porque me sorprendería mucho que Figuera se atreviera a decir eso sin autorización de la cúpula del oficialismo, es decir, Hugo Chávez.

Y luego está Hermán, el hermano, nada menos, de “La Inmundicia Viviente” (recientemente fallecido), que se unió también abruptamente al coro de críticos “opositores” de la MUD.

¿Le habrán transferido a este par de nulidades 200 mil dólares a sus cuentas bancarias, cantidad que, según algunos dirigente opositores, De Lima estaba ofreciendo a varios dirigentes para que le retiraran el apoyo a Capriles?

Lo dudo. Apostaría a que Ojeda y Escarrá son mucho más baratos.

Otra cosa. Comprando a esta gentuza, rodeándose de estos tránsfugas que abdican de sus principios y lealtades por unos cuantos petrodólares, el gobierno pareciera no sólo querer enlodar a Capriles, también buscar el respiro moral del ladrón que se consuela porque las personas que lo rodean son iguales que él.

“Nadie es un monstruo si lo somos todos,” escribió Simone de Beauvoir. Y pocas frase describen tan bien la filosofía que permea las almas roñosas de los altos funcionarios del gobierno y sus estrategas electorales.

Chávez puede perder, pero no ganar por poco

Miércoles, 19 de septiembre de 2012

Álvaro Partidas, frecuente corrector de este blog, me señala algo muy cierto.

Si Chávez gana por un estrecho margen el 7 de octubre, esa ventaja seguramente será ampliada en los resultados oficiales del CNE. Esto sería relativamente fácil, porque es difícil movilizar a la oposición para que reclame que en realidad perdió por tres o cuatro puntos y no por diez.  Pregunta Álvaro, ¿quién va a salir a la calle a reclamar que la ventaja fue menor que la anunciada? Si ya se perdió, ¿qué incentivo tiene la gente para salir a protestar y exponerse a la represión?

Y es también difícil que el público general se interese o preocupe por esta discusión sobre el tamaño de la ventaja.

Nada de esto, sin embargo, cambia la recomendación de Gerver Torres. La complica, pero no la cambia.

Ganar perdiendo

Martes, 18 de septiembre de 2012

En su presentación ayer en la Universidad de George Washington, Gerver Torres tocó un tema que, por razones obvias, pocos abordan públicamente: ¿Cómo debe reaccionar la oposición si Chávez gana las elecciones por un estrecho margen?

Gerver ofrece una respuesta a esta pregunta que suscribo con todos sus puntos y comas.

Si Chávez gana por pocos puntos, la oposición debe sentir esa derrota como una victoria y no olvidar que, pese a haber perdido el 7 de octubre, la victoria puede estar muy, muy cerca -quizá meses por la enfermedad de Chávez.

Porque en términos reales, considerando el masivo gasto público, el ventajismo, la intimidación y otros factores, una victoria pírrica de Chávez es una victoria para la oposición; un testimonio del esfuerzo descomunal que ha liderado Capriles durante los últimos meses para lograr una transición pacífica de poder en Venezuela.

El liderazgo opositor debe entonces hacer todo lo posible para cerrarle el paso a la desmoralización y seguir luchando como si la victoria estuviese al alcance de la mano (porque puede estarlo). Debe hacer sentir a toda la oposición organizada que la salida de esta pesadilla podría estar mucho más cerca de lo que imaginamos.

Capriles, por supuesto, debe asumir un papel protagónico en esta tarea. Si Chávez gana por poco, él será el verdadero ganador y debe comunicarle al país que la oposición seguirá luchando y sumando voluntades casa por casa como si nada hubiese ocurrido entre el 6 del 8 de octubre.

Esto, claro, seguiría siendo una apuesta. Pero en este escenario no tendríamos mejor camino que apostar a la posibilidad real de que el final esté cerca.