El techo de Chávez

Lunes, 17 de septiembre de 2012

Hoy en GW escuché dos presentaciones sobre Venezuela, la primera de Luis Christiansen, presidente de Consultores 21, y la segunda de Gerver Torres, consultor de Gallup.

Dos comentarios sobre la primera presentación (luego comentaré la de Gerver).

Christiansen confirmó lo que he venido diciendo desde hace tiempo. Que un venezolano diga que la inseguridad es el problema que más lo preocupa no significa que el crimen va a ser un factor fundamental para determinar su voto o que la inseguridad influya significativamente los resultados electorales.

Para mí esto siempre ha sido obvio, pero no para otros.

Christiansen dice, por ejemplo, que cuando uno le pregunta a los venezolanos cuál es el principal problema del país un 55 por ciento dice la inseguridad. Pero cuando uno pregunta a la misma gente cuál es su principal preocupación como individuo la inseguridad baja al 32 por ciento y los problemas económicos sumados suben a casi el 45 por ciento.

Similarmente, la mayoría de los venezolanos no citan la inseguridad como el primer problema que resolverían si estuvieran al mando del país. El 38,9 por ciento se enfocaría en problemas económicos y apenas el 22 por ciento en la inseguridad.

¿Por qué ocurre esto?

Yo ya he mencionado algunas posibles explicaciones (adaptación, la población no culpa a Chávez, etc), pero Christiansien añade una que a mí no se me había ocurrido. Mucha gente piensa que puede lidiar con el problema de inseguridad sin ayuda del Estado (no saliendo en las noches, evadiendo ciertos lugares, etc). Pero no se puede decir lo mismo sobre la escasez o la inflación.

Otro dato interesante que resaltó Christiansen es la inusual estabilidad de la carrera electoral. En la gráfica de intención de voto de Consultores uno ve básicamente dos líneas rectas horizontales, muy pegadas la una de la otra. Desde que se celebraron las primarias de la oposición la intención de voto de ambos candidatos no ha variado casi nada.

Capriles sí registra un tendencia ligeramente ascendente (en la última encuesta de Consultores HCR supera a Chávez por dos o tres puntos), pero esta tendencia es casi imperceptible, cuatro o cinco puntos desde febrero. En una semana, después de las convenciones, Obama subió más que Capriles en siete meses. Y la carrera electoral de EEUU, por cierto, ha sido también inusualmente estable.

Yo aquí, utilizando los datos que mostró Christiansen, sería más agresivo que él señalando que la tendencia positiva de Capriles no es el huracán ascendente que muchos pintan. Si confiamos en los datos de Consultores la realidad es que Capriles ha subido muy poco. Pero ya en febrero la carrera estaba tan cerrada que, según los datos de esta encuestadora, esa ligera subida le ha bastado para sobrepasar a Chávez.

Diciendo esto no pretendo ofuscar el creciente optimismo de la oposición. Al contrario, que Chávez haya perdido terreno a pesar del crecimiento económico, el masivo gasto público, la intimidación y el ventajismo, es una muy buena señal. Como dice Christiansen, esto revela que Chávez tiene un techo que le impide subir no importa cuánto gaste y cuántas cadenas haga.

Y dudo que esto cambie de aquí al 7 de octubre.

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