En defensa de la embriaguez

Viernes, 5 de noviembre de 2010

Fernando Savater

Llevo ya unas semanas leyendo, un puñadito de páginas cada mañana, “la autografía razonada” del filósofo español Fernando Savater Mira por dónde. Simpático, sincero, lúcido, reflexivo, irreverente, iconoclasta, el libro es una receta para comenzar el día de buen humor.

En particular, gocé su reflexiones sobre el consumo de tabaco y alcohol:

Los seres humanos no sólo somos conscientes, sino que también tenemos consciencia de ser conscientes: el ámbito de lo que experimentamos es resultado de las necesidades pero además campo de juego. Sentimos curiosidad, con una mezcla de temor y placer, por cuanto puede alterarnos, es decir, en el sentido más amplio del término, por todo lo que nos produce embriaguez…Buscar lo que altera la percepción con el fin de exaltar o amortiguar el ánimo consciente es una parte insoslayable de la evolución de la consciencia. Noticia inquietante para los capataces preocupados de nuestra productividad a ultranza y los guardianes del orden público, pero qué le vamos a hacer.

…No digo que [el alcohol, el tabaco, las drogas] sean beneficiosas para los pulmones o para el hígado, pero los humanos estamos hechos de algo más que órganos: también cuenta el esfuerzo espiritual de que tenga por un momento sentido lo que antes o después revertirá en ceniza. Aliviar o hacer grato el tiempo y estimular la creatividad, en eso consiste la verdadera salud, aunque también se tosa de vez en cuando. Llevo muchos años de complicidad con el tabaco y el alcohol: supongo que me estarán matando, pero les agradezco la parsimonia en el asesinato y que mientras tanto me entretengan. También puedo decir lo mismo de la simpática marihuana, porque un porrito antes de irse a la cama con alguien grato sigue haciendo maravillas incluso a edades provectas como la mía.

Y sobre el arte de emborracharse:

Nunca he ingurgitado de golpe medio litro de matarratas para quedarme k.o. cuanto antes, como ahora me parece que hacen bastantes chicos y chicas (¡qué simpáticas me resultan, a pesar de todo!). Por favor, la meta es el camino y se pierde quién llega demasiado pronto. En el sexo ocurre igual, aunque todos hayamos tenido alguna vez que ser llevados por urgencias.

Pero Savater reconoce que todo tiene sus límites y recomienda “tiento con la cantidad y precaución con la calidad” de lo que se consume.

Lo demas, dice, le parecen monsergas.

Hugo Palin

Jueves, 4 de noviembre de 2010

Extrema polarización política, retórica ferozmente antiestablishment y lideres populistas que satanizan al sistema tradicional de partidos y explotan las frustraciones de una población abrumada por la crisis económica, ¿se está latinoamericanizando la política estadounidense?

En un interesante artículo publicado por Buenos Aires Herald, el académico chileno Patricio Navia explora este tema:

La crisis económica de 2008, con su legado de alto desempleo y decreciente poder adquisitivo de la clase media, ha dejado una herida profunda en la confianza que tiene el electorado estadounidense en su gobierno y su clase política. Aunque no totalmente articulado en estos términos, el movimiento Tea Party rechaza al establishment y a los dos partidos políticos que han dominado la política estadounidense durante un siglo. Las referencias del Tea Party a los “Founding Fathers” como precursores políticos son tan históricamente inexactas como las referencias a Simón Bolívar del presidente Hugo Chávez. Rechazando al sistema tradicional de partidos y promoviendo una restauración de una república fundacional (mítica), el Tea Party ha adoptado un discurso populista para abogar por una cura al estancamiento económico de Estados Unidos.

Si aún no está convencido sobre el paralelismo que hace Navia, lea esta columna de Richard Cohen sobre Sarah Palin.

Difícil leerla y no pensar en Esteban.

¿Qué hacer frente a las expropiaciones? (actualizada)

Miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Cuál es la estrategia de la MUD frente a la ola de expropiaciones? ¿Qué va a hacer si, como pareciera ser, la aplanadora chavista no se detiene hasta destruir totalmente el sector privado? ¿Cuál es la estrategia de los empresarios? ¿Cuál es la estrategia de Polar, víctima indirecta de las expropiaciones de Agroisleña y Owens? ¿Qué pueden hacer los sindicatos?

Uno de los deportes favoritos de la comentocracia opositora en Venezuela es criticar a la MUD. Pero lo cierto es que las ausencia de debate en torno a estas preguntas no sólo es culpa de la MUD, también de nosotros, los escritores y periodista de profesión, que no hemos aportado ideas.

¿Qué hacer, entonces, frente a las expropiaciones?

Ejercer presión sobre las instituciones judiciales nunca está de más, pero esta presión no es suficiente en un país como Venezuela, donde no hay separación de poderes.

Por eso hay que explorar también otras opciones.

I. Marchar.

Últimamente, se ha abandonado el uso de las marchas como mecanismo de resistencia democrática y presión al gobierno. Las universidades marcharon hace unas semanas (y algo lograron), pero no se ha convocado aún una gran movilización en contra de la ola de expropiaciones. Los sindicatos, los partidos y los empresarios deberían colaborar para convocar pronto una marcha. (En Honduras, por mucho menos, se convocó ayer un paro cívico nacional).

II. Campaña permanente.

Durante la pasada campaña electoral, los diferentes partidos y movimientos de oposición hicieron un estupendo trabajo denunciando la corrupción de Pudreval. No pasaba día sin que algún dirigente opositor recordara a los venezolanos el escándalo de los alimentos descompuestos. Las expropiaciones, rechazadas por el 75 por ciento del país, podrían ser el nuevo Pudreval. La MUD debería agarrar este tema y no soltarlo.

III. ¿Referendo?

Por ahí alguien asomó la idea de proponer un referendo para que los venezolanos decidamos sobre las expropiaciones. No estoy seguro si me gusta la propuesta, pero no se pierde nada considerándola.

IV. Un frente de empresarios y sindicatos.

Crear un frente de empresarios y trabajadores que reaccionen a cualquier expropiación como si las víctimas fueron ellos mismos no estaría nada mal. No sólo por solidaridad, sino por cuestión de supervivencia personal.

Última hora:

Al parecer ya la MUD se está movilizando para convocar una gran movilización.


Chapucería y autoritarismo

Viernes, 29 de octubre de 2010

El lunes el presidente Chávez anunció la expropiación de la fabricante de vidrios, Owens Illinois. ¿El motivo? Chávez dijo que la empresa explotaba a los trabajadores, destrozaba el medio ambiente y se llevaba el dinero de los venezolanos.

Si no creen que estos fueron los tres argumentos, vean ustedes mismos el video:

Pero un día después, cuando se oficializó la expropiación, ninguno de los argumentos de Chávez  fueron mencionados en el decreto publicado en Gaceta Oficial.

Si no lo creen, vean ustedes mismos la Gaceta. No hay mención alguna al ambiente, la explotación de los trabajadores y al saqueo de recursos de la patria, sino sólo a los asuntos de las prácticas monopólicas, las violaciones del ejercicio de libre competencia, etc.

Dejemos a un lado que la expropiación de Owens es un atropello más del gobierno y que en ésta se ignoraron todos los procedimientos establecidos por la ley. Dejemos a un lado, también, que la clara intención del presidente es, en el largo plazo, seguir asfixiando al sector privado, y en el corto, cercar a Polar. Y dejemos a un lado que, de ser verdad lo de la destrucción del medio ambiente y la explotación de los trabajadores, así como lo de las prácticas monopólicas, el gobierno no tiene manera de justificar su inacción durante 12 años.

Dejemos todo esto a un lado para hacernos la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que Chávez y sus ministros hayan sido incapaces de coordinar bien el pretexto que darían para la expropiación? ¿No era esa una tarea relativamente fácil?

Viendo esto, uno se pregunta si lo que está detrás de este tipo de episodios es chapucería o descaro; incompetencia o desfachatez autocrática.

Probablemente, una combinación de las dos.

Hombre todo espalda

Jueves, 28 de octubre de 2010

Rafael Ramos de la Rosa

Como ya todo el mundo sabe, un funcionario venezolano fue acusado en Miami de extorsionar por $1.5 millones a Tomás Andrés Vásquez Estrella, propietario de una firma bursátil intervenida por el gobierno de Chávez.

Rafael Ramos de la Rosa, funcionario de la Comisión Nacional de Valores (CNV), exigió el pago del soborno en Miami no sólo para él sino para su jefe, el director de la entidad, Tomás Sánchez Mejías (que hizo su nombre con el caso Econoinvest).

A cambio del soborno, los funcionarios se comprometían a elaborar un reporte favorable a la firma; si el sobornado no cumplía con el pago, liquidarían la compañía y formularían cargos criminales contra él.

El mecanismo, pues, no podía ser más perverso. En primer lugar, denuncia por actos irregulares. En segundo lugar, intervención ilegal de la firma bursátil. En tercer lugar, extorsión no a cambio de lo robado, sino de no liquidar la firma y de no presentar cargos criminales contra el dueño.

¿Cómo salió todo esto a la luz?

Pues Vásquez (el extorsionado) denunció a Ramos (el extorsionador) ante las autoridades estadounidenses y el FBI grabó las conversaciones entre Vásquez y Ramos.

En una de estas conversaciones Ramos (el extorsionador) comenta que Hugo Chávez “está acabando con el país, ese es su objetivo y lo está cumpliendo.”

A pesar de estar haciendo millones sobornando gracias a la demolición institucional dirigida por Chávez, Ramos lamenta que la revolución socialista esté acabando con Venezuela.

¿Cómo explicar este cinismo sideral?

La filosofía de Ramos es simple. El mundo es una porquería, lleno de bandidos, canallas, rufianes y basuras de todo prontuario y condición. La vida, pues, es un charco de mugre, y la mejor (o más pragmática) manera de vivir es lanzarse en ese charco y chapotear en el barro. Es decir: o uno se lanza al charco y se embadurna de mugre para surgir; o uno se resigna a residir en los grises márgenes de la vida, acompañado de pendejos y don nadies que cobijan su fracaso bajo el manto de supuestos “valores” y “principios.”

Sólo pensar que alguien puede ver la vida en estos términos deja un sabor a ceniza en la boca.