María Corina y los nini

Lunes, 6 de febrero de 2012

Hace unos días en El Universal, Yon Goicoechea trazó con precisión la línea divisoria entre María Corina y Capriles:

Henrique Capriles representa a la oposición que considera que el gran reto es ganarse a los indecisos y a los chavistas moderados. Parte de la idea de que Chávez es mayoría y por tanto la clave está en atraer a un segmento de sus electores. Estima necesario despolarizar el debate y hacer una mejor oferta social, creíble y seria. Su visión exige marcar distancia de todo acto político radical (marchas, huelgas, etc.) y evitar al máximo la confrontación personal con Hugo Chávez. Plantea atacar las deficiencias de la gestión de gobierno, sin personalizar. Adicionalmente, se muestra cuidadoso de emprender acciones comunicacionales que cuestionen al CNE (lucha por publicación del REP, entre otras.), ya que esto podría generar abstención en los electores.

María Corina Machado representa a la oposición que considera que hoy somos mayoría. Por tanto, apunta que la clave está en movilizar a los descontentos. El llamado que hace al ciudadano es a vencer el miedo para que se active en la defensa de sus derechos. Esto trasciende a lo que se requiere del elector en democracia e implica reconocer la existencia de un régimen autocrático. Apuesta por señalar directamente la responsabilidad de Chávez en la tragedia venezolana, para vincular su imagen con las deficiencias de su gestión.

Para Machado, deben exigirse condiciones electorales justas al CNE durante la campaña.

Ya he defendido méritos de esta posición, pero leyendo a Goicoechea identifiqué un punto de desacuerdo.

Maria Corina desestima el peso electoral de los indecisos. Como dice Goicoechea, ella parte del supuesto que la oposición es mayoría y por eso resta importancia a la necesidad de atraer a estos sectores.

El problema es que los nini existen y no son pocos. Y, así asumamos con certeza absoluta que somos mayoría basado en los resultados de las legislativas, no lo somos por mucho y debemos tratar de ser más que una mayoría del 52 por ciento para que Chávez entregue. Para aumentar nuestras posibilidades de ganar el 7 de octubre y forzar una transición de poder, no podemos desestimar la importancia de estos sectores.

Donde concuerdo con María Corina es en la necesidad de sustituir un debate binario por un un debate más matizado y multifacético sobre la mejor manera de convencer a los venezolanos de que la oposición es la mejor opción; sobre si se debe, por ejemplo, desestimar la importancia de desmontar algunas de las creencias que hasta ahora han blindado la popularidad de Chávez; o sobre si se debe descartar la idea de amarrar los problemas del día a día a Chávez y su modelo para debilitar estructuralmente al chavismo. Nada de esto se puede hacer dejando fuera del discurso al presidente y creo que allí MCM está haciendo una contribución importante al debate.

Esto no significa, sin embargo, que se debe desestimar la importancia electoral de los indecisos.

¿Crimen no quita votos? (actualizado)

Lunes, 6 de febrero de 2012

¿Por qué la inseguridad no parece tener un costo electoral?

Desde hace tiempo el problema de la inseguridad es el que más preocupa a los venezolanos. La última encuesta regional Latinobarómetro indica que más del 60 por ciento de la población considera la inseguridad el principal problema del país.

En ningún otro país de América Latina -ni siquiera Honduras y El Salvador- este porcentaje es tan alto.

Una crisis que empeora cada año y que además es el problema que más preocupa a los venezolanos….¿no debería representar la inseguridad un costo electoral para el gobierno y una ganancia en votos para la oposición?

Esto fue lo que pensó Leopoldo López. En los meses antes de retirarse no habló de casi más nada que la inseguridad.

Pero, ¿funciona esta estrategia?

Por supuesto, no podemos tomar el tercer lugar de López en los sondeos como una prueba de que el tema de la inseguridad no se traduce en votos. Hay demasiados factores en juego y es difícil atribuir un peso específico a cada factor.

Dicho esto, es obvio que la inseguridad no ha representado un significativo costo político y electoral para Chávez. En 2006, cuando Chávez fue cómodamente reelecto, ya la inseguridad era la principal preocupación de los venezolanos. Su popularidad actual, todavía alta, no parece afectada por el número de homicidios, este año mayor al de todos los países europeos juntos.

¿Qué pasa entonces?

Que un venezolano diga que la inseguridad es el problema que más lo preocupa no significa que el crimen va a ser un factor fundamental para determinar su voto. Eso es obvio.

Pero ¿por qué pasa esto?

Una posibilidad es el factor adaptación. La gente se adapta a todo, incluyendo al crimen. Si el crimen se vuelve parte de nuestra normalidad, somos menos propensos a ver este problema como un fracaso en el diseño de la políticas públicas. La inseguridad se convierte en el orden natural de las cosas y por eso otros factores influyen más en el voto.

De hecho, Kevin Casas-Zamora de Brookings dice que Venezuela no es el único país donde la inseguridad no determina las preferencias electorales.

A esto hay que sumar otro factor. Buena parte de los venezolanos (alrededor del 50%, según C21) no culpa a Chávez, sino a su entorno u otros factores, de los problemas del país. El presidente hace todo lo que puede pero la nación y sus ministros no están a su altura.

Cualquiera que sea la explicación, lo más probable es que ésta esté ligada a la manera cómo Chávez ha ofuscado hábilmente el vínculo que lo une con el desastre nacional.

PD: A través de Twitter Álvaro Partidas me informa que, según C21, la mayoría de los venezolanos no citan la inseguridad como el primer problema que resolverían si estuvieran al mando del país. La mayoría dice empleo. Este dato refuerza lo ya dicho. Álvaro dice que quizá buena parte de la población ve el problema como demasiado difícil de resolver.

Todos adentro

Domingo, 5 de febrero de 2012

Un pasquín o “semanario cultural” distribuido por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura publicó un artículo sobre la presunta responsabilidad de Joaquín Villalobos en el asesinato del poeta Roque Dalton.

Al final del escrito la autora me involucra en su desternillante teoría de conspiración:

El “ideólogo” de la oposición, Alejandro Tarre, sostiene en un documento titulado “Ideas para la MUD”, que es imprescindible su ayuda [la de Joaquín Villalobos] para diseñar el plan de desestabilización necesario para salir de Chávez. Ellos entienden el lenguaje del homicida….

Por supuesto, yo jamás dije eso. Ni dije que la ayuda era imprescindible ni que Villalobos podía ayudar a desestabilizar el gobierno.

Simplemente dije que Villalobos podía ser uno entre muchos firmantes de una carta para presionar al gobierno por la habilitante de 2010.

¿Y qué sobre el título de “ideólogo de la oposición” que me confiere la reportera?

Si el artículo y el pasquín en general fuera periodismo en vez de ciencia ficción, creo que me sonrojaría.

(Un monumental H/T al lector Ricardo Sánchez).

Efecto Naím y la clase media

Viernes, 3 de febrero de 2012

Si el importante tema de las implicaciones del ascenso mundial de la clase media se ha infiltrado en este blog, la culpa la tiene Moisés Naím. En los últimos meses he colaborado en varios reportajes sobre la clase media que ya han sido o serán transmitidos en Efecto Naím, su original e innovador programa de televisión.

Este domingo buena parte del programa será dedicado a este tema.

No se lo pierdan porque de verdad vale la pena.

Pueden verlo a las 8pm EST en NTN 24.

El ojo de Vasco

Jueves, 2 de febrero de 2012

Magnífica (y espeluznante) fotografía del talentoso Vasco Szinetar: