No habiendo Estado de Derecho en Venezuela, la MUD sólo tiene un camino: llevar a cabo acciones para ejercer presión sobre el gobierno.
¿Que el gobierno igual no va a retroceder?
La pregunta importante no es esta. La pregunta importante es ¿qué otra opción tenemos para combatir esta última emboscada? Entre tomar las armas y quedarse quietos, yo creo que la mejor opción es buscar mecanismos originales de presión.
Algunas ideas:
1) Manifestaciones simultáneas. Elegir un día para realizar manifestaciones simultáneas en varios estados del país, al menos los que están gobernados por la oposición. La de Caracas, por supuesto, es importante, porque ya sabemos que la cercanía física a la adversidad es lo que más asusta a Chávez. De lo contrario, no hubiese priorizado a Caracas por encima del resto del país cuando los apagones; o dejaría que la gente marchara cerca de Miraflores.
La simultaneidad de las protestas tiene un valor simbólico importante, pues quizá resonaría más en la prensa mundial, lo cual podría provocar pronunciamientos más fuertes y seguidos por parte de otros gobiernos y mayor consciencia de lo que ocurre entre activistas defensores de los derechos humanos.
La empresas privadas, por cierto, deberían contribuir a financiar estas marchas. El riesgo que corren financiando a la oposición no es mayor al que corren dejando que Chávez siga demoliendo las estructuras democráticas del país.
2) Enmarcar la controversia de la habilitante en términos que reflejen la realidad. Para mucha gente (fuera y dentro de Venezuela) la habilitante es algo muy abstracto, que no expresa el grado de abuso de la medida del gobierno. Se debe comenzar a hablar de un desconocimiento de la voluntad popular, o de una disolución del nuevo Congreso.
3) No soltar el tema. Así como la oposición no soltó el tema de Pudreval y el crimen durante la pasada campaña electoral, todos los días ideando una manera de mantener estos asuntos en la palestra pública, la oposición se debe enfocar en este tema obsesivamente, durante las próximas semanas.
4) Presión internacional. Ya la MUD está solicitando una reunión con Insulza. Y ya la CIDH emitió un comunicado protestando las medidas de Chávez. Pero se puede hacer más. Hay varias organizaciones que han sido muy solidarias con Venezuela, algunas de las cuales ya se han pronunciado, que no apoyan las nuevas medidas del gobierno. La SIP, el CPJ, AIR, Reporteros sin Fronteras -estas y otras organizaciones deberían formar un frente común para protestar las medidas contra los medios. La MUD debería proponer la idea de un comunicado conjunto de todas las organizaciones que ya se han pronunciado.
Por otra parte, las ONG locales deben presionar a las dos grandes, Human Rights Watch y Amnistía Internacional, a que se pronuncien (ya que muchas ONG locales tienen contactos con ambas). Quizá me equivoco, pero sospecho que si estos abusos provinieran de Álvaro Uribe, José Vivanco ya hubiese reaccionado.
Otra cosa que se puede hacer es pedir ayuda a quienes ya han ayudado a la oposición venezolana a dar la batalla de las ideas. No estaría mal pujar la idea de una carta conjunta de reputados intelectuales y ex líderes políticos de izquierda y derecha.
Carlos Fuentes, Felipe González, Ricardo Lagos, Joaquín Villalobos, Jorge Castañeda, José María Aznar, Genaro Arriagada, Alejandro Toledo, Vicente Fox, Fernando Henrique Cardoso, Lech Walesa, Fernando Savater, Enrique Krauze, Carlos Alberto Montaner, Sergio Ramírez, Guillermo Cochez, Yoani Sánchez, Václav Havel.
No estaría mal, además, pedirle un pronunciamiento al nuevo premio Nobel, Mario Vargas Llosa.
Quizá pujar la idea de la carta no es tan fácil, pero llamar a Vargas Llosa, que siempre ha sido tan solidario con Globovisión y con la oposición venezolana, no es difícil. Con el premio Nobel, el alcance de su voz se ha expandido considerablemente.
José Miguel Insulza o Lula no se van a pronunciar por sí solos. Pero si la MUD logra convertir estas medidas en un issue internacional guardar silencio no va a ser tan fácil.
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