¿Los intocables?

Jueves, 9 de febrero de 2012

Benedict Mander en el blog Beyond Brics del FT:

A dogged receiver, John Carney, has filed a flurry of lawsuits (documents here) in a Connecticut-based court over the last couple of days in a bid to recover some of that money – and guess what, one of the people being sued is a former PDVSA executive.

Juan Montes, who was a senior pension fund investment manager at PDVSA, allegedly received almost $36m in bribes in exchange for keeping quiet about approving financial transactions with firms run by Francisco Illarramendi, who now faces 70 years in prison after last year pleading guilty of running a massive Ponzi scheme (in essence, he had set up investment funds on behalf of PDVSA that went badly wrong, and then tried to hide the losses through a series of complex and fraudulent transactions).

…But this is only one of six cases filed in the last few days, with over a dozen people implicated. The biggest accuses Venezuelan financier Moris Beracha of providing “the money or access to money that kept Illarramendi and his scheme afloat”, as well as receiving “approximately” $171,675,738 in fraudulent transfers, which comprised “investor proceeds and other monies that must be recovered for distribution to Illarramendi’s victims and creditors.”

Un ejercicio. Váyanse a Google News Venezuela y pongan los nombres que aparecen en el artículo. ¿Cuántas noticias salen?

Tres, y todas en inglés. En los blogs la noticia sí ha sido cubierta, pero no en los periódicos.

¿Autocensura?

Yo suelo pensar que en las teorías de conspiración contra los medios la mediocridad, la distracción y la simple y llana incompetencia son factores subestimados.

Pero hace unos meses Juan Carlos Zapata me dijo (cito de memoria): “La censura más brava es la que imponen los boliburgueses, los que se pasaron a la oposición y los actuales. Ellos muchas veces le ganan al gobierno en su capacidad para silenciar.”

De estas cosas Zapata sabe.

 

Licita…¿qué?

Miércoles, 8 de febrero de 2012

Últimamente le he dedicado tiempo al tema del ventajismo y me gustaría abordar otra dimensión de este  problema: la asignación ilegal de contratos no a la gente más capacitada, sino a los amigotes. La lógica es simple: “Yo te asigno esta obra o contrato público a tí, te doy mucho más dinero de lo que cuesta, tú te encargas de hacerla y me das (o yo me quedo) una parte de las ganancias.” Con frecuencia el amigote no tiene la habilidad de llevar a cabo el proyecto y subcontrata, inflando el costo de toda la operación (costo adicional=corrupción + subcontratación). Peor aún, la subcontratación a veces se le da a un incompetente que hace la obra mal y entonces hay que volverla a hacer o arreglarla al poco tiempo. Y en muchos casos la obra no se termina o no se comienza.

Esto es una práctica que antecede a Chávez y no excluye a la oposición. Pero durante la última década ha llegado a extremos nunca antes vistos por la combinación de erosión de mecanismos ya débiles de fiscalización con el mayor boom petrolero de la historia de Venezuela (más de 600 mil millones en los últimos trece años). De ese boom, a la oposición le llega una porciúncula si se le compara con las cantidades que maneja el gobierno.

Dos ejemplos, el primero de Simón Boccanegra:

Casi nadie sabe que detrás del Panteón Nacional se está construyendo un panteón particular para Bolívar. La obra está a cargo de la Oficina para Planes y Proyectos Especiales de la Presidencia de la República (OPPE), ahora convertida en Fundación, con la sigla FOPPE. Esta oficina está en manos de Farruco Sesto y el director de la ejecución de sus obras es el arquitecto Lucas Pou Ruan, no sólo amigo sino socio de Farruco desde hace años, en la firma “Sesto y Pou Consultores”, de la cual forma parte también Carlos Pou, hermano de Lucas. Esta empresa fue encargada de varios proyectos de construcción durante los primeros años del régimen. Posteriormente la firma fue disuelta y en su lugar apareció la contratista “Opus 18 Desarrollos C.A.”, cuyos socios principales son, mire qué casualidad, los hermanos Lucas y Carlos Pou. “Coincidencialmente”, esta empresa asumió la construcción de la Villa del Cine, en Guarenas, otorgada a dedo por el ministro Farruco Sesto a sus socios, con el argumento cínico de que tratándose de “una obra artística no era necesaria ninguna licitación”.

Recientemente, con motivo del bicententario del 19 de Abril, fue erigido en la plaza de San Jacinto un horrendo obelisco de 48 metros de altura. Chávez encargó de la obra a la FOPPE. ¿Quién levantó ese bodrio escultórico? Pues, mire qué nueva casualidad, aunque nunca se mencionó el nombre de la empresa constructora ni el costo de la plasta, quien declaró sobre ella, exponiendo todos sus detalles y “méritos” artísticos, fue el caballero Lucas Pou, directivo de la FOPPE, socio de Farruco.

El segundo ejemplo es de una entrevista que le hizo Mirtha Rivero a Beatriz Rangel, ministra de la Secretaría de CAP II. Da una idea de la magnitud del problema:

Fue entonces cuando llegó el ministro de Transporte y Comunicaciones, Roberto Smith, con la buenísima noticia de que, luego de una revisión exhaustiva del registro de contratistas, se había encontrado que de los aproximadamente treinta y cinco mil inscritos -no recuerdo exactamente la cifra- solamente unos quince mil cumplían con los requisitos. Es decir, un poco menos de la mitad cumplía con las exigencias técnicas, financieras y legales. El resto estaba registrado pero no se sabía porqué…¿Quiénes eran esos veinte mil que no cumplían? ¿De dónde salían esas compañìas? Eran la típica compañiíta de un señor que era amigo de un político y el político le conseguía que lo metieran en el registro de contratistas y le asignaran una obra. Por supuesto, el señor de la empresita pico y pala no tenía ninguna capacidad de hacer la obra que le mandaban, pero la subcontrataba a una de las grandes. Pero cuando se subcontrata, veinte por ciento del dinero se pierde, otro veinte por ciento se le da al político que había conseguido el contrato, y al final había que ejecutar una obra con sesenta por ciento de lo presupuestado. Por supuesto que por eso en Venezuela nunca se terminaba una obra.

Si en esa época de CAP II, de bajos precios petroleros, el registro de contratistas de un sólo ministerio tenía treinta y cinco mil inscritos (de los cuales veinte mil no estaban calificados), ¿a cuanto habrá ascendido esa cifra de parásitos durante la era de Chávez? ¿Cuántas “compañiítas” de esas que menciona Rangel habrá creado la revolución considerando no sólo el ingreso sideral de la última década (10 veces mayor al promedio de los años 90), sino también el hecho de que hoy existen muchos menos controles y la nomina estatal se ha inflado? ¿A cuántos de esos contratistas de ministerios, gobernaciones y alcaldías le conviene económicamente que Chávez permanezca en el poder? ¿Cuántos no votarán por la oposición por el temor a perder contratos que, ellos bien saben, jamás ganarían sin amigotes ni conexiones? ¿Y no motiva la mala situación económica del país este tipo de comportamiento? ¿Saber que, sin ese contratito, sin ese amigo en el ministerio, no son muchas las opciones de éxito y manutención?

Ya lo he dicho: los que siguen achacando la popularidad de Chávez principalmente a la incompetencia de la oposición delatan ignorancia sobre la magnitud del ventajismo oficial y los logros de la alternativa democrática.

La narrativa importante no es la incapacidad de la oposición; es que exista una posibilidad de sacar a Chávez en 2012 a pesar del desnivelado terreno electoral.

Los factores que explican este fénomeno son los que merecen cuestionamiento.

Los albos salvajes

Miércoles, 8 de febrero de 2012

Roberto Bolaño

La verdad que la alharaca que está formando el ALBA, amenazando con boicotear la Cumbre de las Américas si no asiste Cuba, es una perfecta muestra de que, como decía Ortega y Gasset, la estupidez y el infantilismo a veces se solapan.

Veamos.

En 2009 la resolución que excluía a Cuba de participar en el sistema interamericano fue suspendida, abriendo la puerta para una eventual reintegración de Cuba a la organización.

Pero, como bien ha recordado el secretario general de la OEA José Miguel Insulza, ese mismo año se definió “que la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del Gobierno de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA”.

Hasta ahora esa solicitud no se ha producido.

Y, si no se ha producido, ¿no será por qué a Cuba no le interesa ser miembro de la OEA? Esta pregunta, de hecho, la ha respondido Raúl Castro explícitamente, varias veces: Cuba jamás regresará a la OEA.

Y, si Cuba no tiene interés en ser parte de la OEA, ¿qué sentido tiene boicotear una cumbre porque los hermanos Castro no están invitados?

Todo esto me recuerda al talentoso escritor chileno Roberto Bolaño. Unos años antes de morir, en una visita a Chile, el famoso autor de Los Detectives Salvajes causó revuelo proclamándose el mejor escritor de su generación. Cuando un tiempo después le preguntaron porqué lo hizo, él respondio: “Sólo por joder la paciencia.”

Por un mensaje unificado

Martes, 7 de febrero de 2012

Gane quien gane las primarias, el mensaje del candidato opositor debe ser enfocado porque si no lo es, si éste se fragmenta, no será eficaz.

Por eso es importante que la oposición en su conjunto se amolde al mensaje del candidato que gane las primarias el próximo domingo. Cuando López se retiró renunció a su mensaje enfocado en la inseguridad. Asímismo los perdedores del 12 de febrero deben renunciar a su propios mensajes y adoptar el del ganador, encargado de seleccionar la directrices y poner los acentos del discurso opositor.

En lo particular he tenido dudas hamletianas en el debate sobre el mensaje (que ha desplazado completamente otros debates importantes como quién está mejor capacitado para liderar la transición, quién tiene las mejores propuestas, etc).

Como ya he dicho, pienso que es un error ver este debate como binario. Hay creencias sumamente nocivas que la oposición debe tratar de desmontar. La idea de iluminar sutilmente los hilos que atan los problemas del día a día con Chávez y sus ideas no me parece síntoma de ceguera política. Al mismo tiempo me parece importante la manera de articular los mensajes, evitando los exabruptos y las estridencias, nunca buenos aliados para convencer a los que piensan diferente. La radicalización del tono me incomoda.

En todo caso, lo importante después del 12 es reconocer la importancia de tener un mensaje sólido y unificado, requisito indispensable para ganar el 7 de octubre.

La educación de Hugo Chávez

Martes, 7 de febrero de 2012

El domingo almorcé con Brian Nelson, el autor del magnífico, pero poco leído y apreciado, libro sobre los sucesos de abril de 2002.

Como sólo nos habíamos comunicado por email no sabía qué esperar, pero conocerlo en persona es confirmar la buena imagen que uno se hace de él a través de El silencio y el escorpión.

Hace unos meses publicó en VQR un riguroso y excelente (pero también poco leído en Venezuela) reportaje titulado “La Educación de Hugo Chávez.”

No dejen de leerlo.