Los últimos cuatro años de Chávez

Jueves, 4 de abril de 2013

Para un reportaje que estoy escribiendo Claudio Loser, economista de Centennial Group y Diálogo Interamericano, me envió una tablas comparativas de crecimiento económico e inversión extranjera directa en América Latina. Y una cosa que sorprende es el pobre desempeño de Venezuela durante los últimos cuatro años.

Si uno alarga la mirada Venezuela no se ve tan mal, pero de 2008 a 2012 la cosa cambia.

En este período el promedio anual del crecimiento del PIB es 2.10 por ciento. Esto es considerablemente menos que la media regional (3.31 por ciento) y también considerablemente menos que Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Venezuela tiene por arriba a 18 países en la tabla comparativa y sólo a cinco por debajo.

Y esto se refleja en el crecimiento del PIB per cápita, donde el país ha estado entre los peores (fuente):

En inversión extranjera directa como porcentaje del PIB Venezuela está de último con 0.19 por ciento. Panamá, en el otro extremo, supera el 8 por ciento.

Aunque esto si venía mal de mucho antes:

Como Chávez gobernó durante 14 años la gente no suele enfocar la mirada en los últimos cuatro años. Pero este es el tiempo que ha gobernado Obama. El vigoroso debate de la campaña electoral el año pasado se centró en su desempeño entre 2008 y 2012.

Muito obrigado

Martes, 2 de abril de 2013

Así que Lula acaba de lanzar todo el peso y prestigio de su figura detrás de la candidatura de Nicolás Maduro:

¿Por qué Lula hace esto?

Todos sabemos que Lula tiene una debilidad por los caudillos de izquierda. Pero el ex presidente brasileño también podría estar defendiendo los intereses de los empresarios de su país. Y, si es indecoroso que Dilma apoye públicamente a Maduro, ¿por qué no hacerlo él?

Reuters:

  • Venezuela, an oil producing nation that imports some 70 percent of its food, is now the third largest consumer of Brazilian beef and an important buyer of its chicken.
  • Over the past decade, Brazil’s exports to Venezuela soared by 533 percent to some $5 billion, making it Brazil’s second largest market in Latin America after Argentina, both major buyers of Brazilian manufactured goods. Economists say Brazil’s investments in Venezuela are around $20 billion.
  • Key infrastructure projects launched during the 14 years of Chavez’s government, from the Caracas metro expansion to bridges across the Orinoco river that divides Venezuela, are run by Brazilian firms like Odebrecht.
  • Odebrecht’s presence is so strong that Chavez even joked that he had tried to convert the firm’s president to socialism. The company has 8,000 employees in Venezuela, with nine projects, including a 2.15 megawatt dam in the Amazon.
  • Andrade Gutierrez, another Brazilian construction firm, has its largest project on the continent in Venezuela: a $3.8 billion steel plant.

A Brasil, pues, le conviene mantener el statu quo. Pocos países se han beneficiado tanto como la patria de Pelé del desmantelamiento del aparato productivo venezolano y del desprecio chavista por el concepto de licitación.

¿Cambiará esto cuando el PT abandone el poder?

Lo dudo.

Periodismo y neutralidad

Lunes, 25 de marzo de 2013

En Tal Cual Alonso Moleiro escribe sobre un tema que siempre me ha interesado: la neutralidad u objetividad en el periodismo. Moleiro critica a los periodistas que…

…suelen escaparse de cualquier brete que les permita quedarse en sus zonas de confort con los mismos argumentos: “no soy quién para tener opiniones; soy periodista”. La más curiosa de todas las excusas es aquella que esgrimen algunos anclas televisivos: ante todo son “profesionales”; interpretar la realidad es una suerte de “falta de respeto”.

Moleiro hace buenos comentarios sobre este tema, pero me gustaría añadir o reforzar un punto.

Las fronteras entre el reportaje y la opinión/análisis son más porosas de lo que se piensa. Un reportero se beneficia de ser un buen analista e intérprete de la realidad; de tener buen criterio. Y con buen criterio me refiero a la capacidad de adentrarse en el remolino caótico de la vida y separar lo importante de la hojarasca; reconocer qué encaja con qué, qué brota de qué, qué conduce a qué; de discernir el peso de algo para manejar con sutileza el juego de los énfasis.

García Márquez ilustra este punto. Es un prosista de lujo y estupendo evocador; un reportero de alto vuelo con un gran dominio de la forma y que modela el idioma con virtuosismo, haciéndole decir todo lo que se le pasa por la razón. Un encantador de serpientes capaz de desarmar con su prosa hasta sus más acérrimos enemigos.

Pero sus increíbles lapsus de criterio a veces empobrecen enormemente sus reportajes (los de Cuba, por ejemplo), como lo demuestra Enrique Krauze en su magistral ensayo sobre él.

Empoderar no es lo mismo que empoderar

Domingo, 17 de marzo de 2013

Cuando se lo sugiero, puedo sentir la irritación en su voz. Y en gran parte el padre Moreno tiene razón: el empoderamiento de los Consejos Comunales no es real. No tienen poder real en el sentido que dependen totalmente de la voluntad del funcionario que asigna los recursos. Por eso los CC con buenos contactos con el gobierno siempre consiguen más recursos que los que no tienen contactos.

Sin embargo, eso no quiere decir que la sensación de empoderamiento no es en muchos casos real. El concepto de los CC han motivado a muchas comunidades a organizarse, identificar sus problemas y ejercer presión para que las autoridades los resuelvan o les otorguen recursos para resolverlos ellos mismos. Y, como el gobierno ha contado con tantos recursos, una cantidad considerable de dinero ha llegado a los CC.

Federico Ortega, quien por cierto ha escrito con inteligencia y conocimiento sobre temas que he estado asomando en este blog, me contó una anécdota que se relaciona a todo esto.

Antes de unas elecciones un gobernador de x estado invirtió una cantidad enorme de recursos en un municipio, haciendo toda clase de obras. Pero luego el gobernador perdió en ese municipio. ¿Por qué? Porque las obras fueron hechas sin participación de la comunidad organizada. Quizá la poca interacción llevó al gobernador a hacer cosas que no eran prioritarias. Pero Ortega piensa que esta anécdota también dice mucho sobre el valor de hacer sentir empoderada a una comunidad; hacerla sentir que está involucrada en la solución de sus problemas.

Cada vez que un CC recibe recursos para resolver un problema, si estos recursos de verdad son aprovechados para resolver el problema, los miembros de la comunidad se sienten empoderados. Y esto no quiere decir que el padre Moreno esté equivocado.

Los militares salen del clóset

Domingo, 17 de marzo de 2013

Alberto Barrera es un tremebundo escritor, además de ser el autor de uno de los más penetrantes libros sobre Chávez. Hoy en El Nacional describe muy bien lo que está ocurriendo en Venezuela:

La experiencia de ciudadanía está cada vez más arrinconada. Al Estado eclesial no le interesa el discernimiento cívico sino la devoción. Tanto que cualquier mínima duda sobre la divinidad de Chávez es ahora considerada, de manera instantánea, una ofensa, un sacrilegio. No se lo ocurra a usted sacar a pasear una inquietud. No se arriesgue. No pregunte. El Gobierno, desde muy temprano, ha impuesto sobre la muerte del presidente una condición de obligatoriedad religiosa. En el fondo, más que un duelo, estamos en la construcción de una idolatría. La nueva misión del PSUV es perseguir herejes.

Se trata de una diferencia importante. Una cosa es el respeto ante la muerte, ante el dolor, ante la figura del presidente, y otra cosa muy distinta es creer, aceptar y promover a Hugo Chávez, con su difícil enfermedad y su fallecimiento, como un sacramento celestial, como una nueva deidad a la que todos los venezolanos tenemos el deber de venerar ciegamente. El oficialismo está empeñado en mezclar estos dos ámbitos. El Gobierno confunde respeto con sometimiento. Pretende que la popularidad de Chávez se convierta en un instrumento de control, incluso de censura. Si no lo aceptas como redentor, nos ofendes y te conviertes en un miserable apóstata.

He estado pensando que la muerte de Chávez abrió un espacio que el alto mando de la Fuerza Armada ha aprovechado para, por fin, fundir totalmente sus palabras con sus convicciones. Desde hace tiempo sabemos que, en efecto, son chavistas. Pero la muerte de Chávez les ha permitido salir del clóset y declarar ante el mundo lo que son, con obscena desfachatez.

Pero Barrera lo describe mejor. Con la muerte de Chávez ahora tenemos algo parecido a un Estado eclesial y, como en cualquier religión, cualquier cuestionamiento a la divinidad es considerada un sacrilegio. Para un militar apegarse en este momento a la Constitución es simplemente un acto que choca con el respeto al presidente muerto. Y el gobierno, como dice Barrera, ha confundido con suma destreza el respeto que merece cualquier fallecido con la aceptación y promoción de Hugo Chávez como el nuevo Dios de un Estado que se rige más por la devoción religiosa que por el orden legal, razón por la cual la ley que exige la despolitización de la FAN está siendo tan descaradamente ignorada, de una manera más desembarazada que antes.

Quien se digne a criticar lo que hace la Fuerza Armada (incluyendo los propios militares) puede ser señalado como una persona insensible ante el dolor ajeno y un hereje que irrespeta a la nueva deidad, dos cosas diferentes que el gobierno ha fundido en una sola.

Y esa mezcla de conceptos es precisamente el espacio que los altos mandos militares han aprovechado para salir del clóset.