Chavismo sin Chávez

Lunes, 10 de diciembre de 2012

Del WSJ (suscripción):

Alberto Ramos, an economist at Goldman Sachs, said, “We remain of the view that there could very well be no Chavismo without Chávez—no other senior figure has yet to show the capacity to replicate the president’s charisma and unique connection with voters.”

En mi ensayo sobre las elecciones del 7/0 me pregunté si Capriles ha podido ganar con un terreno electoral más nivelado y condiciones más justas. Recuerden que Capriles sólo le tenía que robarle seis puntos a Chávez para ganar. Sin el gasto público masivo y el ventajismo mediático es posible imaginar una victoria opositora.

Y, si esto es así, ¿dónde queda la carisma mágica de Chávez y conexión única con los votantes?

No digo que esta conexión cuasi religiosa no exista porque sí existe. Pero no creo que sea tan determinante como la pinta Ramos. Después de todo, Capriles no estuvo demasiado lejos de ganarle a pesar del ventajismo y sin tener un ápice del talento comunicacional del presidente.

Es decir, es difícil saber cuán importante sigue siendo este factor.

Lo cual me lleva al punto que motiva esta reflexión. Mi impresión es que con Maduro la oposición tendría por supuesto mayores probabilidades de ganar que el pasado 7/0. Pero seguiría siendo un reto derrotar al chavismo. Si digo que no estaría contradiciendo lo que dije el lunes pasado sobre la importancia del gasto en los procesos electorales y la fuerte correlación que éste tiene con el apoyo a Chávez y sus candidatos.

Mientras el chavismo compita desde el poder, y con los precios del petróleo tan altos, seguirá siendo una fuerza temible, incluso sin Chávez.

El riesgo para la oposición

Domingo, 9 de diciembre de 2012

Estoy casi seguro que el anuncio de ayer desató dentro de la oposición poderosas fuerzas que no apuntan hacia el mismo lado y por eso amenazan con resquebrajar la unidad.

Hay que cuidarse de esto.

Si le pasa algo a Chávez muy pronto, Capriles es el candidato natural de la oposición. Y debe serlo porque sencillamente es el que tiene mayores probabilidades de triunfo frente e Maduro.

Pero dentro de la oposición Capriles ya no cuenta con el capital político con el que contaba antes del 7 de octubre. En cualquier país, bajo cualquier circunstancia, es difícil que un candidato ya derrotado, logre unir a su partido detrás de él una segunda vez (piensen, por ejemplo, en como Romney ya está absolutamente descartado para el 2016). Y en Venezuela no estamos hablando de un partido sino de una coalición de partidos, lo cual complica considerablemente el panorama.

Por suerte, las elecciones regionales son en una semana.

Para mí el escenario ideal -si Chávez fallece pronto- es que Capriles gane en Miranda, lo cual debilitaría considerablemente la resistencia a una segunda candidatura y haría más factible un consenso alrededor de él.

Si pierde, sin embargo, la oposición no tiene un Chávez que designe al candidato. Y treinta días son pocos días para organizar una primarias o lograr consenso alrededor de otra figura.

Al chavismo le conviene mucho este escenario, lo cual debe ser una señal de alerta para el próximo domingo. Ahora más que nunca hay que cuidar el voto y estar preparados para cualquier plan macabro del chavismo en los comicios en Miranda.

¿Comienza la transición?

Domingo, 9 de diciembre de 2012

Un par de observaciones sobre el anuncio de Chávez de anoche que tiene conmocionada a Venezuela.

Primero lo obvio. Diosdado Cabello recibió un bofetón. El artículo 233 sobre lo que sucedería si algo le pasa al presidente es ambiguo y confuso, y Chávez ayer decidió resolver (que es muy diferente a “aclarar” o “despejar”) esa ambiguedad.

Chávez no se ensarzó en razonamientos sobre el 233. Simplemente designó a Maduro como sucesor hasta las nuevas elecciones y, más aún, dijo que la bandera de la revolución la heredaba él si le ocurría algo.

Algo curioso, por cierto, es la manera como Chávez comunicó esta decisión (énfasis mío):

Si se presentara alguna circunstancia sobrevenida que a mí me inhabilite para continuar al frente de la Presidencia de la República, bien sea para terminar los pocos días que quedan (un mes) y sobre todo para asumir el nuevo período para el cual fui electo por la gran mayoría de ustedes, Nicolás Maduro no solo debe concluir el período, sino que mi opinión firme, plena, irrevocable, absoluta y total es que en ese escenario, que obligaría a convocar a elecciones presidenciales como lo manda la Constitución, ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido de corazón.

Lo curioso es la contundencia, que pareciera revelar dos cosas.

La primera es que Chávez quiere que se sepan con mucha claridad sus deseos de sucesión, como si fuese posible que no tuviese otra oportunidad en el futuro para expresarlo.

La segunda es que, si siente la necesidad de ser tan contundente, quizá es porque la guerra interna por la sucesión entre las diferentes facciones del chavismo es feroz.

La decisión reciente de pasar el Sebin a manos de la vicepresidencia refuerza esta hipótesis.

Una última observación. Chávez pareciera haberle cerrado el paso a la posibilidad de modificar la Constitución para evitar un convocamiento de elecciones si él fallece. Ha podido ser ambiguo; ha podido no decir nada; ha podido asomar las posibilidad de que no se respetería el 233.

Pero fue claro. Si le pasa algo, habrá elecciones en 30 días.

Antes y después del 7/O

Lunes, 3 de diciembre de 2012

Una revista me pidió este ensayo y al final no se pudo publicar. Aquí se los dejo:

El 4 de octubre Hugo Chávez celebró el cierre de su campaña en la avenida Bolívar en Caracas. Opositores del gobierno calificaron el acto como un fracaso, menos concurrido y espontáneo que el liderado unos días antes por el candidato opositor Henrique Capriles. Por las redes sociales circuló una fotografía de largas filas de autobuses estacionados que el oficialismo había utilizado para traer gente desde diferentes regiones del país y abarrotar la avenida. Los comentarios sobre la foto giraban alrededor de la misma pregunta. ¿No eran esas docenas de autobuses señales del desgaste del gobierno, y de la derrota que sufriría el día de las elecciones?

En realidad no lo eran. El 7 de octubre Hugo Chávez fue reelecto para un tercer período presidencial de seis años con cincuenta y cinco por ciento del sufragio, superando a la oposición con una cómoda ventaja de once puntos y más de un millón y medio de votos. El oficialismo obtuvo su pico histórico, con una votación que sobrepasó la barrera de los ocho millones.

Los autobuses, pues, podían ser vistos como una señal de la incapacidad del oficialismo para llenar espontáneamente un acto con seguidores. Pero, en retrospectiva, esa supuesta incapacidad no era la noticia importante. La noticia era cómo el Estado entero estaba siendo movilizado para asegurar el triunfo del presidente. Los autobuses eran la punta del iceberg.

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Detrás de los saltos

Viernes, 30 de noviembre de 2012

Arias Cárdenas es el ejemplo emblemático, pero él no es el único que ha dado un giro casi inexplicable en sus “convicciones.”

Como sabemos, el actual candidato a la gobernación de Zulia se lanzó contra Hugo Chávez en las elecciones del 2000, después de haber sido su cercano aliado. En esa época lo acusó de asesino. Y a muchos periodistas les habló de los increíbles defectos de la personalidad del presidente, de los que tenía un profundo conocimiento por haber estado tan cerca de él durante muchos años.

Digamos que Arias sabía de qué estaba hecho Chávez.

Pero luego vino un giro casi inexplicable en 2006, cuando Arias decidió volver al redil y asumió la embajada de Venezuela ante la ONU. Muchos, con razón, dudan de la sinceridad de este radical regreso a los orígenes.

Además de Arias, otros personajes han dado giros que acarrean una pérdida total de su reputación. Uno de los ejemplo más recientes es William Ojeda, cuyo salto de talanquera hasta provocó las burlas del Partido Comunista.

La explicación más común a estos giros es decir que el gobierno se ha dedicado a comprar voluntades. Pero ¿cómo saber si no hay también, en algunos casos, amenazas y extorsión? ¿Cómo sabemos que no los han amenazado con montarle un juicio o con meter preso a una hija por un negocio corrupto?

Hoy El Nuevo Herald publicó un reportaje en el que revela que el gobierno utiliza los organismos de seguridad del Estado para elaborar informes de inteligencia de dirigentes regionales opositores y chavistas con datos que van desde amistades e inclinaciones políticas hasta finanzas personales y la orientación sexual.

Uno se pregunta para qué necesitan conocer la orientación sexual de estos dirigentes.