El Anti-Romney

Domingo, 7 de octubre de 2012

Algo que he aprendido trabajando con Moisés Naím en su programa de TV es la paciencia intelectual. A veces le escuchó mencionar una idea para luego, después de un período de incubación de varios meses, verla cristalizada en un artículo.

Hoy El País publica una columna suya sobre las diferencias entre Romney y Capriles. Para mí la más pronunciada es la tercera sobre el pragmatismo versus ideología:

Uno no paga el alquiler o cura a un hijo enfermo con ideología. “Lo que aprendí como alcalde y gobernador es que la gente quiere soluciones concretas a sus problemas concretos”, suele decir Capriles. En cambio, Romney enfatiza la ideología y es muy parco en los detalles de lo que haría de ser electo, cosa que lo ha hecho vulnerable. La gente quiere de sus candidatos propuestas específicas para mejorar su vida cotidiana. Es algo tan obvio como, está visto, fácil de olvidar.

Cierto. Uno de los rasgos más prominentes del actual partido Republicano es la impermeabilidad de su ideología, que llega a veces a extremos religiosos. Capriles, por el contario, no ha dado ninguna señal de rigidez ideológica. Incluso cuando se define de centro izquierda, y seguidor del modelo de Lula, siempre repite que la división entre derecha e izquierda le parece anacrónica. En este sentido Capriles es pronunciadamente antirepublicano.

Por otra parte, Capriles le ha impuesto las directrices a su partido, mientras que el partido Republicano ha sido una camisa de fuerza para Romney. Bajo Capriles Primero Justicia se ha arrimado notoriamente hacia la izquierda y la coalición que lo respalda ha aceptado su mensaje.

Aunque, para ser justos, la MUD aceptó esto con suma madurez porque ese fue el trato. Quien ganase las primarias iba a tener libertad para determinar el mensaje. En este sentido no hay comparación posible entre la MUD y la base radical del partido Republicano.

Otra diferencia, por cierto, ha sido la constancia en el mensaje. La disciplina de Capriles en este sentido ha sido admirable, mientras que a mí me costó reconocer al Romney centrista que apareció en debate.

Claro, Romney no ha podido mantener posiciones firmes no sólo por su personalidad, también porque su partido no lo deja.

Tonto útil

Sábado, 6 de octubre de 2012

No acepta el ingreso de observadores reales pero sí aprovecha la presencia de observadores fantoches para revestir de legitimidad democrática el proceso electoral. Quiere los beneficios de traer observadores extranjeros más no el proceso de vigilancia que acarrea una verdadera Misión de Observación Electoral. Y la Unasur acepta el papel de tonto útil:

Por si acaso, les recuerdo una vez más que en el mejor de los casos está misión de acompañamiento de la Unasur es inútil. En el peor, perniciosamente inútil.

Ya varias veces han caído en esta trampa algunos incautos que no registran las diferencias entre esta misiones de acompañamiento y las MOE.

Celaje

Sábado, 6 de octubre de 2012

En un nota a sus cliente (no tengo enlace), Eurasia Group asoma un escenario en el que no había pensado.

Ya se ha dicho que si Capriles gana, y forza al gobierno a aceptar la derrota, Chávez tiene tres meses para desfalcar al país, y hacer todo lo que está a su alcance para dejarle a su sucesor un país ingobernable.

Pero también tiene tres meses para inventar algo para revertir los resultados, como denuncias de fraude o algo por el estilo. Si pasa lo mejor, y en el calor de los acontecimientos Chávez se ve obligado a aceptar unos resultados adversos, es difícil imaginárselo durante tres meses preparando tranquilamente su salida del poder y resignado a un retiro de achaques y radioterapias.

En el más optimista de los escenarios, mañana sólo comienza la batalla por la transición.

Votar y presos políticos

Sábado, 6 de octubre de 2012

Rogelio Salmona y Herman Sifontes

Quizá el más notable atropello jurídico en el caso Econoinvest es la imputación a sus directores por ilícitos cambiarios: la comercialización de divisas a través de operaciones permuta con Títulos de Interés y Capital Cubierto (TICC). Esta imputación es totalmente absurda porque, siendo los TICC títulos valores, las operaciones estructuradas con dichos títulos estaban exceptuadas por la Ley Contra los Ilícitos Cambiarios. No eran consideradas delito.

El Mundo hace poco narró una surreal escena que se llevó a cabo durante el juicio, en la que el fiscal negó lo innegable:

El fiscal miró su presentación y reanudó sus explicaciones, resumió lo ya dicho, pasó unas láminas más, para entrar luego en materia jurídica. La ley Contra Ilícitos Cambiarios anterior, su artículo nueve, que indicaba cuáles eran los ilícitos cambiarios, y su salvedad.

“Se exceptúan las operaciones con títulos valores”, dice esa última línea del artículo nueve de la Ley contra Ilícitos Cambiarias que estuvo vigente hasta mayo de 2010.

Pero para el fiscal la norma no era suficientemente específica, el hecho de que la excepción no definiera cuál era la finalidad de la operación hacía de las transacciones hechas por Econoinvest un ilícito cambiario.

Digamos que una ley prohíbe los carros de colores, exceptuando los azules. Luego detienen a una persona con un carro azul y justifican la detención diciendo que la ley no es suficientemente específica respecto a lo que una persona con un carro azul podría hacer con ese carro azul. Para más hay muchísimas otras personas con carros azules que no han sido detenidas. ¿No parece esto una broma?

Hace unos meses conocí a Herman Sifontes en la cárcel y me asombró algo que ya me habían comentado amigos comunes: uno puede hablar tres horas con él sin notar un ápice de odio y resentimiento en su voz.

Un poco después, sospecho que un momento difícil, Herman escribió un mensaje para sus amigos que me llegó al tuétano y decía algo como: “En los momentos de mayor oscuridad me consuela imaginar que algún día podré otra vez dormir abrazado de mi esposa y mis hijos.”

Del resultado de mañana depende que Herman y sus amigos de Econoinvest salgan más temprano que tarde del sótano en el que llevan ya dos años presos.

El toque final

Sábado, 6 de octubre de 2012

Increíble como ha girado dramáticamente la narrativa en los medios internacionales sobre cuán reñida están las elecciones.

Y, aunque no me quejo, algunos medios se están ajustando en sus reportajes a una posible victoria de Capriles sin admitir que este ajuste implica un cambio en la lectura de los mismos datos que los llevaron a descontar al candidato opositor hace unos meses.

¿Y cómo lo hacen?

Diciendo que en las últimas semanas se evaporó la muy cómoda ventaja que llevaba Chávez.

Pero déjenme primero retroceder un poco.

Entre las encuestas que se publican o se filtran a la luz pública, yo, como muchos otros, pienso que hay tres encuestas que merecen consideración. Para ser más precisos, no tenemos razones poderosas para desconfiar de la seriedad/honestidad de tres encuestadoras: Datanálisis, Consultores 21 y Varianzas.

Consultores 21 y Varianzas han mostrado desde febrero una carrera reñida. Datanálisis, en cambio, ha presentado un escenario bastante positivo para Chávez; esa muy cómoda ventaja hasta hace poco mencionada por muchos.

De hecho, el fuerte optimismo actual en la oposición se basa en los resultados de Consultores y Varianzas. Porque para Datanálisis Chávez sigue gozando de una ventaja considerable, 11 puntos, con casi el mismo porcentaje de indecisos, lo cual hace una sorpresa poco probable. Si esa fuese la ventaja de Obama sobre Romney, ¿estaríamos hablando de una carrera reñida donde todo puede pasar? No -y con razón.

En fin, la narrativa de un Chávez invencible se basaba en una suma de los datos de Datanálisis y una serie de encuestas que nadie se toma en serio. Pero ahora muchos medios están descartando por fin estas encuestadoras piratas y poniendo menos peso en Datanálisis que en Consultores, algo que, por motivos que a mi me parecen razonables, muchos hemos venido haciendo desde hace meses.

¿El resultado?

Ahora todo el mundo piensa ¡que la carrera está reñida! Y la razón, repito, es que muchos medios y agencias decidieron cambiar de opinión en base a los mismos datos que los llevaron a descontar a Capriles a principios de la carrera electoral.

Pero volvamos al asunto de fondo. Hay razones de peso que justifican el optimismo. Dentro de ese competido panorama Capriles está en ascenso. Consultores dice que Capriles ha subido 6,8 puntos desde febrero; Datanálisis dice que ha subido 4,5; Varianzas 1,3. Nadie puede negar que en una carrera cerrada el ascenso de Capriles y el estancamiento de Chávez son buenas señales. Así este ascenso no haya sido de siete puntos como lo pinta Consultores o tan nimio como lo pinta Varianzas, este desplazamiento podría marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.

Más aún, otra razón para estar optimistas es ver como la magnífica campaña de Capriles no sólo ha resistido intacta el tremebundo embate del gasto público y el ventajismo mediático del gobierno, también como ha arado contra una tasa de crecimiento de más de cinco puntos para ir ganando terreno en las encuestas. No puedo enfatizar más la magnitud de este logro.

De hecho, si algo embrida mi optimismo es pensar cuán difícil e improbable es avanzar como lo ha hecho Capriles en un terreno tan increíblemente adverso y desnivelado, con desventajas de todo tipo.

Capriles y la oposición han recorrido un largo y difícil camino para llegar a este punto donde una victoria es posible. Lo que tienen que hacer mañana para ganar es más fácil que sortear los obstáculos que han tenido que sortear para llegar al lugar donde están.