Una decisión producto de la indecisión

Miércoles, 9 de enero de 2012

Bien, el vicepresidente venezolano está haciendo una enrevesada interpretación de la Constitución para justificar una postergación de la toma de posesión.

¿Qué dice el artículo 231?

El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el 10 de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.

Según el comunicado de Nicolás Maduro, así como sus declaraciones anteriores, este artículo no especifica fecha en la parte del TSJ, una manera retorcida, por supuesto, de interpretar el texto.

Pero esta falta de especificidad, a su vez, sería una manera de la Constitución de decirnos casi en clave que, en efecto, lo del 10 de enero es un mero “formalismo,” un concha de mango que pusieron los creadores de la Constitución para que interpretar esta ley fuese como descifrar un divertido y poco lógico acertijo.

Ahora bien, todos sabemos que debajo de esta enrevesada interpretación, producto más de la improvisación que del cálculo, se embosca una situación sumamente difícil para la cúpula chavista.

Si tengo que especular, diría que el chavismo todavía no sabe qué hacer. Y es difícil saber si esa indecisión se debe a que todavía hay una triza de incertidumbre sobre la salud de Chávez o a que ya están seguros que está para siempre inhabilitado y no tienen idea cómo actuar. Es decir, quieren ganar tiempo para tomar una decisión y este escenario “abierto” les conviene más.

En todo caso, no van a poder postergar demasiado tiempo las elecciones. Y, mientras más esperen, menos probabilidades tienen de ganar, porque la presión para implementar unos impopulares ajustes económicos no va a disminuir.

Ahora veo muchos escenarios posibles, desde una prolongación de varios meses de la situación actual a una violenta convocación de elecciones.

Maniobra innecesaria

Martes, 8 de enero de 2012

Ewald Scharfenberg sobre la -al parecer- inminente decisión del TSJ para revestir con una patina de legitmidad las acciones inconstitucionales que el gobierno seguramente ya decidió tomar para lidiar con el espinoso asunto de la ausencia de Chávez y la fecha de toma posesión:

Una decisión tan trascendental no puede dejarse al azar. Previendo ello, la Sala Constitucional de Morales se apresuró el 6 de diciembre a destituir a siete magistrados del TSJ cuyos períodos habían expirado o que habían solicitado su jubilación. Entre los siete magistrados separados de sus cargos se encuentran los más veteranos e independientes de la Corte. Al purgarlos, el Gobierno se aseguró que no habrá sorpresas en las consideraciones sobre la asunción del comandante Chávez.

¿Sorpresas? Creo que desde hace ocho años el TSJ tiene un historial impecable de no dar sorpresas cuando el caso conscierne directamente los intereses políticos del gobierno.

Lo que más bien demuestra esta movida es 1) el presidente sí parece estar mal; y 2) la paranoia que impera en Cubazuela.

Manoteos por la escasez

Martes, 8 de enero de 2012

El Nacional:

“Medidas como la devaluación, que es el ajuste más importante, se tienen que dar tarde o temprano”, señala el economista Francisco Ibarra, socio de Econométrica. La firma calcula que el tipo de cambio aumentará entre 40% y 50%, lo que frenará la tendencia creciente que tiene el PIB desde 2010 y presionará la inflación hacia arriba.

Ibarra agrega que mantener la paridad cambiaria anclada en 4,3 bolívares por dólar no es una opción. “Evadir el ajuste creará un problema de caja: no hay divisas para seguir importando al ritmo actual….La consecuencia será el desabastecimiento.”

Pero, como sabemos, Maduro no se atreverá a cargar con el costo político de la devaluación, menos con Chávez muriéndose.

Entonces tenemos por un lado la crisis de escasez y la necesidad de devaluar, y por el otro la comprensible renuencia de Maduro a implementar ajustes.

¿El resultado?

Manoteos de bestia herida. La Guardia Nacional y la milicia instalándose en centrales azucareros para garantizar los despachos y Maduro diciendo que los acaparadores irán presosBusiness as usual.

Evita y Chávez

Lunes, 7 de enero de 2012

Cristina Marcano en El País:

Su figura maciza se alza como levitando, a cámara lenta, entre niños que sonríen como ángeles. Besa manos que se le ofrecen, levanta delicadamente a un bebé en el aire, abraza con ternura a una anciana. “Exijo lealtad absoluta porque yo no soy yo, ¡yo soy un pueblo, carajo!”, truena la voz de Hugo Chávez sobre un clímax musical…

El vídeo al que se refiere Marcano se titula #YoSoyChávez y se transmite a cada rato por VTV. Pero si se cambia el nombre de Chávez el párrafo citado podría ser sacado de la estupenda novela de Tomás Eloy Martínez, Santa Evita. De hecho, el video también:

Un momento oportuno para leer o releer esta novela.

You can’t make this shit up

Lunes, 7 de febrero de 2012

Quienes han seguido el caso de Derwick saben que este chanchullo de dimensiones planetarias involucra a altos funcionarios de gobierno.

Al mismo tiempo, la investigación destapando este escándalo la publicó el diario Últimas Noticias, que pertenece a la Cadena Capriles. Y sabemos que el dueño de la CC es Capriles López, aliado de Chávez, y que Últimas Noticias sobrevive gracias a la publicidad oficialista.

¿Cómo se explica entonces que UN no sólo le permita al intrépido y talentoso César Batiz publicar este reportaje, sino también salga a defenderlo frente al hostigamiento del Sebin (o quien se haga pasar por el Sebin)? ¿Cómo se explica que el mismo Eleazar Díaz Rangel, editor de UN, haya pedido a la fiscalía que se investigue este caso?

Por cosas mucho menores (un titular sobre la ineficiencia de las misiones, por ejemplo), Chávez ha humillado a Díaz Rangel en cadena nacional. Y más de una vez Díaz Rangel ha bajado sumisamente la cabeza ante estos regaños. Que ahora deje publicar la investigación del caso Derwick, que deja muy mal parado al gobierno, causa entonces extrañeza.

Obviamente, Díaz Rangel y Capriles López se sienten protegidos. De lo contrario, no saldrían incluso a defender a Bátiz ante el hostigamiento. Pero ¿protegidos por quién? Tiene que ser por Chávez. Es decir, dudo que Chávez no haya dado el visto bueno para airear estas denuncias de Derwick.

Anteayer le pregunté a Alek Boyd, que ha seguido de cerca la saga de los Capriles y el caso Derwick, qué opina sobre todo esto. Al igual que yo, piensa que es obvio que Capriles López y Díaz Rangel se sienten protegidos.

Pero asomó otro potencial giro de esta historia. Alek dice que es posible que José Vicente Rangel esté en buenos términos con los Derwick boys, porque anunció antes que nadie (y antes de que sucediera) que la “empresa” denunciaría a Oscar García Mendoza del Banco Venezolano de Crédito. Chávez, pues, podría haber utilizado a los Derwick boys para dos propósitos, “joder a OGM por un lado y hacerlos targets de dizque investigaciones anti-corrupción” que al final del día no van a parar en nada.

Ya he comentado que llevo semanas viendo The Wire, que retrata entre muchas otras cosas la corrupción institucional y la burocracia en Baltimore. He disfrutado tanto la serie que leí un largo profile que le hizo el New Yorker al autor David Simon, donde me enteré que una de las frases favoritas de Simon es You can’t make this shit up. Esta frase, que captura su filosofía estética, me ha venido a la mente varias veces viendo la serie y también leyendo sobre Derwick.