Paciencia infinita

Martes, 9 de marzo de 2010

Zapatero y Moratinos

Zapatero y Moratinos

¿Hasta dónde llega la paciencia del gobierno español con Hugo Chávez? ¿Cuánto está dispuesto a soportar para resguardar los intereses económicos de España en Venezuela?

Un repaso de los hitos de la última semana:

El lunes primero de marzo el juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional divulga un auto judicial en el que acusa al gobierno venezolano de amparar una alianza estratégica entre ETA y las FARC. Inmediatamente, Zapatero pide “una explicación” al gobierno venezolano sobre las acusaciones del auto.

El miércoles Chávez responde desafiante que no tiene nada que explicar al gobierno español sobre el auto y le exige a Zapatero que respete la soberanía del pueblo y del gobierno de Venezuela.

El jueves el canciller español, Miguel Ángel Moratinos, aclara que no se le pidió a Venezuela “explicaciones sino solamente una información” sobre los lazos entre ETA y las FARC. El presidente Chávez se declara satisfecho con la aclaratoria del canciller. “La respuesta…ha sido aceptable porque han dicho voceros del gobierno español que Zapatero no pidió explicaciones, sino informaciones. Eso es otra cosa.”

El sabado España y Venezuela emiten un comunicado conjunto en el que ambos gobiernos expresan su voluntad de seguir luchando contra ETA y de cooperar con la Audiencia Nacional para despejar dudas acerca de la investigación de la alianza entre esta banda terrorista y las FARC.

El domingo Zapatero reitera (contradiciendo sin darse cuenta a su canciller) que pidió explicaciones sobre las acusaciones del auto al gobierno de Venezuela, pero resalta la condena al terrorismo y el rechazo “sin paliativos” a las actividades de ETA por parte del gobierno venezolano. También explica que Venezuela “refuta no al mensajero sino al mensaje.”

Casi simultáneamente, el presidente Chávez publica una columna acusando al mensajero (el juez Velasco) de vínculos con el PP, partido que, según él, es “heredero del franquismo,” “encubre los crímenes perpetrados por la dictadura de Franco” y representa la “derecha mas cavernaria.” Venezolana de Televisión divulga el mismo día unas declaraciones del canciller venezolano, Nicolás Maduro, acusando al magistrado de formar parte de la “mafia” del ex presidente español, José María Aznar, “hijo directo de la dictadura franquista.”

El lunes Zapatero dice que “no le parecen aceptables” las críticas de Maduro contra Aznar y Velasco, pero recuerda que Venezuela ha condenado a ETA, rechazado el terrorismo y desmentido su posible colaboración con la alianza entre ETA y las FARC.

Conclusión: Telefónica, el BBVA, Navantia, Mapfre, Elecnor, Iberdrola y Repsol deben saber que el gobierno español está haciendo todo lo posible por no poner en riesgo las actividades de estas empresas en Venezuela, incluyendo soportar las groserías y el volátil humor de Chávez, y pasar por alto los vínculos del gobierno venezolano con ETA y las FARC. Pero la prensa española, y sobre todo Chávez, están complicando esta tarea.

Texto relacionado del autor:

Otra vez, Cochez

Viernes, 5 de marzo de 2010

No significan poco las valientes y lúcidas críticas que, en la Organización de Estados Americanos, lanza a cada rato el embajador Cochez al gobierno venezolano.

Cochez padeció en carne propia una dictadura y nunca ha olvidado el apoyo que recibieron, por parte de Venezuela, los demócratas panameños.

Tampoco ha olvidado que, en la lucha contra los gobiernos opresivos de otros países, el discurso puede ser tan importante como las acciones.

Rompiendo el espejo

Jueves, 4 de marzo de 2010

Francisco Ameliach

Francisco Ameliach

En unas declaraciones que dio en agosto de 2007, el diputado oficialista Francisco Ameliach asomó la posibilidad de postergar la creación del PSUV y “desempolvar” el Movimiento Quinta República (partido que ya había aceptado diluirse en el PSUV) para no perjudicar la selección de candidatos oficialistas para las elecciones regionales de finales de 2008.

La ley electoral, recordó entonces Ameliach, establece que un partido sólo puede postular candidatos si éste adquiere status legal seis meses antes de las elecciones. Y añadió: “No se puede supeditar a un cronograma electoral la construcción del partido socialista.”

Este comentario, acompañado de una carta firmada por 150 parlamentarios respaldando el argumento de la postergación, le salió muy caro a Ameliach.

Pocos días después el presidente Chávez anunció que un dirigente oficialista había sido sometido a un tribunal disciplinario ad hoc, presidido por Diosdado Cabello.

“He pasado a Consejo Disciplinario a un dirigente nacional que aspira a ser del partido por andar hablando pistoladas. El pensamiento crítico es fundamental para una revolución, pero eso es una cosa muy distinta a andar hablando mal del partido que no ha nacido, recogiendo firmas para presentarlas no sé dónde. El que quiera ser un anarquista váyase de aquí, no lo queremos.”

Aunque Chávez no mencionó a Ameliach por nombre, obviamente se refería a él, pues a los pocos días el diputado fue removido de la Comisión de Defensa del Parlamento y sometido, como anunció el presidente, a una investigación del recién creado tribunal disciplinario. Luego se anunció que Ameliach abandonaría la coordinación del Bloque Socialista en el Parlamento. Algunos dijeron que había renunciado a su cargo. Otros dijeron que lo habían echado por sus “impertinentes” declaraciones. Una versión no excluye la otra.

Ameliach desapareció por casi una semana y luego reapareció para dar unas perrunas declaraciones que varios columnistas compararon con la célebre autocrítica del poeta cubano Herberto Padilla a principio de los setenta.

Ameliach dijo confusamente que no existía una carta firmada por alrededor de 150 diputados, “sino un borrador que recoge las opiniones de los diputados y que yo envié al Presidente para que tomara acciones y analizara las sugerencias.”

Añadió que las declaraciones en las que asomaba la posibilidad de revivir el MVR habían sido un error, porque había generado confusión entre los militantes del PSUV.

“El único líder es Hugo Chávez,” apuntó. “Es imposible una revolución sin Chávez…las directrices del PSUV son una sola: las del Presidente.”

El martes recordé esta pequeña anécdota cuando leí unas declaraciones que dio Ameliach en el Congreso.

Refiriéndose a la renuncia del PSUV de Henri Falcón, Ameliach dijo: “Nos hemos cambiado la línea respecto al caso Falcón. No pertenece al proceso. Traicionó los principios de la revolución y del Plan Bolívar. Pediremos explicaciones sobre su admisión en Patria Para Todos, porque estamos seguros de que persigue un proyecto personal apoyado por la oposición.”

Ameliach no le perdona a Falcón que hizo lo que él, con su tamañote, no tuvo el coraje ni la gallardía de hacer.

Otro texto del autor:

Expropiar pero no…

Miércoles, 3 de marzo de 2010

exito250110-01Lo que ha ocurrido con la Cadena de Tiendas Venezolanas (Cativen), que perteneció hasta hace poco al grupo francés Casino e incluye a los supermercados Éxito y Cada, es bastante curioso.

El 21 de enero el gobierno anunció la expropiación de los Éxito, culpando a la red de especulación y acaparamiento.

Pero unas semanas después, la expropiación se transformó, en palabras del presidente Chávez, en un “arreglo amistoso.” El gobierno y el grupo Casino negociaron un acuerdo en el que el Estado compraría 80 por ciento de las acciones de Cativen y toda su red de distribución, incluyendo los supermercados Cada y Éxito.

Luego surgió otro dato curioso: se reorganizó el comité ejecutivo de Cativen y éste quedó conformado por cinco franceses del grupo Casino y dos venezolanos. Es decir, con 80 por ciento de las acciones el Estado venezolano sólo tiene dos de los siete miembros del comité encargado de administrar los hipermercados Bicentenario, frente importante de la estrategia electoral del oficialismo.

¿Cómo se explica ésto?

La razón, creo, tiene que ver con la misteriosa manera como la expropiación de Éxito se transformó en un “acuerdo amistoso.” El gobierno necesita la participación y el know-how del grupo Casino para asegurar el buen funcionamiento de los hipermercados Bicentenario. Con la ya larga experiencia con los Mercal y los Pdval uno esperaría por parte del gobierno cierta confianza en la capacidad del Estado para distribuir alimentos. Pero no: esta experiencia ha sido más bien una lección para el Ejecutivo sobre ineficiencia estatal.

En la decisión de no estatizar al comité, hay un claro reconocimiento de la superioridad de la empresa privada. Estando las elecciones legislativas de por medio, Chávez no puede darse el lujo de dejar totalmente en manos del Estado la distribución de alimentos subsidiados.

Necesita la eficiencia capitalista.

HT: Gustavo Tarre

Obama y Latinoamérica

Lunes, 1 de marzo de 2010

SUMMIT/AMERICASEl repliegue de Estados Unidos en América Latina ha sido una de las historias más subestimadas de las últimas dos décadas. Desde la invasión a Panamá, no ha habido intervenciones militares unilaterales ni participación en golpes de Estado, y el Plan Colombia y las intervenciones en Haití (donde Estados Unidos actuó con apoyo de la ONU) han sido, sorpresivamente, las jugadas militares más controversiales. Con la elección de Barack Obama se ha reafirmado esta tendencia al repliegue, pero la mayoría de los gobiernos de la región no pareciera registrar ningún cambio. Venezuela, Bolivia y Nicaragua no han atenuado sus críticas al imperio. Brasil, Argentina y Ecuador han calificado de “decepcionante” la actuación de Washington en Honduras. Y casi todos los países han tenido una actitud inmadura con el embargo a Cuba (no reconociendo los esfuerzos iniciales de Obama para comenzar a desmantelarlo) y con el acuerdo militar entre Estados Unidos y Colombia (exagerando sus implicaciones). De esta difícil situación, Obama debe extraer tres lecciones.

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