Un debate que no debería serlo

Viernes, 11 de mayo de 2012

De verdad que es difícil entender porqué algunos opositores venezolanos piensan que es mejor utilizar la tarjeta unitaria que la tarjeta única en las elecciones presidenciales de octubre.

Bajo el primer esquema, la tarjeta unitaria sería una opción. Los partidos deciden si abandonan o no su tarjeta para favorecer una tarjeta común. Bajo el segundo esquema la tarjeta única sería una obligación de todos los partidos de la MUD.

Ya he explicado porqué este debate no me parece un debate. La tarjeta única es sin duda mejor.

Pero me gustaría añadir un punto.

Todo el mundo sabe que los que apoyan la tarjeta unitaria lo hacen por un simple motivo: piensan con razón que van a ser el partido más votado y esto los fortalece en futuras negociaciones.

Pero, si ese es el caso, deberían ser transparentes y argumentar “todos los partidos deben ir con tarjeta propia.” Porque, si un partido como Un Nuevo Tiempo decide plegarse a la tarjeta unitaria, ya no se podría medir bien el peso de cada partido en base a la votación de octubre.

La tarjeta unitaria es la combinación de defectos de los dos lados del debate: perjudica la unidad por un lado (poniendo a competir a los partidos); y por el otro no medirá en octubre, de una manera limpia y transparente, el peso de cada partido (a menos que nadie se plegue a la tarjeta unitaria).

¿Es esto tan difícil de entender?

Ellos saben quiénes son

Viernes, 11 de mayo de 2012

En la entrevista que le hizo SoiTV, Luis Velásquez Alvaray acusa a José Vicente Rangel de ser el líder de la Banda de los Enanos, un red de extorsión que opera dentro del Poder Judicial.

Pero, tratándose de un sujeto de dudosa credibilidad, ¿cómo saber si él de verdad sabe o cree él mismo que JVR es el líder de esa banda criminal?

Una entrevista que le hizo El Nacional en marzo de 2006 nos da una pista::

El Nacional: ¿Y porque Los Enanos son tan poderosos? ¿Quiénes los amparan?
Velásquez Alvarado: No sé, pero son poderosísimos. Eso quiero advertírselo al ministro. El vicepresidente (José Vicente Rangel) y Nicolás Maduro saben quiénes son.
EN: ¿Tienen conexión en el Gobierno?
VA: Manejan intereses económicos importantes, pero ignoro si tienen relación
con alguien del Gobierno.

A la luz de la recientes revelaciones del ex magistrado, hay algo escalofríante en estas declaraciones. Fíjense que no dice quiénes conforman la Banda de los Enanos. Tampoco se atreve a implicar directamente a nadie del gobierno, probablemente por miedo. Pero sí menciona a JVR, como si le estuviese enviando entre líneas un mensaje.

Narcotráfico y geopolítica

Viernes, 11 de mayo de 2012

Quiero comentar varias cosas de la entrevista que le hizo SoiTV a Luis Velásquez Alvaray, pero no he podido por falta de tiempo.

Por ahora lo siguiente:

Es interesante lo difuso que son los límites entre los objetivos políticos y geopolíticos del gobierno de Venezuela y los intereses comerciales de los carteles que operan en el país. A veces los dos parecen coexistir plácidamente, demostrando que no hay necesariamente una contradicción entre ambos. Más aún: en el sentido más perverso del término, funciona como un círculo virtuoso. El narcotráfico facilita ciertos objetivos políticos del gobierno y las políticas del gobierno facilitan el tráfico ilícito de drogas que, a su vez, repotencia los esfuerzos para cumplir los objetivos políticos.

Miren el caso de Hugo Carvajal, quien ha sido señalado como narcotraficante por el Departamento del Tesoro norteamericano.

Velásquez Alvaray cuenta que parte del petróleo que envía Venezuela a China es pagado con armas y otros equipos militares, un porcentaje del cual va a las FARC. ¿Y quién está a cargo de coordinar todo esto? Hugo Carvajal. Es decir, un narcotraficante dirige una labor importante que es parte de la agenda geopolítica del gobierno: asistir la lucha insurgente de las FARC. Y las FARC, por supuesto, participa también en el narcotráfico. Y gracias al control que tienen miembros de las FARC de ciertos cultivos, redes, rutas y territorios, narcotraficantes como Hugo Carvajal probablemente se benefician personalmente de sus contactos con ellos. En el caso específico de la asistencia a las FARC, pareciera haber una especie de simbiosis entre los intereses comerciales del narcotráfico y la agenda geopolítica.

Luego están los gringos. Imposible no recordar este artículo de Bernard-Henri Levy, rememorando su conversación con el comandante de las FARC, Ivan Ríos:

I remember him talking to me as we were walking toward the little country airport where Camilo Gomez, the Colombian president’s high commissioner for peace, was expected to arrive. Ríos used all his dialectical skills to convince me that the culture of coca, the militarization of clandestine labs where it would be refined, the trafficking of cocaine and its massive commercialization in service of the metropolises of the American Empire, was all a form of resistance to oppression, a way for impoverished peasants broken by capitalists to defend themselves, a politically correct response to the deterioration of the terms of exchange between North and South set in place by American corporations.

Y luego agrega:

Rarely in my life have I come up against rationality gone so mad.

Para mí esta reflexión de Bernard-Henri Levy no aplica a gente como Carvajal o Cliver Alcalá, a quienes el enriquecimiento personal debe motivar más que la política y la ideología. Pero sí podría explicar la relación de Chávez con el narcotráfico, relación que incluso deja perplejos a insiders como Velásquez Alvaray y Aponte Aponte.

Update: Un lector que dice haber trabajado en Interiores me informa que ha escuchado en el ministerio esa explicación de Iván Ríos para justificar los vínculos del gobierno y las FARC con el narcotráfico. No hay manera de verificarlo, pero no me sorprendería que fuese verdad.

Peor que un loro

Miércoles, 9 de mayo de 2012

El diputado oficialista Luis Acuña defendiendo el retiro de Venezuela de la CIDH:

Todos los planteamientos que ha estado haciendo la CIDH durante estos últimos diez años atentan contra una Constitución que, en todo caso, supera todos los planteamientos que tiene la CIDH.

Antes los diputados, cuando cacareaban la línea oficial, elaboraban oraciones que, aunque mentirosas, cualquier persona podía entender. Pero ahora ni siquiera hacen eso bien y sueltan galimatías que requieren de un traductor.

El lobby de Insulza

Martes, 8 de mayo de 2012

Christopher Sabatini del Consejo de las Américas es un analista de primera, pero su artículo sobre la amenaza del presidente Chávez de retirarse de la CIDH me dejó queriendo más.

Sabatini se dedica a demostrar porqué la CIDH es un órgano valioso, innovador e independiente, que ha denunciado abusos cometidos por gobiernos de izquierda y derecha, por países poderosos y debiles, punto que nadie niega excepto Chávez y sus socios del ALBA. Pero lo más importante lo dejó para el final:

The larger question is if the other IACHR member states will rally to defend the system should President Chávez fulfill his promise. Any number of current government officials have benefitted and even been saved by past IACHR decisions. Members of Argentine President Cristina Fernández de Kirchner’s government, President Dilma Rousseff of Brazil and President Ollanta Humala of Peru would not enjoy their positions without the IACHR—not to mention the rights their citizens enjoy. Will these leaders finally break their partisan silence on President Chávez to defend a regional legacy that has defined and shaped the modern advances of our hemisphere and saved lives?

Esa pregunta ya fue respondida la semana pasada, en la reunión de Unasur en Cartagena, donde se reunieron ministros de los doce países miembros. Hubiese sido bueno que los ministros se hubiesen limitado a no decir nada sobre la amenaza de Venezuela de retirarse de la CIDH. Pero fue peor. Cuando el canciller venezolano propuso crear una comisión similar bajo el paragua de la CELAC para prescindir de la CIDH, nadie siquiera alzó las cejas.

¿Significa esto que la CIDH es totalmente inútil? No. Yo creo sinceramente que, si un derechista da ahora un golpe de Estado en Honduras y luego amenaza con retirarse de la CIDH, la reacción de Brasil y Argentina y otros países fuese diferente. Venezuela simplemente goza de una suerte de inmunidad de facto para hacer este tipo de gestos, inmunidad que cobija a sus aliados en la región.

Una posible función para el secretario general de la OEA podría ser utilizar su posición de liderazgo para presionar y cabildear para evitar este tipo de doble estándar. Pero Insulza ha preferido un enfoque de nunca hacer nada que pueda enojar a la izquierda populista y autoritaria que lo ha dejado en la penosa situación de estar botando su tiempo haciendo lobby para que esta izquierda radical no haga irrelevante a la OEA.