La razón extraviada

Martes, 24 de enero de 2012

El filósofo Francisco Rivero en su columna de Tal Cual:

Es imposible no percatarse del talante cerrado, despreciativo y fatuo que distingue a los diputados de la oposición. Esa actitud, visible en la brutal hostilidad de sus palabras, rostros, miradas y lenguaje corporal y gestual en general, alcanza un nivel casi frenético de frustración, resentimiento y odio cuando se encuentran personalmente ante Chávez. La furia, que desdobla demoníacamente a la personalidad y ofusca la razón y la libertad, se desata entre las filas de la oposición, no por errores objetivos que el Presidente cometa o por sus defectos, sino por la presencia de su persona misma, en particular, por la manifestación de sus virtudes humanas, entre ellas, su innegable talento humano, intelectual, y político, evidenciado en la libertad y el respeto inteligente y afable con que se dirigió, durante la entera exposición de su memoria y cuenta, a todos los presentes en la Asamblea, incluyendo a la diputada Machado a pesar de su fatal y destemplada explosión.

¿Por qué digo que la destemplanza de la diputada Machado fue fatal? Porque de haber sido libre su pasión habría exhibido un curso objetivamente racional, es decir, un orden, una lógica y una finalidad que respeta al interlocutor en cuanto sujeto intelectual y moral. Obviamente, esto no sucedió. La diputada Machado explotó de frustración, resentimiento y furia: el odio le dominó ofuscando su inteligencia y su voluntad.

Rivero me dio clases de filosofía en la universidad. En ese tiempo lo admiraba y aprendí mucho con él. Cuando a los dos años decidí retirarme de mi carrera e irme al exterior él me hizo la mejor carta de recomendación.

Por eso no dejan de impactarme sus artículos, que leo siempre con una mezcla de repulsión y fascinación.

Francamente ponerme a discutir con él me parece un ejercicio fútil.

Para que una discusión sea interesante los argumentos del adversario deben tener un mínimo de nivel o, de lo contrario, influencia, poder o resonancia. El desafío debe existir. Si no hay un desafío, debatir es como darle palo a un caballo muerto.

Por esa la pregunta interesante no es porqué los argumentos del profesor Rivero son errados sino qué le pasó al profesor. ¿Cómo un hombre tan culto e inteligente, graduado de las mejores universidades del mundo, llega al punto de escribir estos disparates?

No tengo duda que él diría que yo soy el loco y que no soy un hombre verdaderamente libre, etc, etc…

Pero yo creo que Rivero es una muestra de los misterios y la complejidad de la racionalidad. De cómo ésta puede descarrilarse hacia la locura o cohabitar con ella. O cómo la razón se parece a un autobús de varios pisos en cuyo piso más alto hay una brújula que, si se daña, los otros pisos siguen operando con normalidad pero el autobús se descarrila.

Fundamentos ideológicos de la revolución

Martes, 24 de enero de 2012

De la sección Por mi madre, de Tal Cual:

Nadie sabe si son los efectos de las hojas de coca (no olviden que el susodicho confesó en una cadena que las masticaba cada mañana) o que la cercanía de las primarias no le permite ordenar las ideas. Lo cierto es que el pasado domingo Hugo Chávez citó en su Aló, Presidente, la remachada frase “Un fantasma recorre Europa…” y muy campante se la atribuyó a Federico Nietzsche.

Como es obvio, los aplaudidores callaron, aunque algunos arqueaban las cejas; mientras otros, confusos, pensaban “¡Epa, ese curso de marxismo que agarré si es chimbo, porque me dijeron que la frase era del Manifiesto Comunista.”

¿Cuántas…en una sola semana?

¿Vuelta a los orígenes?

Martes, 24 de enero de 2012

Leopoldo López en una entrevista con Tal Cual la semana pasada:

¿Se puede confiar en un político que ha pasado por tantos partidos políticos en tan poco tiempo?

A lo mejor esta pregunta se la hacían a Rómulo Betancourt también, quien antes de fundar Acción Democrática, pasó por cuatro partidos diferentes en corto tiempo. Caldera estuvo en tres antes de Copei y el oficialismo también pasó por distintas toldas.

Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular, Primero Justicia….sí, cuatro y en corto tiempo. Y, si no contamos dos veces a PJ, serían tres como Caldera.

Pero, dejando a un lado las bromas, la alianza está bien. Una eventual candidatura de Capriles sería mucho más fuerte con Leopoldo de vicepresidente (si eso fue lo que negoció).

Los límites de la condescendencia

Lunes, 23 de enero de 2012

Francisco Toro de Caracas Chronicles visitó la Comuna Cacique Tiuna, un proyecto urbanístico impulsado por el gobierno. En un artículo en su blog describe sus conversaciones con algunos chavistas durante su visita:

Before we’d really managed to ask the first question, the building spokeswoman was off on a rant about how useless the government was.

“They told us we’d get to coordinate with the national government to decide who got which apartments, but it wasn’t like that at all. They just forgot all about the Popular Power (poder popular) and started handing out the apartments to whoever they wanted … plus they don’t really coordinate with each other, so you have two ministries plus the vicepresidency, plus another foundation – all handing out apartments here. Nobody asks for our opinion”…The rest of the visit was all like that: bitching and moaning about shoddy building work, bad urban planning leading to sewers that overflow, deteriorated rainwater collection leaving the area prone to flash floods…

Luego añade:

Of course, the story is entirely different when you ask about president Chávez himself. Genuine gratitude and real warmth shine through whenever people talked about him. There wasn’t anything coerced about it, as far as I could tell: people seemed genuinely delighted to look up to him as their leader….the disconnect between the way they saw him and how they viewed his government struck me as … weird.

Y concluye:

What you see in Cacique Tiuna is a new discursive standard at work, a set of ground rules about what is sayable and what is un-sayable in polite company.

Just as you would tune out anyone who said, “personally, I hate all niggers, but…” people in Cacique Tiuna are not willing to engage in conversation with someone who launches a head-on attack on the president.

It takes a real effort of the escuálido imagination to picture just how socially unacceptable that is in the social universe they inhabit. To East Side ears María Leon’s speech during Chávez’s Memoria y Cuenta might have seemed insanely extreme, but in Cacique Tiuna her outraged response to any direct attack on Chávez is just common sense.

Finalmente señala:

Chavistas are not an unthinking horde. You can engage them, critically, seriously, about shortcomings in the central government (shortcomings that they’re very lucid about) … but only so long as you leave Chávez out of it.

That, ultimately, is the price of entry into the conversation.

Perhaps you think that’s too high a price to pay. But it’s important to be clear eyed about what that means. You need to grasp that in demanding that Oppo leaders “take the fight to Chávez”, you’re demanding that they engage the 15-20% of the country in classes A, B and C at the cost of a fatal rift with the bulk of the 75-80% of the country in classes D and E.

The real fault-line running through the February 12th primary campaign, I think, has been between the three candidates willing to pay that price (Capriles, Pérez and López) – and those not willing to (Machado, Arria, and Medina).

Es verdad que un porcentaje significativo de venezolanos sigue teniendo una fuerte conexión emocional con el presidente Chávez . También lo es que muchos piensan que la culpa del desastre la tiene su entorno y no él. No hay nada original en estas observaciones.

Dicho esto, hay algo contradictorio en el razonamiento de Toro.

Si los chavistas que describe llegan al punto de colocar en un segundo plano su conexion emocional para votar por otra persona significa que algo se rompió: se dieron cuenta que hay un vínculo directo entre los problemas del país y Chávez; que Chávez es directamente culpable de los problemas que padecen. Por eso deciden votar por otro. No hay otra manera de verlo.

¿Por qué entonces no ayudarlos a ver ese vínculo?

Sería lo lógico, ¿no?

¿Y, si la idea es ayudarlos a ver este vínculo, es posible hacerlo sin desafiar la opinión que tienen de Chávez? ¿Dejando a Chávez “fuera” de la discusión?

Más aún, ¿no es precisamente esta una batalla fundamental en el largo plazo para ir forjando en el país una cultura democrática que nos vacune contra futuros rebrotes de izquierdismo autoritario? ¿Conectar los problemas del día a día con Chávez, sus ideas y su proyecto?

Estoy de acuerdo que la manera de proceder es clave. Las críticas deben ser respetuosas; no se debe perder de vista la existencia de este vínculo emocional. Hay maneras de criticar que, inconscientemente, aislan a la oposicion del universo chavista porque sugieren que todos los que apoyan a Chávez son idiotas.

Pero no es fácil convencer al chavista de que vote por la oposición sin atacar las creencias en las que se fundamenta su apoyo afectivo a Chávez.

Más sobre este tema:

  • Mi artículo sobre las diferencias entre María Corina y Capriles  está al centro de esta discusión.

¿Qué separa a Capriles de María Corina?

Domingo, 22 de enero de 2012

Hay una mezcla de conceptos en las discusiones sobre las estrategias electorales que nubla los méritos y debilidades de la posición de cada candidato.

Muchos están igualando cosas que deben estar separadas.

En primer lugar está la necesidad política de un discurso de reconciliación. Excepto Arria y Medina, todos los candidatos, incluyendo María Corina Machado, entienden esta necesidad.

Ya lo he dicho antes. El chavismo controla ahora las Fuerzas Armadas, la Asamblea Nacional, la Fiscalía, los tribunales, la mayoría de las policías, y otras instituciones de Estado. Para forzar a Chávez a aceptar una victoria opositora se necesita la ayuda y colaboración de mucha gente dentro de estas instituciones.

Un discurso como el de Arria -que desestima la necesidad de reconciliación y en el que muchos perciben elementos de retaliación- no es la mejor manera de buscar la colaboración de estos sectores sin los cuales la transición pacífica de poder podría fracasar. La falta de disposición o incapacidad para tender puentes podría marcar la diferencia entre una transición exitosa y un escenario violento o de perpetuación del chavismo en el poder.

En segundo lugar está la necesidad electoral de ganar el voto de los nini.

Y aquí hay otro debate donde en un extremo está Capriles y en el otro María Corina Machado. Este debate no tiene nada que ver con la orientación ideológica de los precandidatos.

La estrategia de Capriles para captar el voto nini es evitar en lo posible la confrontación ideológica y las críticas frontales al modelo autoritario e hiperestatista de Chávez, y enfocar el discurso en los problemas que afectan “directamente” a los venezolanos: educación, inflación, inseguridad, etc. Aunque confronta a Chávez a cada rato, lo hace en ciertos registros. Ibsen Martínez exagera un poco, pero no mucho cuando dice que “señala la piedra y no la mano que la arroja.” Yo diría más bien que propone erradicar o hacer más tolerables los síntomas sin hablar mucho de la enfermedad (el modelo) que los produce.

La estrategia de María Corina Machado es menos condescendiente. Su discurso no ignora problemas como la inseguridad, la educación, la inflación y la escasez (más bien habla sobre estos problemas con mayor conocimiento que los demás candidatos), pero sí los hace inseparables de los cimientos ideológicos de la revolución chavista. Más que los otros candidatos, María Corina enfatiza que las ideas muertas y el obsoleto modelo estatista y autoritario del presidente son inseparables de los problemas que afectan el día a día de los venezolanos. Su discurso enfatiza estos problemas, pero a diferencia de Capriles los amarra al modelo de Chávez y a un defensa incondicional de las ideas y valores liberales.

Y esto lo hace sin ser percibida como una radical. Nadie coloca a María Corina en la misma categoría de Diego Arria.

¿Cuál de estas dos estrategias es más efectiva?

Señalar la baja popularidad de MCM en las encuestas como una prueba de la inefectividad de su estrategia es arbitrario, porque es muy difícil aislar el factor o los factores que la están perjudicando. MCM no tiene partido ni dinero ni maquinaria ni plataforma y comenzó desde muy abajo en las encuestas (además es mujer). Así como su discurso podría estar afectándola, todas estos factores y otros (carisma, apariencia, etc) también podrían estar afectándola. Y es difícil asignar un peso específico, o incluso aproximado, a cada factor o combinación de factores. Nadie ha presentado pruebas convincentes que demuestren que MCM está abajo por su decisión de contrastar su proyecto desvergonzadamente democrático y liberal con el proyecto del gobierno.

Lo que sí sabemos con certeza son dos cosas.

1) Lo que dice MCM es la verdad: los problemas en Venezuela son inseparables del proyecto hiperestatista y autoritario del presidente. Y señalar el proyecto ideológico que produce los problemas no significa ignorar o no hablar de estos problemas. No está claro que introducir este elemento vinculante -entre los problemas y el modelo- sea un factor determinante, para bien o para mal, en la batalla por los indecisos.

2) Esta batalla de ideas y esta necesidad de contrastar proyectos quizá no parece muy importante en el corto plazo, pero tarde a temprano alguien va a tener que pelearla. Porque sólo ganándola se logrará debilitar estructuralmente al chavismo y vacunar al país contra rebrotes de izquierdismo autoritario.