Martes, 21 de agosto de 2012
The Washington Post publicó un reportaje sobre la impresionante disminución en el número de homicidios en Ciudad Juarez, México:
La buena noticia es que la impresionante disminución ocurrió en apenas dos años. La mala es que la reducción quizá se debe a que el cartel de Sinaloa, liderado por José “El Chapo” Guzmán, ganó el control del tráfico local de drogas y de las rutas del contrabando hacia el norte.
Sin embargo, pienso que incluso la mala noticia tiene su aspecto positivo, porque demuestra que parte de la violencia es menos estructural (o más fácil de reducir) de lo que algunos piensan. Es decir, no es una sociedad podrida hasta el tuétano lo que estaba provocando este altísimo número de homicidios, sino un factor más circunstancial: la guerra entre carteles.
La violencia, claro, siempre tiene causas estructurales que no son fáciles de atacar. Pero, cuando las tasas de homicidios son tan inusualmente altas, sí hay políticas relativamente fáciles de implementar que pueden acarrear disminuciones considerables en el número de víctimas, en un tiempo relativamente corto.