El silencio de los demás

Martes, 25 de enero de 2011

Es falso que Insulza haya retrocedido en sus críticas a la ley habilitante, como lo reseñaron algunas agencias de noticias y algunos medios venezolanos. Vi en vivo la entrevista que le hizo CNN e Insulza simplemente reiteró lo que ya había dicho antes: no está por principio en contra de las leyes habilitantes pues en algunas emergencias se justifican. Pero la ley habilitante aprobada por el Congreso saliente venezolano no le gusta, porque durante 18 meses desplaza a la nueva Asamblea Nacional. Una ley habilitante como esa, dijo, ha debido ser aprobada por el Congreso entrante.

La confusión se originó, creo, por la palabra “emergencia.” Muchas gente pensó que mezclando en la discusión el concepto de emergencia Insulza estaba aprobando el pretexto que dio Chávez para la habilitante.

En todo caso, la crítica fue injusta. Por primera vez Insulza hizo lo que tenía que hacer frente a un abuso del gobierno venezolano. Tomó posición sobre la habilitante y propuso que el tema fuese discutido por los miembros de la OEA. ¿Y cuál fue la reacción de los miembros?…Silencio. Muchos embajadores y mandatarios, al parecer, le escribieron cartas felicitándolo, pero nadie lo secundó. Ningún país latinoamericano apoyó públicamente a Insulza, porque nadie quiere meterse en un lío con Chávez.

En la entrevista que le hizo CNN Insulza dijo (cito de memoria): “Ustedes los periodistas ahora me están buscando todo el tiempo para que repita mis críticas a la habilitante. Pero lo que deberían hacer es ponerle el micrófono enfrente a los miembros de la OEA. Sólo ellos tienen el poder de hacer algo significativo.”

Tiene razón.

En otras ocasiones Insulza ha callado frente a los abusos de Chávez. Muchas veces lo he criticado duramente por mimetizarse con las posturas bastante cuestionables de la mayoría de los países miembros (sobre todo los doble estándar) en vez de utilizar su posición para al menos tratar de corregir estos defectos (como lo hizo, por fin, con la habilitante). Mi imagen de él es tan pobre que llegué a pensar que sus críticas a la habilitante podían ser, como sugirió Petkoff, una señal de una rebelión dentro de la OEA, porque él jamás haría semejante gesto por su propia cuenta.

Pero no: Insulza actuó solo. La prueba de su pequeño acto de coraje es el silencio de los demás países.

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