Venezuela goes mad

Sábado, 15 de marzo de 2014

Rafael Osío Cabrices en el NYT:

..there are two main strands within the opposition. One is a group of hard-liners led by María Corina Machado…and Leopoldo López…They want the government to fall; their crowd is active in the streets and spews insults on Twitter at Chavistas and moderate anti-Chavistas alike. (Mr. López has been in military custody since Feb. 18 on charges of inciting violence.) Another opposition force is trying to keep alive the Mesa de la Unidad Democrática (Democratic Unity Roundtable), an umbrella group of anti-Chávez parties that believes in institutional politics.

At this point the radicals seem to be the most popular among protesters; they certainly are the loudest. And the more they scream, the more the security forces beat up demonstrators, and the more barricades the demonstrators set on fire.

En el tono Osío Cabrices se asemeja a los tuiteros que tanto lo irritan. Pero lo importante no es el tono: es la falta de claridad en el análisis.

Que Leopoldo y María Corina quieren un cambio de gobierno es una verdad como un templo. Pero todo el mundo en la oposición quiere un cambio de gobierno. Osío Cabrices pareciera confundir el deseo de cambio con los mecanismos para buscar ese cambio. Y claramente sugiere que la protesta no es un mecanismo legal o “institucional.” O, de lo contrario, ignora que López no ha propuesto nada fuera de la Constitución. Una cosa es criticar la estrategia; otra distinta es llamarla no institucional como lo hace el chavismo.

Y eso no es lo peor: Osío Cabrices habla como si el bando contrario, el de Capriles, no apoyara y promoviera las protestas, y como si Leopoldo y María Corina estuvieran detrás de las guarimbas. Si llamar a la manifestación pacífica contra un gobierno cada vez más dictatorial equivale a promover la guarimba y la violencia, ¿no es tan culpable Capriles como López, Ledezma y María Corina? ¿O es que sólo Capriles goza de inmunidad para convocar protestas sin ser acusado de incitar y promover la violencia tanto en la calle como en Twitter?

Sé que es mucho pedir que algunos admitan que, durante las últimas semanas, Capriles y buena parte de la MUD pasaron de opositores a promotores de las protestas. Si se utilizan las etiquetas de moda, este sector se ha “radicalizado.” Pero al menos deberían aclarar que ambos bandos han enfatizado el carácter pacífico de las manifestaciones y hecho llamados explícitos y reiterados a no caer en la violencia. Si algo define unánimemente al liderazgo opositor, es su radical pacifismo.

Como dice Gustavo Coronel, con amigos como Osío Cabrices la oposición no necesita enemigos.

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