Viernes, 15 de octubre de 2010
En un recorrido ayer por el centro de Caracas literalmente me tropecé con cientos de funcionarios de la Policía Metropolitana y la Guardia Nacional bloqueando una avenida, ayudados por varios camiones antimotines. Por un instante dudé sobre la razón de semejante (e intimidante) despliegue, pero luego, cuando vi la sede del ministerio de Educación Superior, recordé la marcha de las universidades.
Enseguida di la vuelta a la cuadra para ir al otro lado y me di cuenta que el despliegue policial, aunque abusivo y exagerado (800 funcionarios), era entendible.
Una multitud de profesores, estudiantes y miembros activos de la sociedad civil alzaban pancartas, gritaban consignas, bailaban y luchaban para hacer retroceder a Chávez en sus intentos de ahogar financieramente a las universidades. Dieciocho universidades de todo el país estaban presentes, reclamando sus derechos.
Fue emocionante ver, una vez más, a la sociedad democrática venezolana levantando barreras para frenar y enfrentar la aplanadora chavista.
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