Miércoles, 8 de septiembre de 2010
Ayer, en el diario Tal Cual, y refiriéndose a Aristóbulo Istúriz, Teodoro Petkoff apuntó lo siguiente:
..en los regimenes autoritarios y autocráticos la personalidad de los áulicos se va transformando. Unos optan por el cinismo y la sinvergüenzura. Se acomodan y aprovechan, sobre todo en materia económica. No creen en nada pero están ahí mientras dure…Pero otros van adoptando el modo del ser del Jefe. Se produce una suerte de transmutación mental, mediante la cual los servidores no sólo adoptan el modo de hablar del Jefe sino que hacen suyos hasta los razonamientos de este.
A esto se debe añadir un punto importante. Esta transmutación mental es, en el fondo, un esfuerzo desesperado de autojustificación. A pocos les gusta verse a sí mismos como cínicos o bandidos. Mejor es fundir el pensamiento con el del Jefe para eliminar la insoportable disonancia que resulta de la incompatibilidad de opiniones y valores.
Adoptando las ideas del Jefe, es más fácil verse en el espejo.
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