El mito de la impermeabilidad

Domingo, 16 de septiembre de 2012

Lo hace de una manera más diplomática y menos confrontacional, prefiriendo insinuar que apuntar con el dedo.  Pero en su última columna Gerver Torres, que desde hace un tiempo trabaja en Gallup, dice lo que muchos de nosotros llevamos ya un tiempo diciendo. Los dejo con un extracto de ¿Indecisos o clandestinos?, donde Gerver, discretamente, toma posición en el debate sobre los indecisos:

De acuerdo con la empresa Datos, en Venezuela había para el primer trimestre de 2012, más de 8 millones de adultos beneficiarios de algún programa social (44% de la población mayor de 18 años) y más de 3 millones y medio que recibían sueldos del sector público (19% de la población adulta). Estos dos porcentajes no se pueden sumar a la hora de estimar el total de la población que tiene algún tipo de dependencia directa del gobierno, pues hay quienes están en los dos grupos a la vez. Tampoco, todos los empleados públicos lo son del gobierno central. Pero, con bastante seguridad se podría decir que al menos la mitad o más de la población adulta del país tiene algún tipo de dependencia directa del régimen. Esto es dependencia directa, porque luego están otras personas que viven a cuenta de los primeros. En síntesis, mucha gente. Frente a un gobierno que declara que las empresas públicas deben ser rojas rojitas, como se ha dicho de Pdvsa, por ejemplo, esa gente con tales lazos de dependencia del gobierno tiene razones para ocultar su pensamiento político. Lo pueden encubrir diciendo que respaldan al gobierno o que están indecisos. En verdad, son valientes, cuando se arriesgan ya a mostrarse como indecisos.

Por supuesto no todos los indecisos son gente que oculta sus preferencias políticas. Hay los que genuinamente lo están, pero precisamente, hay que saber diferenciar la paja del grano. La capacidad de hacer esa diferenciación es lo que se espera de un buen analista político o de una buena encuestadora.

 

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