El círculo de hipocresía

Lunes, 21 de marzo de 2011

La justificada intervención militar en Libia ha sacado a la luz la hipocresía y las contradicciones de la política exterior de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y otros países europeos.

Pero también ha destapado contradicciones en los argumentos de muchos académicos e intelectuales.

En Libia, por ejemplo, Estados Unidos ha implementado durante los últimos años la política que muchos –incluyéndome– han pedido con empecinamiento para Cuba. Una política de apertura y engagement refractaria a la irracional política actual (en parte, claro, buscando aliados para la mal llamada “guerra contra el terrorismo”).

Pero ahora, que Gadafi se radicalizó y Estados Unidos decidió intervenir en Libia para evitar una masacre, este acercamiento de los últimos años es visto como una política inaceptable e inmoral. El discurso de algunos liberales en EEUU (lo mismos que, como yo, piden un cambio en la política hacia Cuba) se fundió, repentinamente, con el de Connie Mack. Cualquier acercamiento a la dictadura es visto como conchupancia.

Del mismo modo, en el caso de Venezuela y Colombia una miríada de analistas ha aplaudido la política de acercamiento de Juan Manuel Santos. Así Chávez se parezca cada vez más a un dictador árabe, demasiados empleos colombianos y venezolanos están en juego como para que Santos se pueda dar el lujo de asumir una posición idealista de defensa a la democracia (aunque la asumió en el caso de Libia). Así las FARC operen en Venezuela, Santos no tiene otra opción que mejorar las relaciones con Chávez. Además, ¿qué gana Santos metiéndose en los asuntos de otro país? ¿No es la labor de Santos velar por los intereses de Colombia y dejar que los venezolanos resuelvan sus propios problemas?

Claro, si potencias europeas y Estados Unidos aplican la misma lógica en sus relaciones con los sátrapas y monarcas de Medio Oriente este “pragmatismo” pasa a ser “ausencia de principios” e “hipocresía.” Y si Brasil aplica la misma lógica con Cuba, Irán, Libia, Zimbabwe y Venezuela esta “hipocresía” y “apoyo desvergonzado a dictadores” pasa otra vez a ser “pragmatismo,” muestra de una política exterior cada vez más “independiente.”

Sobre estas cosas es difícil generalizar. Cada caso es diferente, y cierto nivel de hipocresía es inevitable.

Pero estos casos nos enseñan que las relaciones internacionales son sumamente complejas, y que, como dice el refrán, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

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