The Times They Are A-Changing

Miércoles, 25 de abril de 2012

Una frontera de más de 16 mil kilómetros, cinco veces más larga que la de Estados Unidos y México; una ascendente clase media; una explosión del consumo (incluyendo el de drogas) que convierte al país en un destino deseado para el contrabando; los tres más grandes productores de cocaína del mundo como vecinos; varios países relativamente pobres a su alrededor, ¿cuáles son las previsibles consecuencias de esta combinación explosiva de factores?

Pues que Brasil, como señala este excelente reportaje de Thomson Reuters, “has a gringo problem.” Es decir, tiene problemas controlando el flujo de drogas, inmigrantes ilegales (¿prontamente “indocumentados”?) y contrabando en su frontera.

La cita reveladora del reportaje viene de un policía fronterizo brasileño:

“Maybe if we built a wall, like the United States has (with Mexico)….Maybe then we can slow these people down.”

Lo irónico es que este reportaje cayó en mis manos el mismo día que Pew Research Center divulgó un informe señalando que, cuatro décadas y doce millones de inmigrantes después, el flujo de inmigrantes hacia EEUU se ha detenido (y quizá, incluso, revertido).

Leyendo cosas así, uno comienza a sentirse viejo.

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