Malandros y policías

Miércoles, 4 de abril de 2012

¿Malandro o policía?

El padre Moreno en El Nacional de ayer (suscripción):

[Me lo contaba] el otro día un malandrito desinhibido entre risas, mientras tomaba algunas frías y esperaba el arreglo de su moto de alta cilindrada: “Estos gue…se metieron en tremendo p….por dárselas de arr….y fiarse de esos tombos que no tienen palabra. Nosotros si tenemos palabra. Nosotros pedíamos 100 millones pa firmá del contrato y cien millones al terminar el año. No….¿Qué te crees? Firmábamos en tremenda mesota de madera bien pulida. Fino. Estábamos en nómina o como se llame. Nada de vacuna. ¡Contrato! Ahora los tipos nos dejaron por fuera y se buscaron a los tombos. Al jefe lo secuestraron y le sacaron 1.800 palos. Bien hecho. Él se lo buscó. Los pacos se pusieron de acuerdo con otros tombos de afuera y esos los secuestraron. Nosotros sí somos de fiar, no los policías esos. Si ahora vienen mansitos, van a pagar caro.”

El padre luego sigue con una explicación que no me convenció del todo sobre los códigos de fidelidad del malandro, pero de igual modo vale la pena leer el artículo porque contiene observaciones interesantes.

Otra cosa. Esta reflexión me hizo recordar otro cuento que me echó el padre Moreno cuando lo visité en su oficina el año pasado.

Al parecer la gente de su barrio organizó una fiesta un día de un santo, no recuerdo ahora cuál. Fueron primero a la policía para pedir protección para la fiesta, pero las autoridades cobraban un precio demasiado alto por esa labor. Fueron luego a la Guardia Nacional y lo mismo. Sin otra opción recurrieron a los malandros del barrio y ellos hicieron la labor gratis y además muy bien.

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