La placenta de la dictadura

Miércoles, 6 de enero de 2010

hugo-chavez-daniel-ortega-16Ya con el franco deterioro de las libertades civiles, y con el fraude en las elecciones municipales de 2008, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, había dado muestras de que su talante autoritario sigue intacto.

Pero en octubre de 2009 su ambición de perpetuarse en el poder se hizo explícita.

La Constitución de Nicaragua prohibe la reelección presidencial consecutiva y limita a los presidentes a un máximo de dos períodos presidenciales. Y sólo el Parlamento puede levantar estas dos prohibiciones que impiden a Ortega, que ya gobernó a su país entre 1984 y 1990, lanzarse a la reelección en 2011.

El año pasado Ortega y sus seguidores hicieron un esfuerzo para tratar de empujar en el Congreso una reforma que despejara el camino a la reelección, pero como los legisladores de oposicion bloquearon la reforma, el presidente logró, mediante una hábil triquiñuela, que la Corte Constitucional levantara ilegalmente los obstáculos a su reelección.

¿Cuál fue la maniobra? Seis jueces sandinistas, incluyendo tres que fueron convocados como sustitutos de jueces opositores que no estaban presentes (porque no se les avisó), se reunierón entre gallos y medianoche y decidieron unánimente que la prohibición constitucional a la reelección no aplicaba a Ortega.

Y lo peor es que esta sucia jugada no es antidemocrática sólo porque violentó el Estado de Derecho. También lo es porque 80 por ciento de los nicaraguenses se oponen a la reelección de Ortega y 60 por ciento rechazan su gestión. A diferencia de sus colegas del ALBA en Venezuela y Bolivia, Ortega no cuenta, ni ha contado nunca, con un fuerte apoyo popular. (Ortega ganó en 2006 con una votación menor a la que obtuvo cuando fracasó en sus tres anteriores intentos de hacerse reelegir).

¿Y adivinen quién está financiando esta gradual transición a una dictadura en Nicaragua? Hugo Chávez, por supuesto. Según algunos analistas, la ayuda venezolana a Nicaragua estuvo entre los 450 y 500 millones de dólares en 2008, alrededor del 40 por ciento del presupuesto nacional.

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