Encuestas y desmoralización

Lunes, 21 de mayo de 2012

Por recomendación de Guillermo T. Aveledo llegué a este interesante artículo del blog de Ricardo Sucre, donde el politólogo analiza acertadamente la estrategia del gobierno:

El año antes de una elección importante, las encuestas muestran paridad entre la Unidad y la dictadura. Se llega al año electoral, y comienza una brecha a favor del gobierno, que normalmente en abril o mayo del año electoral llega a su punto máximo. Aparece el nerviosismo en el público de la Unidad, y un bajón en el ánimo. Lo que vivimos hoy en marzo de 2012, recuerda el mismo clima de junio de 2010: “no hay nada que hacer, serán 45 diputados con suerte”. Pudiera decir que lo mismo ocurrió en 2008 y 2007, “no hay nada que hacer” en fechas como septiembre de 2007 o a comienzos de noviembre de 2008.

No planteo que las encuestas estén trucadas -no lo pienso, y en entradas previas en el Blog argumento por qué- sino constatar una recurrencia. Las encuestas también son un “producto social”, que interactúan con el contexto.

Creo que Ricardo Sucre tiene razón: el gobierno tiene una estrategia sofisticada para desmoralizar a la oposición. Pero en estos dos párrafos hay una contradicción. No se puede creer en el guion que describe Sucre en el primer párrafo para luego decir que la encuestas “no están trucadas.” Obviamente las encuestas que se amoldan casi a la perfección a este guion deben inspirar algo de sospecha.

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