El fracaso de CAP

Lunes, 27 de diciembre de 2010

La muerte de Carlos Andrés Pérez me sorprendió leyendo La rebelión de los náufragos, el magnífico libro de Mirtha Rivero sobre la segunda presidencia de Pérez. Ya varias personas me lo habían recomendado, pero nunca pensé que lo iba a disfrutar tanto. (No he terminado el libro y ya me prometí dedicarle un ensayo).

¿Ayuda este libro a revindicar la figura de CAP o lo contrario?

Yo diría que, sobre todo, Rivero nos ayuda a entender mejor a un hombre muy complejo y difícil de valorizar. Sin duda Pérez II -en duro contraste con Pérez I- tuvo cosas muy admirables. ¿Cómo no admirar, por ejemplo, el importante papel que desempeñó Pérez impulsando la elección directa de gobernadores (y la creación de la figura del alcalde) cuando el más afectado por esta reforma era el cogollo de su propio partido, Acción Democrática, cuyo apoyo Pérez necesitaba para gobernar? ¿Cómo no admirar la ayuda que le dio a las fuerzas descentralizadoras ordenando que el tema de los gobernadores se discutiera públicamente en el Congreso, donde al CEN de AD se le haría más difícil oponerse? ¿Cómo no admirar su decisión de privilegiar el mérito y la inteligencia sobre la simple militancia partidista o su esfuerzo por limitar en lo posible el número de cargos importantes impuestos por los partidos en las instituciones y empresas del Estado? ¿Cómo no admirar su deseo de rodearse de mentes brillantes para tratar de insertar a Venezuela en la modernidad, así ello con frecuencia acarreara el error de subestimar la importancia de la experiencia política y el talento comunicador? ¿Y cómo no admirar el coraje físico que exhibió durante el golpe del 92? ¿Cómo no admirar su talante democrático reconocido por políticos tan dispares como Teodoro Petkoff y Oswaldo Álvarez Paz?

Los errores y defectos de Pérez también son numerosos. Tan numerosos que no creo que Pérez jamás sea “revindicado” como un gran líder. En balance, durante sus dos gobiernos, Pérez hizo más daño que bien al país.

Sin embargo, no se puede negar que en su segundo gobierno Pérez hizo un intento noble para que este balance terminara en positivo.

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