Jueves, 7 de febrero de 2012
Esto es una observación preliminar, basada en conversaciones con miembros de Consejos Comunales y gente que ha reunido denuncias de CC por todo el país.
Pero me da la impresión de que los CC, en la práctica, han multiplicado las oportunidades de corrupción. Hasta cierto punto, la han democratizado.
¿Por qué lo digo?
Porque los CC, una vez registrados, pueden recibir recursos de cualquier ente del Estado. De una alcaldía, de un ministerio, de órganos como Corpocentro, etc. Sin mecanismos efectivos de fiscalización, esto multiplica las oportunidades de un funcionario de gobierno de montar un negocio corrupto. Por ejemplo, para un ministerio que tiene la potestad de llevar adelante proyectos en diferentes municipios y estados del país, una propuesta de cualquier consejo comunal -y son miles- le puede servir como excusa para un chanchullo. De igual forma, un vocero de un CC tiene ahora, a través de la coartada del consejo, muchas más oportunidades de armar un guiso con funcionarios de gobierno de cualquier ente estatal.
En fin, para el funcionario hay miles de CC que facilitan la corrupción. Para el miembro de CC ahora una conexión en el gobierno vale más. Porque el CC es la perfecta excusa para armar una trácala. Sólo hay que crearlo.
Esto no tendría porqué ser así, pero creo que es lo que está pasando en muchas partes.
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