Deliberadamente inconsciente

Miércoles, 30 de noviembre de 2011

Alberto Barrera Tyszka

Sigo pensando que su biografía de Chávez es su mejor libro, pero su novela Rating está salpicada con agudas observaciones, como cuando el narrador reflexiona sobre nuestras acciones deliberadamente inconscientes:

Comencé a engañarla y teminé sometiéndola al clásico método masculino para terminar las relaciones. En ese momento lo hice de manera inconsciente; después, con los años, he ido descubriendo y entendiendo la lógica que nos guía cuando nos toca romper con las mujeres. El procedimiento consiste en dinamitar la vida cotidiana, llenar de petardos a la esposa o concubina, cercarla, hacerle imposible la existencia, pero manteniendo siempre, y aquí está el elemento importante, la más sorprendente naturalidad, una suerte de presencia y de ánimo de normalidad tal que, más temprano que tarde, desquicia a cualquiera. El resultado casi siempre es el mismo: la mujer, deshecha y harta, manda al hombre al carajo, lo corre de la casa, le exige acabar ya con ese amor. El hombre logra su objetivo: que lo boten de la casa sin motivos aparentes. Probablemente, ésa sea una de las grandes fantasías masculinas: salir del matrimonio sin culpa.

Así de complejas son las relaciones.

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