Abyecto contubernio

Viernes, 11 de enero de 2012

Desde el año nuevo he dedicado un ratito cada día a educarme sobre los negocios corruptos de los bolichicos y me he tropezado con algunos datos interesantes.

Por ejemplo, muchos vinculan a Nervis Villalobos, hombre cercano de Rafael Ramírez, a las corruptelas del sector eléctrico. Villalobos fue viceministro de Energía y ex presidente de Cadafe y desde hace diez años ha sido señalado por toda clase de negocios corruptos.

Lo interesante es que Villalobos estuvo mucho tiempo, al parecer, vinculado a Acción Democrática. De hecho, hace diez años estaba siendo acusado en Aporrea de tener estrechas relaciones con sectores “contrarrevolucionarios” y participar en el sabotaje eléctrico:

Haciendo un poco de historia, recordemos que para el año 2003 llega como Presidente de EDELCA el General (EJB) Daniel Machado Gómez, este junto al Vice-ministro de Energía y Presidente de la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (Cadafe) Nervis Villalobos, trabajan en función de retardar los proyecto hidroeléctricos que se estaban desarrollando en el occidente del país, además entorpecen los desarrollos termoeléctricos y las adecuaciones tecnológicas que debieron iniciarse en el año 2003 de los generadores ubicados en la tan polémica Plante Centro, esto como parte del plan de sabotaje eléctrico, para estos momentos se habla de sabotear subestaciones eléctricas, el General machado Gómez y el Vice-ministro de Energía Nervis Villalobos mantenían secreto estrechas relaciones con los sectores contrarrevolucionarios de Venezuela.

Independientemente de la veracidad de este relato, lo cierto es que podría ser verdad. De hecho, la porosidad en la frontera que separa al mundo opositor del oficialista es algo que estas historias de dinero y corrupción nos recuerdan a cada rato.

Al periodista César Batiz, por ejemplo, lo intentaron sobornar para que no siguiera investigando las corrupción en el sector eléctrico. ¿Y adivinen qué le ofreció la persona asignada para sobornarlo? Entre otras cosas, una participación en Código Venezuela, un portal de internet furibundamente antichavista.

El sobornador, a su vez, quizá es un opositor que simplemente le estaba pagando un favor a un amigo del gobierno o un bolichico que le dio o facilitó un contrato. Es posible que el sobornador haya contribuido a la campaña de Capriles. No digo que haya pasado, porque probablemente no. Pero cosas así deben ocurrir frecuentemente.

Pero volviendo al tema. Los bolichicos han acumulado fortunas de cientos de millones de dólares. Todos -o la mayoría- nacieron, se criaron y se educaron en el mundo opositor. Eso significa que contratan a sus amigos o conocidos o familiares o amigos de amigos como abogados, consultores, asesores de imagen, administradores. O montan nuevos negocios con esos amigos, no necesariamente negocios sucios o vinculados al gobierno. O le financian la campaña al compañero de colegio que quiere ser alcalde de la unidad y que, a su vez, es mejor amigo o primo de un prominente líder de la oposición que quizá algún día llegue a presidente. Si el bolichico decide montar una empresa de relaciones públicas quizá busca al periodista amigo de la universidad, al que seguramente no le va muy bien económicamente. Si tiene un amigo que tiene una ONG quizá lo ayuda con un viaje a Washington para que asista a un congreso internacional de activistas pro-democracia. Si cae en desgracia, y se exilia en Miami, quizá contrata a un ex alto funcionario de Estados Unidos con la ilusión de acceder a los medios de poder en Washington. Y quizá una monja que se dedica a educar niños en los barrios más peligrosos le tiene un inmenso respeto por las generosas donaciones que recibe de él.

Su dinero sucio, proveniente de un abyecto contubernio, fluye por todos las venas y los vericuetos de la sociedad.

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