Martes, 2 de octubre de 2012
Si de algo de no se puede acusar al gobierno es de no tratar de alcanzar su objetivo de soberanía alimentaria. De hecho, su fracaso es una demostración de que para gobernar las buenas intenciones no bastan si no están respaldadas por buenas ideas.
Bajo Chávez el crédito agrícola ha aumentado cada año, se creó un ministerio exclusivamente para la producción y las tierras, y otro para la alimentación; se montaron programas como Mercal, Pdval, Corporación Agrícola y Banco Agrícola; se fundaron varios centrales azucareros y una academia de agricultura en Barinas; se firmaron convenios con China, Brasil, Uruguay, Rusia, Irán, Cuba y Bielorrusia; y el gobierno se apoderó de 3,6 millones de hectáreas supuestamente beneficiando a 175 mil nuevos productores.
¿Y cuál fue el resultado?
Luego publicaré una columna con detalles, pero para resumir, entre 2006 y 2011, la producción interna de alimentos se desplomó, disminuyendo en un 25 por ciento.
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