¿Por qué Venezuela está entre los países más felices?

Lunes, 16 de mayo de 2011

El veterano periodista Javier Conde, ex jefe de redacción de Tal Cual, El Nacional y la revista Primicia, fue nombrado director de 2001 y está ahora armando un equipo para relanzar el diario. Habiendo estado Javier Conde involucrado en la fundación de Tal Cual, Primicia y el Diario de Caracas, hay que prestarle atención a este experimento.

Por lo pronto, Conde ya dio un primer hit reclutando a mi colega y amiga Mirtha Rivero, quien hace poco se estrenó como columnista semanal en el suplemento dominical Día D.

Ayer yo también publiqué el primer artículo de una colaboración fija bimensual en este mismo suplemento. El corto número de palabras es un reto, pero uno que estoy dispuesto a asumir. ¿El tema de mi primera columna? Por qué c#%@ los venezolanos están tan felices:

Un estudio reciente de Gallup sobre el bienestar mundial revela que Venezuela está en la lista de los diez países con los más altos porcentajes de población feliz. Para ser justos Gallup evita el término “felicidad” y utiliza “bienestar” (precisión necesaria). Pero 64 por ciento de los venezolanos responden muy positivamente cuando se les pide evaluar su estado actual de bienestar y su nivel de optimismo. Este porcentaje coloca a Venezuela en el séptimo lugar de la lista, después de Finlandia, Dinamarca y Suecia y antes de Austria y Holanda.

Este resultado asombra porque la calidad vida de un danés o un sueco no es comparable con la de un venezolano. Tomemos el crimen, por ejemplo. Según datos de Naciones Unidas la tasa de homicidios en 2008 de Suecia fue de 0.89 por cada 100 mil habitantes. La de Finlandia fue de 2,5. La de Venezuela 47.

O tomemos el costo de la vida. Según el Banco Mundial la inflación en Dinamarca en 2009 fue del 1,3 por ciento. En Austria fue del 0.5 por ciento. En Venezuela del 28,6, una de las más altas del mundo.

La misma historia se repite con otros indicadores como el ingreso per cápita, la desigualdad, la pobreza. Además de la escasez y los servicios públicos. Cuando un holandés va al mercado siempre encuentra leche y azúcar. Y jamás se le va la luz.

¿Por qué entonces Venezuela ocupa un lugar tan alto en la lista de bienestar?

Una posible explicación está relacionada a nuestra personalidad. Quizá somos más positivos o más proclives que el resto a ver el vaso medio lleno. Quizá no vinculamos nuestro bienestar a la situación del país sino lo vemos como una cuestión interna, qué tan optimistas y luchadores somos, con qué actitud encaramos la vida.

Otra posible explicación (que no excluye la primera) es el masivo gasto social del gobierno. Así este gasto sea muy ineficiente, este dinero toca la vida de mucha gente. Y este gasto se combina con el factor adaptación. La gente se adapta a todo, incluyendo el crimen y la inflación. Si la inflación se vuelve parte de nuestra normalidad, su peso en la evaluación de nuestro bienestar puede disminuir. Otros factores (la beca, el préstamo) pueden influir más en nuestro juicio.

Ambas explicaciones tienen flancos débiles, pero podrían ser dos pistas importantes para explicar esta paradoja.

 

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