Receta innovadora contra la corrupción

Comparto mi columna más reciente para El País de España.

Un breve comentario sobre la columna.

Hay innovaciones tecnológicas que, a diferencia del iPhone o Facebook, no hacen mucho ruido. Pero eso no quita que son o tienen el potencial de ser revolucionarias. Dos ejemplos de innovaciones revolucionarias, pero poco glamorosas, son el código de barra y el contenedor de barco.

Como trato de explicar en un reciente reportaje para Efecto Naím, sin el contenedor de barco es difícil explicar el ascenso de China. Y eso les da una idea de las enormes repercusiones que tuvo la invención de esa simple caja metálica.

¿Cuán grandes serán las repercusiones de los avances en identificación biométrica? Lea mi columna y decida usted.

Les dejó, también, el enlace a otro reportaje reciente que escribí para Efecto Naím, con la ayuda de Javier Corrales: los impresionantes avances del movimiento LGBT en América Latina.

 

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