La encrucijada de Capriles

Jueves, 18 de abril de 2013

Capriles está caminando una línea delgada. Cualquier protesta o manifestación puede ser aprovechada por el gobierno para aumentar la represión y pintar a la oposición como violenta. Ya sabemos que el gobierno ha montado varias ollas para atribuir actos violentos a sus adversarios.

Pero ¿puede Capriles ejercer presión sobre el gobierno sin salir a la calle?

No marchar porque el oficialismo puede propiciar una situación violenta o porque puede utilizar la marcha como una excusa para reprimir es en esencia aceptar una prohibición de facto a la manifestación pacífica. Y recuerden: el oficialismo siempre va a contar con este recurso chantajista.

Al mismo tiempo,  la amenaza de víctimas es real.

En fin, creo que estas preguntas no están siendo suficientemente debatidas.

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